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N.G
Lunes, 27 de junio 2022, 18:35
La llegada del verano significa aguantar días de intenso calor. Suspirar y limpiar el sudor de la cara con solo echar un vistazo al termómetro. Para paliar el calor sofocante, muchos se refugian a la sombra, otros prefieren acudir a centros comerciales o darse un ... baño en la piscina, embalses o playas. Tomar una bebida refrescante también se convierte en un alivio para el cuerpo. El verano también es sinónimo de viajes. Da igual que sean de más o menos kilómetros. Todos coinciden que son fechas señaladas en el calendario para poder evadirse de todo lo acontecido durante el año. Durante el trayecto, el principal aliado en esta época del año siempre es el aire acondicionado. Si se desea disfrutar de un trayecto reconfortante, sin excesivo calor, pero también sin sufrir el aire helador que puede provocar catarros, es imprescindible mantener una temperatura idónea en el interior del coche. Esta oscila entre los 21 y 23 grados. Por debajo de esos límites, se produce un gasto de combustible innecesario. A todo ello se suma los altos precios del combustible que obliga a adaptar técnicas que eviten el derroche de gasolina.
Por ello, la Dirección General de Tráfico junto a la empresa especializada en neumáticos Hankook Masters señala cómo utilizar el aire acondicionado sin que se dispare el consumo de combustible.
Lo más habitual es que cuando nos montemos en el coche tengamos que soportar temperaturas insoportables propias de una sauna. Para evitar esa sensación de agobio e incluso de mareo, hay que estacionar nuestro vehículo a la sombra. Con ello evitaremos que alcance altas temperaturas. Es importante no utilizar el aire acondicionado cuando el coche está apagado, ya que aumentará el consumo de combustible. Encenderemos el climatizador cuando esté en marcha, cuanto más rápido va el motor, más refrigera.
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El segundo truco para conseguir disminuir de forma rápida la temperatura, antes de emprender el viaje, consiste en bajar la ventanilla de la parte trasera opuesta al conductor y abrir y cerrar la puerta del conductor varias veces. De este modo, la temperatura descenderá hasta diez grados de forma más rápida.
Una vez iniciado el viaje, en los primeros kilómetros, se debe abrir ligeramente las ventanillas para conseguir que salga el aire cálido. Cuando se ha conseguido la temperatura óptima, es el momento de activar la entrada de aire exterior.
Durante el recorrido, el vehículo debe mantener las ventanillas cerradas. Cuando se supera los 110 kilómetros por hora, es fundamental tener el coche aislado. La aerodinámica del coche puede verse afectada si se produce la entrada de aire exterior y con ello, un aumento del gasto de combustible. No ocurre lo mismo si se circula por la ciudad, la DGT señala que «a bajas velocidades y con temperaturas no excesivamente elevadas, abrir las ventanillas es más eficiente»
El sistema de climatización es un elemento igual de importante que el resto de los elementos de un vehículo y es por ello, que debe someterse a una inspección periódica. Si no se realiza un seguimiento oportuno, el aire acondicionado puede verse afectado. Con un filtro sucio, la potencia de refrigeración se reduce a casi un tercio de su capacidad. Por ello, la DGT recomienda cambiarlo cada seis meses al agotarse su capacidad de absorción. La misma atención requiere el evaporador que debe desinfectarse para impedir la proliferación de bacterias, hongos y microorganismos que pueden ser perjudiciales para la salud.
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