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Primero fueron los móviles, luego los televisores, las pulseras y los relojes… y ahora llegan las «carreteras inteligentes». Este tipo de vías de comunicación, originalmente denominadas 'smart roads' en inglés, pretende reforzar la movilidad, pero ¿en qué consiste?
Las 'smart roads' son, en esencia, carreteras que incorporan diferentes elementos tecnológicos para dotarlas de mayor eficiencia. Algunos de ellos pueden ser sensores o cámaras; «así como otras herramientas tecnológicas, lo que permite crear una red de comunicación e información que es conectada con conductores y peatones para proporcionar todo tipo de soluciones en tiempo real», según detallan en el blog 'Motor Mapfre'.
El objetivo de este sistema es «incrementar la eficiencia de la conducción, mejorando la seguridad y preservando el medioambiente debido a su carácter sostenible global».
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Algunos de los ejemplos actuales de tecnologías «inteligentes» aplicadas a las carreteras pueden ser los carriles de recarga de baterías o las luminarias inteligentes. Además, «poco a poco se irán incorporando mejoras como son por ejemplo las pinturas fotosensibles para señalizaciones, estando limitadas sólo por los avances tecnológicos que irán llegando», tal y como especifican en el blog de la compañía aseguradora.
Carriles de carga: En el futuro, se crearán carriles de recarga para los vehículos en movimiento, utilizando energía eólica o solar. Esto permitirá un notable aumento de la autonomía de los vehículos, ya que estarán equipados con sistemas de recarga inalámbrica en la carretera. Además, se planea instalar turbinas para aprovechar la corriente de aire generada por el desplazamiento de los vehículos.
Interconexión entre los elementos de la vía: A través de la conexión a internet entre peatones, señales de tráfico y otros elementos de la vía, se recibirá y emitirá información en tiempo real sobre accidentes, atascos, condiciones específicas de la carretera, entre otros, mejorando así la fluidez y seguridad.
Pasos de cebra inteligentes: Se trata de pavimentos LED que detectan peatones y proyectores de luz que se activan y desactivan al percibir el movimiento de los peatones, ayudando a descongestionar el tráfico.
Pavimentos fotovoltaicos: Incorporan sistemas de carga, que mediante paneles solares producen que al circular los coches sobre los mismos se carguen los paneles. Ya hay algunas experiencias en marcha.
Uso del 'Big Data': Es más que probable que la inteligencia artificial se implantará en las carreteras para la correcta gestión del tráfico, aportando informaciones útiles a los conductores y peatones para mejorar los flujos de circulación.
Las carreteras inteligentes pueden suponer diferentes beneficios en términos ambientales, sociales y económicos.
Cualquier conductor puede beneficiarse de las carreteras inteligentes para mejorar su movilidad y seguridad, lo que resulta en una reducción de atascos y una disminución de accidentes. La valiosa información proporcionada a los conductores sobre las condiciones del entorno también optimizará la circulación y la seguridad. Además, la generación de energía mediante el propio tránsito o para la recarga de vehículos es una idea innovadora y viable, que maximiza el uso de los recursos.
Por otro lado, desde el blog 'Motor Mapfre' afirman que las carreteras inteligentes disminuirán el consumo de energía y las emisiones de gases nocivos como CO2 y NOX. Incluso las complicaciones derivadas del aumento del tráfico debido a un mayor número de vehículos podrán gestionarse con apoyo tecnológico, como sensores, drones y aplicaciones de gestión de movilidad o carga de pasajeros.
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