Las últimas lluvias rellenan los embalses para encarar el verano

Tan solo en 24 horas -el pasado domingo-, se acumularon tantos litros de lluvia como en todo el mes de abril. Sobre todo en el oeste de la provincia, donde las puntuales lluvias apenas se alcanzaron los diez litros por metro cuadrado. En el este, se superaron los 20. Todo cambió con la entrada de mayo, ya que una sucesión de intensas tormentas -nunca vistas en la historia- contribuyó a recuperar las reservas perdidas de los pantanos. Cada litro importa y, a día de hoy, se encuentran al 91% de su capacidad, un dato muy superior a la media de los última década.

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Los hectómetros cúbicos que albergan los embalses de mayor capacidad apenas han variado desde que se produjeron las inundaciones de enero. Hay algunos pantanos que no han dejado de soltar agua desde dicha fecha, como es el Pontón Alto, al cien por cien de su capacidad, lo que ha llevado a aumentar el caudal de vertido desde los dos metros cúbicos por segundo hasta casi los cuatro por las recientes lluvias. La presa de Burgomillodo (Carrascal del Río) y de Las Vencías (Fuentidueña) rondan el límite, mientras que el embalse de Linares del Arroyo (Maderuelo) está a tan solo siete puntos porcentuales de anunciar el lleno total tras sumar un hectómetro esta semana, según el último boletín hidrológico.

Es un hecho destacable, ya que los mejores meses para los cuatro embalses de mayor capacidad en Segovia suelen ser febrero y marzo, cuando registran una mayor entrada de agua. En el caso del Pontón, este periodo se traslada a abril, aunque las lluvias de invierno siempre son más cuantiosas de media que en mayo.

Las precipitaciones de estos días repercutieron de forma significativa en los ríos. En el caso del río Eresma, duplicó su caudal en solo doce horas, al pasar de 1,7 metros cúbicos a más de cinco en la madrugada del pasado lunes. Asimismo, corrió con fuerza al aumentar su nivel en cerca de 30 centímetros de forma repentina.