Frutas y verduras de temporada para un caluroso verano

Si bien es cierto que es cada vez más común encontrar cualquier variedad durante todo el año, lo recomendable es comprar aquellos productos propios de temporada para aprovechar todos sus beneficios además de un mejor sabor. Si a la hora de hacer la compra tienes dudas para elegir las frutas y verduras propias del verano, te dejamos un listado con las mejores variedades que te ayudarán a luchar contra la deshidratación y los golpes de calor.

El Ministerio de Consumo recomienda sobre todo aquellas frutas que son ricas en agua. Teniendo en cuenta que ya nos hemos adentrado en el mes de julio, nos despedimos de algunas como los kiwis o el mango, y llega el momento de llenar nuestra nevera con frutas como las sandías, el melón o los higos.

El higo es una fruta dulce de la que podemos disfrutar durante los próximos meses de calor y que estará muy presente en los supermercados y mercados hasta finales de septiembre. Se caracteriza por ser una fruta rica en fibra, hidratos de carbono y minerales como el calcio, el magnesio o el potasio. Además, se trata de una gran aliada a la hora de regular el tránsito intestinal, ayudando a controlar los niveles de colesterol y glucosa en sangre.

Desde junio hasta septiembre, la uva es una fruta ideal ya que es la época de vendimia. Son ricas en antioxidantes, importantes para protegenernos de la radiación del sol, contienen vitamina C y tienen minerales como el potasio, cobre o hierro.

Tanto el melón como la sandía son las dos frutas imprescindibles del verano debido principalmente a su efecto refrescante. Su alta cantidad de agua, además de ser buenas fuentes de vitaminas, hacen que sean dos productos ideales para tener siempre en nuestros hogares durante los próximos meses.

Durante el mes de julio, la cereza continúa siendo una fruta idónea para añadir a nuestra cesta. Además de ser ricas en vitaminas A, C Y B9, son bajas en calorías y contienen una gran cantidad de antioxidantes con beneficios antiinflamatorios para nuestro cuerpo.

La nectarina es una variación del melocotón y ambas, son frutas propias del verano. Su principal diferencia, es que la nectarina tiene un punto ácido mientras que el melocotón es mucho más dulce. No obstante, ambas tienen un sabor jugoso y refrescante y tienen una alta cantidad de agua, lo que las convierten en dos productos ideales para combatir las altas temperaturas.

Desde la primera semana de mayo hasta la llegada del mes de agosto, la ciruela es otra variedad de fruta característica de la época de alta temperatura. Si bien existen algunas variedades de color amarillo o rojo, las más habituales de encontrar son las negras, que destacan por su dulzor y por tener una carne más firme. Se trata de un producto que además de poseer múltiples propiedades antioxidantes, previenen la subida del azúcar en sangre y contienen vitaminas A, C, B1, B2, B3, E y K.

Si bien estas son algunas de las frutas más típicas del verano, podemos disfrutar de otras variedades refrescantes como son el caso de las peras, los albaricoques o las paraguayas. En el caso del plátano, el Ministerio de Consumo también lo recomienda para estas fechas aunque sea más complicado de mantener correctamente debido al intenso calor.

La mayoría de las verduras geófitas como la zanahoria, la cebolla o el ajo, suelen consumirse durante todo el año, aunque estos son los mejores meses para adquirirlas. A ellas, se les unen otras más exclusivas para verano como es el caso del la berenjena, la remolacha o el calabacín.

La acelga es un tipo de planta herbácea la cual, contiene una gran cantidad de vitaminas, principalmente folatos, vitamina C, vitamina A, vitamina K y niacina, y minerales esenciales para el buen funcionamiento del organismo como es el caso del yodo, el hierro, el magnesio y el potasio.

Se trata de una hortaliza baja en grasas, rica en fibra, y con un alto contenido en hierro, nitratos y flavonoides. Además, durante el verano la remolacha se puede utilizar para un sin fin de recetas con este producto en las que las protagonistas son las cremas y sopas frías.

La calabaza de verano la encontramos principalmente en los meses de julio y agosto. Se trata de una verdura que suele pesar de 2 a 8 kilos, aunque a pesar de su diversidad, todas ellas comparten una dulce pulpa, una cavidad repleta de semillas y una piel dura que alarga su conservación.

Esta hortaliza propia del verano ayuda a mantener a raya el colesterol y la oxidación celular además de resultar ligera y digestiva. Con la berenjena podemos elaborar recetas sencillas, ya sea incluyéndola en ensaladas, o elaborando un gazpacho o hummus con la berenjena como protagonista.

Como la gran mayoría de hortalizas, el calabacín destaca por su gran contenido en agua, seguido de hidratos de carbono y fibra. Además, el calabacín también es rico en vitaminas antioxidantes como la vitamina C, y en vitaminas del complejo B, entre las que destacan especialmente los folatos. Con este producto, también podemos elaborar multitud de recetas como cremas frías, tortillas o pistos.