Desprende energía y fuerza desde el primer minuto. Atributos necesarios para hacerse un hueco en el competitivo mundo del textil, calzado y accesorios. Lo ha conseguido a través de su empresa mint&rose, fundada en 2012 y que reivindica el sello 'Hecho en España'.
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–Sus primeros pasos fueron en Estados Unidos, ¿cómo fue emprender en América?
–A nivel burocrático es todo mucho más sencillo. Emprender es algo normal y el hecho de fallar también se valora positivamente. En mi caso dejé un puesto en la banca privada y comencé mi proyecto con 28 años y sin responsabilidades familiares lo que hizo que esta decisión fuera más fácil.
–¿Ha visto una evolución en el emprendimiento femenino?
–Personalmente sí. Noto en las generaciones más jóvenes más energía. Ahora hay incubadoras y fondos de inversión que buscan y necesitan del talento, pero creo que en España todavía necesitamos creernos el talento que tenemos.
–Instalada como está en Valladolid, ¿cree que se puede gestionar desde ciudades más pequeñas?
– Sí, con una buena red de comunicaciones. En mi caso soy yo la que me voy moviendo.
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