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La destrucción del observatorio meteorológico de ValladolidPara el Valladolid de aquel momento era un nuevo comienzo. Tras entrar en vigor la Real Orden del 30 de marzo de 1846 donde se ... proponía a los centros universitarios empezar a realizar controles meteorológicos, la Universidad de la ciudad decidió empezar sus observaciones en 1854.
La pionera instalación se situó en la torre del reloj ubicada sobre el tejado de la capilla del antiguo edificio de la Universidad que, en aquel momento, tenía un observatorio meteorológico que se encontraba en el interior de un torreón de 23 metros de altura muy antiguo y deteriorado por la crudeza de un gélido temporal.
En los cursos de 1858 y 1859 la estación contaba con varios complementos que le servían para perfeccionar sus estudios. Entre ellos, un anemómetro colocado en la parte más alta de la torre, un pluviómetro superior ubicado en el mismo sitio paralelamente a este y otro inferior situado en el jardín botánico. Además, disponía de varios termómetros. Para medir las temperaturas máximas tenía uno al sol, otro al aire y a la sombra y otro más con bola humedecida. Para las mínimas, uno en el terreno o hierba, otro en el aire y otro a la sombra. A estos se sumaba un barómetro construido por Barrow y financiado por el Ministerio de Gracia y Justicia.
El Real Decreto del 5 de marzo de 1860 cambiaría los planes para el observatorio vallisoletano. En él se establecía la creación de 22 nuevas estaciones, esta vez situadas en lugares dependientes del Estado tales como universidades o institutos, siendo los responsables los catedráticos de Física de dichos centros. En este caso, Valladolid tendría el honor de ser una de las ciudades elegidas para su implantación. La Comisión de Estadística realizó las comprobaciones necesarias para averiguar si la Universidad disponía de las instalaciones adecuadas para acoger el material meteorológico y el personal necesario.
El observatorio, que hasta entonces era el elemento arquitectónico más llamativo de todo el edificio de la Universidad, continuó en la misma ubicación ya que el reloj se trasladó en 1858 a una nueva torre diseñada por Antonio Iturralde. Tras considerar el mal estado de la construcción, se decidió trasladarlo hasta el jardín botánico de la propia Universidad, donde aguantaría hasta el año 1904. Tres años después comenzó la demolición del edificio gótico de la facultad y el observatorio se trasladó a la torre del Ayuntamiento, donde les cedieron un despacho en la última planta para trabajar hasta que estuvieran listas las nuevas instalaciones.
El nuevo edificio de la Universidad tendría detrás a Teodosio Torres, el arquitecto encargado de diseñar un proyecto en el que incluyó una torre de 30 metros de altura para albergar el nuevo observatorio en la parte superior. El plan estaría firmado el 4 de junio de 1910. La torre, construida sobre una planta cuadrada, estaba rodeada con grandes pilastras y medias columnas que conformaban sus dos cuerpos. El primero dividido en tres pisos en el que se contaba con una planta baja con amplias ventanas rectangulares. Sobre este había una entreplanta que disponía de menor altura que la anterior.
El segundo piso, de gran altura y rodeado por una barandilla, acogía todos los aparatos registradores: termógrafo, barógrafo, barómetro, anteojo astronómico y sextante. La parte más alta de la torre disponía de una azotea donde estaban ubicados los aparatos meteorológicos de medición que la estación había ido recopilando en sus años de funcionamiento (anemómetro, veleta, pluviómetro, termógrafo e higrómetro). Los pisos de las plantas inferiores eran ocupados por las instalaciones de la facultad de Ciencias y la de Física.
El observatorio permaneció allí hasta la construcción de la nueva Facultad de Ciencias en el Prado de la Magdalena, donde se trasladó en 1968, aunque la Facultad no se inauguró hasta 1969. Entre 1968 y 1972 llegaría una gran reforma para la fachada de la calle Librería y parte del interior, diseñada por el arquitecto Jesús Basterrechea. Dentro de la reforma estaba pensado el derribo de la torre del observatorio que, por desgracia, se llevó a cabo en 1968.
Desde Curioseando por Valladolid nos acercamos hasta un callejón céntrico de la ciudad que hicieron desaparecer por la construcción de un edificio.
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