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Valladolid comenzará a llenarse de turistas con motivo de la celebración de Semana Santa en pocos días. Cada año son muchos los visitantes que acuden ... a la ciudad en busca de una oferta cultural y gastronómica de la que disfrutar en la Semana de Pasión. Con un amplio catálogo de procesiones para los amantes de la imaginería, y la posibilidad de acudir a más planes marcados por la temática religiosa, la ciudad acoge una gran variedad de planes de los que disfrutar.
Sin embargo, más allá de los actos propios de estas fechas, en Valladolid hay varias curiosidades que los turistas primerizos desconocen y pasan por alto durante su visita a la ciudad. Para conocer estos detalles, que no aparecen reflejados en la extensa programación de esos días, hace falta estar presente en las procesiones.
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Si por algo se conoce a la Semana de Pasión vallisoletana es por los famosos capirotes que portan las cofradías durante las procesiones. Siempre ha habido excepciones. Es el caso de la Real Penitencial del Santísimo Cristo Despojado, Cristo Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura, una hermandad creada el 23 de diciembre 1943 en el seno de la Juventud Obrera Católica (JOC). Nace como un movimiento de jóvenes cristianos trabajadores que empezaron a procesionar en 1930 y siempre ha llamado la atención de los extranjeros por una particularidad.
Esta cofradía es la única de Valladolid que no utiliza capuchón, es decir, va con la cara descubierta en todas las citas religiosas de la ciudad. Tras su separación de la JOC en 1968 para empezar a funcionar de manera independiente, los cofrades consultaron al arzobispado si podían continuar a cara descubierta o si, por el contrario, tenían que confeccionar un hábito con capirote incluido. Las indicaciones establecían que, al establecerse con ese carácter, debían continuar en la misma línea. Es por ello que se confeccionó el hábito sin capirote y con los colores rojo y crema, tonos propios del escudo de la JOC.
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Las tallas son uno de los principales protagonistas en estos días. Desde la salida de sus respectivas iglesias y su recorrido por la ciudad son el foco de todas las fotos y miradas de los vallisoletanos y turistas. En concreto, la escultura del Descendimiento, tallado por Gregorio Fernández para la Cofradía de la Vera Cruz de Valladolid, es una de las obras cumbres del imaginero y de la escultura barroca castellana.
El monumental paso acogió el apodo de 'El Reventón desde hace muchos años ya que, según relata Ventura Pérez, al entrar en su iglesia en el año 1741 el conjunto se inclinó en exceso provocando que uno de los costaleros que lo portaban fuese aplastado por la mole contra la pilastra de la puerta. En la actualidad se dice que la pieza procesiona sobre una plataforma con ruedas y es empujado por un total de catorce cofrades a causa de este suceso. En Valladolid encontramos cerca de 71 tallas que son empujadas a ruedas. Además, aquellas que pertenecen al Museo Nacional de Escultura están obligados a ser llevadas de esta forma.
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Las procesiones van dejando al paso de la marcha lenta el reconocible aroma a incienso, pero también hay otros olores muy característicos, los que desprenden los dulces recién hechos de los hornos y pastelerías, que en estos días se convierten en templos gastronómicos donde hacen cola tanto los vecinos de la capital como los numerosos turistas. Las torrijas, las hojuelas y el pastel penitente copan las vitrinas de las pastelerías vallisoletanas.
El presidente de la Asociación de Confiteros de la ciudad, Rafael Mesonero, confirma que estos dulces son los más demandados en estos días, haciendo especial hincapié en las torrijas. Desde Carnaval hasta el miércoles de Pascua fácilmente se pueden vender unas 40.000 en su confitería ubicada en paseo del Hospital Militar. Una de las últimas incorporaciones en las bandejas de Semana Santa llegó en 2012, cuando surgió el pastel penitente, un petisú relleno de chantilly (mezcla de crema y nata) con un capirote de chocolate. El pastelillo intenta imitar el traje de los cofrades de casi todas las hermandades de Valladolid, un detalle que ha viajado hasta Salamanca, Málaga e incluso Sevilla.
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Si hay algo que caracteriza a la Semana Santa de Castilla y León, y en concreto a la de Valladolid, es el silencio que se guarda a modo de respeto durante todas las procesiones de la programación. Durante los días de la celebración la ciudad se envuelve en un ambiente solemne y devoto. La ciudad acoge el Jueves Santo la procesión de la Peregrinación del Silencio, con el Cristo de la Agonía, una cita religiosa donde se vive un acto de recogimiento y reflexión. Durante la procesión, la talla de Juan Antonio de la Peña es portada a hombros y alumbrada por la Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Este episodio de la Semana Santa vallisoletana se puede considerar como uno de los desfiles que más fiel ha permanecido a sus orígenes. A las once de la noche se pone en marcha el cortejo, caracterizado por un profundo silencio, que es roto únicamente por el sonido seco de un par de bombos que con su toque anuncian la llegada y al tiempo llaman al silencio buscado.
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La última tradición singular de esta lista le pertenece a la Cofradía de La Piedad. El Jueves Santo, durante la procesión de Penitencia y Caridad que tiene lugar el Jueves Santo, la congregación libera a un preso de forma simbólica. El recorrido original se iniciaba desde la Prisión Provincial, donde el reo era excarcelado y se incorporaba al cortejo empujando el paso de 'La Quinta Angustia' hasta la sede de la Cofradía.
En esa ubicación se le proporcionaba ropa y le suministraban los gastos para que regresase a casa. En 1985, cuando la cárcel fue llevada a Villanubla, pasó a celebrarse la procesión desde la Audiencia de Valladolid. A partir de ese lugar, el cortejo procesional va por distintas calles de la ciudad del Pisuerga para regresar finalmente hasta la iglesia de San Martín, donde entonan la Salve y el reo queda liberado.
Desde Curioseando por Valladolid nos acercamos hasta el Ayuntamiento para conocer más a fondo la historia que se esconde tras el escudo de la ciudad.
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