Así afecta la ola de calor a tu coche

La ola de calor que abrasa España también puede tener efectos negativos sobre tu coche. Son varios los elementos de tu vehículo que pueden sufrir desperfectos por las temperaturas extremas y el sol, por lo que es necesario comprobar antes de arrancar el vehículo que el calor no ha interferido tanto como para afectar en la seguridad de nuestro coche.

Todos los conductores, quien más quien menos, han comprobado en alguna ocasión que, tras dejar el coche al sol durante un largo periodo de tiempo, el volante llega incluso a quemar. Salir a la carretera en estas circunstancias es un riesgo y antes de emprender la marcha es recomendable tratar de bajar la temperatura del habitáculo, primero, abriendo las ventanas y, después, poniendo el aire acondicionado.

Pero los riesgos del calor en el coche no solo afectan al habitáculo. Y es que, uno de los elementos que más sufre por las altas temperaturas son los frenos. Las pastillas, al actuar por fricción (sobre el disco o el tambor), están expuestas constantemente a altas temperaturas. Exponer los discos de freno a altas temperaturas durante espacios prolongados de tiempo puede llegar hasta a deformarlos e incluso puede afectar a los latiguillos de freno. Por eso, en momentos de ola de calor como los actuales, la DGT recomienda revisar el estado de las pastillas, de los discos y el nivel del líquido de frenos.

La temperatura óptima de funcionamiento de una batería es de 25 grados. cualquier variación sobre esta cifra hará que su efectividad se vea mermada. Muchas personas creen que el invierno es la época del año más dura para la batería de los coches. Sin embargo, en verano tampoco debemos bajar la guarida porque las altas temperaturas de estos días pueden provocar daños en este elemento esencial para los vehículos. De hecho, según un reciente estudio de RACE, el 30% de los fallos eléctricos y el 50% de las averías en general afectan a las baterías de los vehículos. El calor de la época estival puede causar un deterioro prematuro de la batería del coche, ya que está diseñada para funcionar de forma correcta a 25 grados. Una temperatura mayor o menor afecta directamente a su rendimiento y, además, acorta su vida útil. En realidad, el calor acelera el desgaste de la batería porque las moléculas de azufre que lleva dentro se descomponen más rápido, lo que aumenta su descarga. La vida media de una batería son cuatro años, tal y como señala la DGT.

Es habitual que los conductores comprueben una bajada el rendimiento de los motores de sus vehículos en verano. Esto se suele deber a que el volumen de oxígeno que contiene el aire es menor cuanto más elevada es la temperatura ambiente. Por esta circunstancia, la combustión de la mezcla aire-gasolina dentro de los cilindros es un poco peor, algo que influye directamente en el rendimiento.

Los neumáticos pueden sufrir un desgaste mayor de lo habitual en jornadas de calor intenso como las registradas en estos días, en los que el asfalto ha llegado incluso a superar los 70 grados. Debido a esto, la DGT recomienda revisar la banda de rodadura y comprobar que la presión de los neumáticos es la adecuada.

Para evitar un calentón del motor, es importante revisar el sistema de refrigeración con el fin de descartar posibles fugas. El líquido refrigerante es el encargado de que el motor no se caliente en exceso cuando está en marcha y si el nivel es más bajo de lo recomendado, puede provocar una avería grave.

Ni que decir tiene que, ante el calor intenso de estos días, es fundamental evitar que animales y personas pasen tiempo en el coche cuando este está parado. La DGT lo deja muy claro en el tuit de abajo, en el que aparece este mensaje: «ni se te ocurra dejar a un niño a mascota dentro».

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