Valladolid
La Piedad estrena el Cristo de la Paz para procesionarlo en pocos añosLa obra, del escultor gaditano Antonio Reiné Magariños, integrará una renovada Procesión de Regla en próximos Miércoles o Jueves Santo
La Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad presentó este domingo el Cristo de la Paz entre gran expectación. Una abarrotada Iglesia de San Martín ... acogió el acto de bendición de este nuevo crucificado que se incorpora a esta histórica penitencial con la intención de ser «contemplado y venerado» por todos los vallisoletanos. El hermano mayor de la hermandad, Ángel Herrero, manifestó emocionado y visiblemente orgulloso el día «importante» que significa la incorporación de patrimonio con un objetivo a corto plazo: salir a las calles, en un periodo de entre dos o tres años, en una remodelada Procesión de Regla de la Piedad aunque todavía está por concretarse si en la noche del Miércoles o en la tarde de Jueves Santo.
«Incorporamos esta talla para la grandeza de esta hermandad y de esta parroquia», indicó el máximo responsable de la Piedad donde también señaló la buena sintonía que existe con el templo que les acoge durante todo el año hasta el punto de que este crucificado de nueva factoría estará situado en el mismo altar mayor para el disfrute y la devoción de todos: «Como bien indica su nombre, solo hay que mirarlo y contemplarlo y veréis que precisamente lo que transmite es eso, paz». Se trata de una imagen que llega a la capital con un mensaje de paz, como coincidieron en señalar el directivo y el párroco de San Martín, «que en los tiempos que vivimos es más necesaria que nunca».
El escultor Antonio Reiné Magariños es el autor del crucificado, con formación en artes y oficios en Cádiz y posteriormente en el grado de Bellas Artes en Salamanca, y con un amplio currículum de obras destacando este Cristo de la Paz sobre el cual tenía especial admiración y querencia como reconocieron este domingo escultor y cofradía a lo que el hermano de la mayor le dijo que «puedes estar tranquilo y orgulloso porque tu obra será venerada aquí por muchos». En esta línea Manuel Fernández Narros, el párroco, también habló al reconocer su fascinación por el crucificado nada más que lo vio a la vez que hizo a todos sentirse orgullosos de la obra que recibirá culto junto con La Quinta Angustia, la venerada imagen de Gregorio Fernández.
El crucificado de madera policromada concebida al propio estilo de la formación del autor pero con un destacado guiño a la escultura procesional castellana dado que la corona de espina está trenzada a base de espino natural. Cristo destaca por las perfectas proporciones, tensa musculatura con un paño de pureza recogido hacia la derecha, el mismo lado hacia donde cae su cabeza, con una gran melena también esculpida en madera. Para muchos, comentaban este domingo, además de la «dulzura y paz» que transmite la imagen, destaca por el madero que lejos de las cruces castellanas es tipo arbórea, redondeada, con el titulus crucis en su extremo superior.
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