La sandía, una de las frutas más consumidas en verano, en peligro por la utilización de plaguicidas no autorizados. Esta incidencia sanitaria grave la emitió el 14 de julio por el Sistema europeo de alerta rápida para alimentos y piensos (RASFF, por sus siglas ... en inglés). Concretamente, la alerta paralizaba la distribución de un lote de sandías procedentes de Marruecos con altos niveles de metomilo.
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Los restos de metomilo encontrados en este lote de sandías ascienden a 0,38 +/- 0,19 mg/kg, mientras que el límite máximo de residuos (LMR) para este pesticida es de 0,015 miligramos por kilo (mg/kg). Es decir, una horquilla de entre de 0,19 mg/kg y 0,57 mg/kg.
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Por ahora, estamos a la espera de que el sistema de alerta RASFF publique los datos sobre si ha habido alguna distribución de las sandías afectadas, aunque en la alerta se especifica que el lote se paró en la frontera de España.
El metomilo es una sustancia que se usa como pesticida, un compuesto sólido blanco con un leve olor a azufre que está disponible en polvo o líquido. El consumo de este plaguicida puede tener consecuencias graves cuyo síntomas son dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, sudoración excesiva, temblores, debilidad muscular y visión borrosa.
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