Mario García Bazo, en una clase del instituto Andrés Laguna. Óscar Costa
Mario García Bazo | Máxima nota de la EBAU en Segovia

«Hay que saber organizarse y cuadrar lo que se va a hacer para que te dé tiempo»

El alumno del Andrés Laguna, con una nota de 13,843 sobre 14, va a cumplir su sueño de estudiar Medicina en Salamanca

Sábado, 15 de junio 2024, 10:00

Unos diez años atrás, Mario García Bazo era benjamín. Hoy es el mejor bachiller de Segovia. Hace un decenio, corría por el campo vistiendo la elástica de la Gimnástica; ahora se ha enfundado el traje para celebrar su graduación junto al resto de compañeros del ... instituto Andrés Laguna. Sus profesores, sus amigos y sus familiares sacan pecho con orgullo y presumen de que ese joven extraordinario, porque así lo dicen sus notas, ha sido su alumno, es su colega de fiesta y su hijo, hermano, sobrino y nieto.

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Los resultados de la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), ese frenesí de exámenes y repasos de última hora que antaño era la selectividad, le ha coronado como el mejor expediente de la circunscripción de la Universidad de Valladolid en Segovia.

La nota que le ha encumbrado al arriar el telón de este último curso escolar, contando con la prueba específica, asciende a 13,843 sobre el máximo de 14. En Bachillerato, logró un 9,89 sobre 10. Y en la EBAU, un 9,85. Nadie en la provincia ha sacado más este ejercicio que ahora se despide entre las galas de los bachilleres. Esa puntuación que roza la perfección le catapultará a «cumplir el sueño que he tenido desde siempre», que no es otro que el de convertirse en médico, una de las salidas profesionales con más empleo, junto con Enfermería e Ingeniería Informática.

Poco después de que le llamaran de la UVA para comunicarle que su nota era la más alta de Segovia, Mario admite que «no me lo podía creer». «Me he quedado flipado; sabía que lo había hecho bien, pero de ahí a tener la mejor nota...», suspira el joven asimilando el logro. Recuerda cómo encaró los exámenes que marcan el paso a una carrera universitaria. «Al principio iba un poco nervioso por ver cómo iba a ser. Pensaba que Lengua se iba a dar peor, que iba a sacar un siete o un ocho, pero fue bien». Mario se fue destensando con el paso de las preguntas y las pruebas. «Historia resultó muy bien y luego ya remonté en el resto. Matemáticas y Química, de hecho, me parecieron fáciles», resume el bachiller.

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La nota «refleja todo el esfuerzo que hay detrás de unos años muy duros en Bachillerato»

Mario García Bazo

Estudiante

Aquel anhelo de la infancia es la realidad que va a empezar a construir el curso que viene. «Estudiaré Medicina en Salamanca», confirma convencido de su destino como nuevo universitario. Le avalan sus notas en una titulación con una ardua exigencia en las calificaciones de acceso y de corte. Mario se trasladará a la capital charra para cursar la profesión de sus sueños. «Tengo familia allí y además la universidad es de prestigio», revela para ratificar su decisión.

Mario García, a la entrada de su instituto. Óscar Costa

Ese 13,843 de calificación conjunta «principalmente refleja todo el esfuerzo que hay detrás de unos años muy duros, en los que he estado muy apoyado por los profesores y por mi familia». Mario García Bazo sabía que si quería cursar Medicina, tenía que exprimir cada examen y arañar cada décima para que lo deseado se tornara cada vez más real. Subraya lo de la dureza de los estudios en esta etapa preuniversitaria porque considera que hay personas que le restan méritos al Bachillerato. «A veces tiene mala fama», apostilla. «He tenido unos muy buenos profesores», insiste en agradecer cada lección y consejo que ha recibido a lo largo de estos años de sus maestros del instituto Andrés Laguna, que repite este año después de que hace doce meses otra alumna del centro obtuviera la mejor nota de la EBAU.

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Lo de la bata blanca y cuidar por la salud de la gente, en parte le viene de familia. «Mi madre es enfermera». Su padre, no. El progenitor trabaja en Hacienda. «Yo lo que siempre he querido es ayudar». Su hermano, tres años mayor que él, pensaba lo mismo y se embarcó en la carrera de Enfermería en la Autónoma de Madrid. Los dos vuelan del nido segoviano; pero la familia «está súper contenta».

Los profesionales que ejercen su labor en la sanidad «no están suficientemente valorados»

Mario García Bazo

Estudiante

Opina que los profesionales sanitarios «tenían que estar mejor pagados» por la labor vital que llevan a cabo y por los sacrificios que hacen a lo largo de su trayectoria. «Creo que no está suficiente valorado» el trabajo que hacen los médicos. Este segoviano aún no tiene demasiada clara la especialidad que le gustaría desarrollar, aunque se ve «en algo de acción, que haya que actuar e improvisar con rapidez». En este sentido, piensa que la Medicina de Urgencias se amolda a esa manera de percibir la atención a los pacientes, porque «ser médico de Familia me parece más monótono». Sin embargo, es consciente y matiza que esa categoría de emergencias carece por el momento de especialización.

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Mario hace sencillo lo difícil, que es sacar tiempo para todo. «No todo es estudiar», asevera. «Lo que hay que hacer es saber organizarse y cuadrar lo que se va a hacer para que te dé tiempo», insiste. Él, por ejemplo, «compagino salir con los amigos de fiesta, que me gusta mucho, con los estudios y con el gimnasio», entre otras aficiones.

Hasta cuarto curso entrenaba y jugaba al fútbol; estuvo enrolado en las categorías inferiores de la Segoviana, que le ha regalado además este año la alegría del primer ascenso a Primera RFEF. «Tenía unos horarios muy estrictos». Luego, para flexibilizar y conciliar la exigencia que se impuso en el Bachillerato, lo sustituyó por las rutinas del gimnasio. «Voy cuatro o cinco días a la semana, aunque en exámenes he ido algo menos», reconoce que cada momento tiene sus prioridades.

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Esas horas diarias en el que ejercita el cuerpo le permite «desconectar», lo mismo que hace cuando está de parranda con los amigos, o de paseo con sus. Para ellos va dedicada la mejor nota de la EBAU y del Bachillerato. «Quiero devolverles el apoyo que me han prestado todos los días dándoles esta alegría».

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