![Segovia pierde 244 vecinos en un año pese al colchón de una inmigración estancada](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202206/24/media/cortadas/poblacion-inmigrantes-detorre-ktfC-U170520459294DAG-1248x770@El%20Norte.jpg)
![Segovia pierde 244 vecinos en un año pese al colchón de una inmigración estancada](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202206/24/media/cortadas/poblacion-inmigrantes-detorre-ktfC-U170520459294DAG-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Si la natalidad se hunde en mínimos históricos, al menos desde que el Instituto Nacional de Estadística (INE) tiene registros, el padrón tiene difícil su recuperación tras el varapalo asestado por la pandemia del coronavirus. Fue hace dos años cuando ese golpe fue más rotundo, ... con 2.428 defunciones lamentadas, 735 más que antes de la irrupción de la covid, con la cosiguiente pérdida en la esperanza de vida.
Los datos oficiales demuestran lo arduo que se hace enjugar un exceso de mortalidad que elevó más de un 40% los fallecimientos, sobre todo si no hay suficientes nacimientos y el fenómeno de la inmigración pierde fuelle, bien porque esta tierra ya no es tan prometida ni rica en oportunidades laborales, o bien porque los retornos han impulsado las salidas hacia otros países que no son España.
Las mismas cifras del INE, ya definitivas, ahora colocan el padrón provincial al inicio del presente ejercicio por debajo del listón de los 154.000 habitantes después de haberlo rebasado por los pelos justo doce meses antes.
A fecha de 1 de enero de este curso había 153.812 personas empadronadas en los 209 municipios que conforman la provincia segoviana. Son 244 menos que un año atrás. O lo que es lo mismo, la merma continúa, situándose esta vez en el 1.5% de caída. Y es que 2021, con 1.679 finados y sin padecer tamaño impacto letal del coronavirus, acentuó la paulatina hemorragia demográfica que acusa el territorio desde hace un decenio. Solo se salva el periodo que va de 2020 a 2021, en el que la curva descendente que traza la evolución del empadronamiento provincial repuntó. Ganó 185 vecinos.
Lo que refleja el INE en sus estadísticas actualizadas sobre el padrón es que hay un amago de recuperar población. Se observa y lo cristalizan los números de la segunda mitad del pasado año. A lo largo de esos seis meses, la provincia ganó vecinos, sumó habitantes. No muchos, pero de afianzarse sería un cambio de tendencia. En concreto, acabó diciembre con 19 empadronados más que los contabilizados en junio, un levísimo repunte que obedece además a la aportación nacional, ya que doce de esos 'nuevos' segovianos eran españoles.
Pero si hay un torniquete que evita que la hemorragia de población sea mayor es la inmigración. Este movimiento de acogida no vive, ni mucho menos, épocas boyantes como las que auparon a la provincia como la locomotora que tiraba de la expansión demográfica regional antes de la crisis financiera generalizada de 2008. Baste recordar que los casi cinco mil extranjeros que se asentaron en Segovia entre 2007 y 2008 hicieron que la comunidad foránea en la provincia superara los 20.000 residentes, lo que suponía rondar una representación del 15% de la población.
El encadenamiento de crisis, incluida la sanitaria del coronavirus y la consiguiente económica en la que está sumergida la sociedad española, han minado la capacidad de permanencia de muchos inmigrantes y ha restado brillo al atractivo que otrora tenía este destino para trabajar y formar un hogar huyendo de las miserias y guerras de los países de origen. Si se atienden a las estadísticas publicadas esta semana por el INE, en el segundo semestre del año pasado se marcharon fuera de la provincia y de España 654 personas, de las que 553 tenían una nacionalidad que no era la española. Es decir, más del 84%.
Las cifras del organismo estatal ponen de relieve un saldo migratorio con el extranjero favorable a la demografía segoviana en 202 personas durante ese mismo espacio de tiempo. Es decir, que entre julio y diciembre, ambos incluidos, la afluencia de entrada de ciudadanos provenientes de otros países, sin que aún hubiera estallado la guerra en Ucrania, fue mayor que el cómputo de salidas.
El Instituto Nacional de Estadística concreta que hubo, en la segunda mitad del curso pasado, 856 personas llegadas de más allá de las fronteras españolas, de las que 497 eran extranjeras y el resto contaban con la nacionalidad española. Por lo tanto, a pesar de la pérdida de fuerza e incluso de un saldo negativo arrojado en el segundo semestre del año pasado, la inmigración todavía tira de la locomotora demográfica en la provincia y la salva de una caída más estrepitosa.
Al inicio de este año, había empadronados 19.210, siete más que seis meses antes, pero 306 menos que un año atrás. Pese a ello, la comunidad de foráneos residentes en la provincia ha crecido si se compara con la que moraba antes de la pandemia del coronavirus.
Si se echa la vista atrás al 1 de enero de 2020, pocos meses antes de que estallara la alerta en España, los inmigrantes procedentes de otros países que no son España que habitaban en tierras segovianas sumaban 19.105 ciudadanos; mientras que doce meses antes, a uno de enero de 2019, este mismo colectivo bajaba de los 19.000 vecinos y se quedaba en 18.178. Esto quiere decir que en un trienio la población extranjera en Segovia ha crecido en más de mil personas, lo que equivale a un aumento del 5,6%.
Actualmente, doce de cada cien habitantes que viven en la provincia tienen nacionalidad foránea, a tenor de la publicación del INE.
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