Familias pasean a sus bebés en unos carritos en las inmediaciones del Acueducto de Segovia. A. Tanarro
Población

Segovia es la provincia de España que arrastra el mayor hundimiento de la natalidad este año

El INE muestra un descenso en el primer semestre de 2022 superior al 14%, y aún es mayor si se compara con el periodo anterior a la covid

Jueves, 18 de agosto 2022, 07:41

El desplome de la natalidad en Segovia es tan abrupto que se convierte, en el primer semestre del año, en la provincia española donde más han caído los nacimientos. El descenso en lo que va del presente ejercicio es el más abultado del país. Entre ... enero y junio, ambos meses incluidos, la cifra de recién nacidos ha disminuido por encima del 14%. La maternidad agudiza la crisis que ha evidenciado en los últimos años, en los que la curva descendente ha buscado un suelo que parece no llegar, a tenor de los últimos datos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

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Las comparaciones, aun odiosas, todavía apuntalan más la tendencia negativa. Y es que desde la irrupción de la pandemia del coronavirus, en los albores de 2020, que es una de las referencias que toma el ente estatal para medir la evolución de la natalidad en España, el hundimiento es más sangrante. Según esos datos, las buenas nuevas de nacimientos de bebés segovianos se precipita un 25% en la primera mitad del año en curso con respecto al mismo periodo de tiempo de 2019. Este registro, en términos relativos, también hunde a la provincia como el territorio del país donde más se ha desplomado la natalidad en relación al curso justo anterior a la covid.

Guadalajara, otro satélite en la órbita de la Comunidad de Madrid, con una disminución de poco más del 23% se le acerca en el dudoso 'ranking' de las provincias con mayores descensos de la natalidad. Otras vecinas de la región, como Zamora y Soria, ambas con bajadas superiores al 20% con respecto al periodo previo a la pandemia, revelan importantes caídas en la cantidad de alumbramientos acumulados en los primeros seis meses de este año. La primera mitad del presente 2022 arroja otros retrocesos pronunciados en la geografía española con respecto al mismo periodo del curso anterior. León, Huesca, Guipúzcoa, La Rioja y sobre todo Guadalajara acusan reducciones por encima del 8%.

Junio, el último de los meses incluidos en las estadísticas del INE, sirve de paradigma para ver cómo la curva de la natalidad persiste en trazar un descenso cada vez más acusado. En dicho mes, vinieron al mundo 53 nuevos segovianos. En esos mismos días de 2021, se celebraron 85 nacimientos, un número que recuperaba retoños con respecto a junios de ejercicios precedentes. En el mismo sexto mes de hace dos años, por ejemplo, fueron 77 los bebés traídos al mundo por sus madres. En junio de 2019, se contabilizaron 85, nueve menos que en 2018.

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Si se toma el dato acumulado, en Segovia han nacido 406 bebés entre enero y junio. Son 67 menos que en el mismo tramo de tiempo del curso anterior; 78 menos que los alumbramientos que hubo en la primera mitad de 2020, año marcado por el confinamiento domiciliario instaurado por el Gobierno central a causa del coronavirus; y 135 menos que en el primer semestre del año previo a la covid.

La diferencia, en negativo, se achica levemente si la referencia se retrotrae a 2018, cuando de enero a junio nacieron en la provincia 519 bebés, lo que equivale a un retroceso superior al 24% en un cuatrienio. Ya este 2022 empezó exiguo en natalidad. Enero fue el más parco en alumbramientos en al menos los meses inaugurales de los últimos cinco años, lo que intuía la confirmación de la tendencia forjada a golpe de repetición de descensos de la maternidad en la provincia.

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Y además, exceso de muertes

La involución que se vio truncada al finalizar 2021, que echó el cierre con diez recién nacidos más que los que se registraron en el ejercicio precedente, revela el Instituto Nacional de Estadística. Si 2020 se despidió no sin antes firmar un mínimo histórico de 949 bebés, doce meses después se alcanzaron los 959.

Más de dos años después del obligado encierro impuesto en la primavera de 2020 por el Gobierno al decretar el estado de alarma para contrarrestar la emergencia sanitaria de un coronavirus mortal, las cifras del INE evidencian que aquel confinamiento no se ha traducido en un aumento de la natalidad en la provincia. Todo lo contrario. Si la natalidad se hunde, el padrón tiene difícil su recuperación tras el varapalo de la covid. Hace dos años ese golpe fue más rotundo, con 2.428 defunciones lamentadas, 735 más que antes de la irrupción de la covid, con la consiguiente pérdida en la esperanza de vida.

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Los datos oficiales demuestran lo arduo que se hace enjugar un exceso de mortalidad que elevó más de un 40% los fallecimientos en la provincia, sobre todo si no hay suficientes nacimientos y el fenómeno de la inmigración pierde fuelle, bien porque esta tierra ya no es tan prometida ni rica en oportunidades laborales, o bien porque los retornos han impulsado las salidas hacia otros países que no son España.

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