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Los embalses baten un récord del siglo tras dos meses al límite de su capacidadApenas se conocen primaveras con mejores datos de agua almacenada que la que acaba de comenzar. Segovia bate el récord del siglo para un mes de marzo al contar con la reserva hídrica más elevada de las últimas dos décadas, ya que sus pantanos de ... mayor tamaño almacenan 73 hectómetros cúbicos de agua, lo que se traduce en que se sitúan a más del 91% de su capacidad. La lluvia caída de los aguaceros de enero y los litros procedentes del deshielo aguantan la subida de las temperaturas, aunque el tiempo cambiará de forma radical en vísperas de Semana Santa.
El nivel de agua que registran los embalses segovianos está muy por encima -un 10%- de la media de los diez años previos, cuando se han vivido periodos acusados de sequía en 2017 y, especialmente, en el año hidrológico 2021-2022. De hecho, la reserva hídrica existente es a su vez un 50% mayor en comparación con la misma semana de este último curso. Son datos que escasamente se habían conocido con anterioridad desde el inicio de su recopilación en 1987.
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La cantidad de agua que albergan a día de hoy los cuatro pantanos con una dimensión más representativa en la provincia es similar -e incluso superior- a la que acumulan habitualmente entre mayo y junio, siempre que sea una época con valores normales de precipitaciones. Es decir, que no sea extremadamente seca. Tan solo se acercan a esta tendencia elevada de reservas marzo de 2001 y, en menor medida, de 1998, ya en el pasado siglo. Ambos ejemplos fueron etapas provechosas en referencia a los recursos hídricos al poder afrontar sin problemas los meses más cálidos y con menos lluvias.
Si se tienen en cuenta las cifras resultantes del último lustro, ningún otro mes de marzo consigue hacer sombra al actual. Los más próximos a esta evolución son 2013 y 2020, pero guardan las distancias. Sobre todo en el invierno. Fueron las intensas precipitaciones de la pasada estación las que colmaron los pantanos a finales de enero. También en forma de nieve, cuyo deshielo desbordó ríos e inundó carreteras en diferentes puntos de la provincia.
En tan solo una semana, los embalses de Linares del Arroyo, en Maderuelo; Burgomillodo, en Carrascal del Río; el Pontón Alto, entre Palazuelos de Eresma, el Real Sitio de San Ildefonso y Segovia capital; y la presa de Las Vencías, en Fuentidueña, tuvieron que afrontar la llegada de 22 hectómetros cúbicos. A partir de ese momento, la suma de litros ha fluctuado, pero el porcentaje de almacenamiento no ha logrado bajar del 90% desde esa fecha. Así, cumplen más de dos meses rozando el límite de su capacidad.
Los pantanos han perdido dos hectómetros cúbicos desde el martes, 12 de marzo, pero este descenso de litros se compensa con los 6.000.000.000 que ganaron en la quincena previa. Es lo suficiente para abastecer a una población de más de 300.000 personas a lo largo de todo un año, según la estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El resultado final es positivo, pues los embalses están a siete hectómetros cúbicos -los mismos que tiene el Pontón Alto- de rebasar su límite máximo de capacidad.
No obstante, la reserva experimentará cambios en las próximas horas, ya que la suelta de caudal será una escena habitual en las diferentes presas. La previsión de llegada de un nuevo frente de borrasca con lluvias abundantes obliga a abrir las compuertas para hacer descender el nivel de los pantanos. El regreso del frío tendrá lugar a principios de la semana que viene y se prolongará, como mínimo, hasta el Jueves Santo, según el último pronóstico de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
91,2% porcentaje
de agua embalsada que registran los pantanos segovianos en relación a su capacidad total.
7 hectómetros cúbicos
es la cantidad de agua que falta para alcanzar el cien por cien de las reservas, que es la misma cifra que llega a contener el Pontón Alto.
El boletín semanal de Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico permite comprobar que no todos los embalses se comportan del mismo modo. La presa de Las Vencías, de caída libre, presenta el porcentaje más bajo de agua embalsada: un 80%, lo que se traduce en cuatro hectómetros cúbicos de un total de cinco. Su menor tamaño explica que este dato permanezca inmutable a lo largo de los meses, aunque marzo es el segundo con mayor entrada de agua.
En el lado contrario se sitúa el Pontón Alto, ya que hasta hace unas horas estaba al cien por cien de su capacidad, pero el vertido constante de litros ha conllevado una reducción de unas décimas porcentuales. La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) informó este jueves por la tarde que se encontraba al 99%. Solo ha permanecido por debajo de estos límites entre principios de agosto y finales de octubre.
Son siete hectómetros cúbicos los que custodia el pantano y desde el lunes al mediodía suelta una media de cinco metros cúbicos por segundo, una cifra mucho menor que los más de siete metros cúbicos que liberó en varias ocasiones tras la nevada de principios de mes. Precisamente, marzo se constituye como el segundo periodo del año que más litros ingresa de media el embalse, que abastece a los residentes de la ciudad y parte de su alfoz. Con una entrada promedio de 14,1 hectómetros -el doble de su capacidad-, pisa los talones a abril, con 14,8. Este dato se ha disparado hasta duplicarse en algunos años, tal y como reflejan los máximos alcanzados en 2014.
Los que más variaciones han sufrido son los embalses de Linares del Arroyo y Burgomillodo. El primero, al ser el más grande, pierde y gana litros de forma sucesiva. Tiene más dificultades para acercarse a los límites en comparación con el resto de infraestructuras hidrológicas. Aun así, este año lo ha conseguido. El vertido de caudal es continuo desde enero, una acción que es necesaria al ubicarse sus reservas por encima del 90%, ya que alberga 49 hectómetros cúbicos, ocho puntos por encima respecto a la media de la última década.
Por su parte, la suelta que se lleva a cabo desde el lunes en el pantano de Carrascal del Río supera los nueve metros cúbicos por segundo. Es un vertido similar al que se realizó de forma general en las jornadas de inundaciones que tuvieron lugar en la provincia, según los datos en tiempo real facilitados por la CHD.
Esta situación no es un obstáculo para que Burgomillodo registre la más elevada cantidad de agua embalsada de los últimos diez años para un comienzo de la primavera: 13 hectómetros cúbicos de un total de 14. El embalse roza el 93% de su capacidad total, una cuestión que preocupa. Esto se debe a que marzo es el mes en el que más agua recibe, según los registros de 1945 y hasta 2019, cuya media resultante es de 13,4 hectómetros cúbicos.
La cada vez mayor diferencia entre oferta y demanda de agua pone en jaque la provincia. «Aunque tengamos los embalses llenos, nos falta agua, tanto para consumo humano como para riego», asegura el presidente de la Asociación para la Investigación del Agua y el Medio Ambiente (Asiama), Juan Carlos Domingo. Su previsión de cara al futuro no es muy positiva. Si no se pone solución a la «escasez» de recursos hídricos en Segovia, «esto pinta mal; vamos a estar peor a medio y largo plazo», advirtió durante una conferencia organizada con motivo del Día Mundial del Agua, que se conmemora este viernes.
El descenso de las precipitaciones y los prolongados periodos de sequía ya han hecho mella en multitud de localidades en los meses más calurosos. «Hay que tener una gestión hídrica de esta manera, no podemos seguir con esta situación», afirmó. Hay pueblos que se abastecen de los acuíferos ante la baja disponibilidad de los pantanos. Muchas veces presentan índices elevados de nitratos, arsénico y otros contaminantes, lo que impide su uso, y eso «no va a ir a mejor», insistió.
Poner una solución a este problema no es fácil, pero sí que «hay alternativas». A su juicio, una de las posibilidades es el recrecido de presas existentes o, en caso contrario, la construcción de nuevos embalses. Domingo recordó que la propia CHD ya contemplaba varias iniciativas en este sentido en anteriores planes hidrológicos, con presas en Lastras de Cuéllar, en el Ciguiñuela (Segovia) y el azud de Carbonero el Mayor.
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