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En España, los coches que han cumplido cuatro años tras su primera matriculación cuentan con la obligación de pasar el examen correspondiente, denominado ITV o Inspección Técnica de Vehículos. Este certifica que cumplen con las condiciones técnicas necesarias para circular por carretera sin poner en riesgo su propia seguridad ni la de los demás usuarios.
A partir de esta primera inspección, el examen tendrá lugar cada dos años hasta que el coche cumpla los diez años, momento en el que el proceso se desarrollará anualmente.
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Existen diferentes documentos y distintivos que acreditan que un vehículo cuenta con la ITV en vigor. Sin embargo, el más reconocible es la pegatina rectangular de la ITV (denominada formalmente como V19), que todos los vehículos deben llevar de forma obligatoria en su parabrisas.
Por el momento, el adhesivo que certifica la ITV favorable cuenta con tres colores distintos en España, ya que puede ser amarillo, rojo o verde, indicando el año en que caduca la validez de la inspección técnica del vehículo en cuestión.
Gracias a estos colores llamativos, los agentes pueden identificar fácilmente el vigor o caducidad de la ITV para, a continuación, corroborar los detalles al visualizar el distintivo de forma detallada.
Año de caducidad de la inspección: Indicado por medio de dos números de gran tamaño, que son las dos últimas cifras de dicho año.
Mes de caducidad: Indicado en los números romanos perforados con un taladrador.
Estación ITV donde se realizó la inspección: Código que figura en el adhesivo, junto al escudo de la comunidad autónoma donde se encuentra dicha estación de inspección y el logo de ITV en minúscula (en azul).
Los tres colores disponibles actualmente van rotando con el fin de indicar cada año en que caduca su plazo de validez, empezando hace 25 años, cuando se implantó la ITV obligatoria en España.
Amarillo: para los años de finalización 2026, 2029 y 2032.
Rojo: designa la caducidad de la ITV en 2024, 2027 y 2030.
Verde: señala el cese de validez en 2025, 2028 y 2031.
Los agentes de la autoridad deben poder reconocer de forma rápida si la ITV está en vigor a través de este adhesivo. La multa por no llevar la pegatina de la ITV es de hasta 100 euros, al ser una infracción leve. «Aunque normalmente la cuantía aplicada por la DGT al titular del vehículo es de 80 euros y no conlleva la retirada de puntos», afirman desde el blog 'Motor Mapfre'.
Este distintivo, además, se deberá situar en el ángulo superior derecho del parabrisas por su cara interior, ya que la cara impresa es autoadhesiva. En el resto de vehículos, deberá emplazarse en un lugar visible.
En ocasiones, se pueden ver vehículos en los que se ha dispuesto toda una hilera vertical de pegatinas de ITV ya caducadas. Aunque la legislación no contempla sanciones para este supuesto, los excesos sí que podrían suponer una multa.
Los agentes de Tráfico sí que podrían sancionar a aquellos conductores en cuyos vehículos «la superficie acristalada no permita a su conductor la visibilidad diáfana de la vía». La sanción contemplada en este caso sería de 200 euros, sin retirada de puntos.
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