La remodelación integral de la plaza Oriental tiene un coste de entre dos y tres millones de euros

«Es el principal nudo de conexiones entre el casco antiguo y el resto de la ciudad, y eso es algo que no podemos perder de vista, pues no debes dejar aislado el recinto amurallado del resto de Segovia, partiendo también del concepto que el entorno tuvo en época romana, cuando ya era un punto de encuentro y de caminos que comunicaba la ciudad con otras poblaciones. Es evidente que debemos seguir manteniendo ese punto de encuentro y conectividad, pero no menos que la ordenación urbana es muy mejorable», asegura la alcaldesa de Segovia, Clara Martín, responsable del área municipal de Urbanismo durante los últimos tres años.

Martín considera que se han dado pasos «importantes» para la configuración de un nuevo espacio urbano a los pies del Acueducto, como el propio corte de tráfico o la ampliación de la franja peatonal desde los pilares del monumento, pero «llega un momento en que o acometes una reforma integral o no puedes ganar más espacio porque chocas con la cuesta de la calle San Juan», añade. Para la regidora, la plaza ganaría mucho si se reordena el trazado de la cuesta suavizando la curva aprovechando el parterre junto al que se ubica la escultura de la Loba Capitolina y trasladando el ancho del paseo de Santo Domingo de Guzmán.

En cualquier caso, todo pasa por un proyecto de reurbanización completa que respete las características del espacio como punto de conexión entre la ciudad vieja y la nueva y confluencia entre las principales vías de comunicación. «Todo ello conllevaría ordenar el tráfico que entra o no entra en esa plaza, en qué situaciones lo haría, en qué horarios y en qué circunstancias», apunta la alcaldesa.

El proyecto no es poca cosa. Martín estima que el coste oscilaría entre los dos y los tres millones de euros, pues habría que levantar toda la plaza, renovar el saneamiento, el abastecimiento, la pavimentación.... Hay, además, puntos a los que aportar soluciones imaginativas, como la dignificación del comienzo de la calle Gascos. «Habría que partir de varias circunstancias en las que estamos trabajando, como la utilización y mejora de ese fondo de saco de Gascos en el que está previsto construir el centro de interpretación del Acueducto. Todo eso irá mejorando el espacio. Será preciso, no obstante, tener una perspectiva global de la plaza, para lo que habría que convocar un concurso de proyectos que partiera de la situación actual», señala la regidora.

No sería la primera vez que se convoca un concurso de proyectos. En un cajón están guardados los elaborados por los arquitectos que concurrieron a los concursos de 1946 y 1998, aunque no parece que vayan a utilizarse en el futuro. «Las cosas han cambiado mucho –explica Clara Martín–. Cuando se hizo el del año 1998, el edificio de la Unión Previsora estaba como estaba y el del hotel Eurostars era un esqueleto de hormigón. Tampoco teníamos la misma ordenación del tráfico que ahora. Lo ideal sería plantear un nuevo concurso, no necesariamente de proyectos, sino de ideas, y no descarto que podamos acometerlo en breve, porque la reforma de la plaza Oriental es una asignatura pendiente que tiene la ciudad».

Martín cree que apostar por un buen proyecto de reforma integral y ejecutarlo es la única manera de arreglar el desaguisado cometido a principios de los años sesenta, cuando la piqueta demolió sin piedad un edificio tras otro. «Se modificó totalmente la ordenación histórica del entorno, porque los romanos construyeron el Acueducto no solo como obra de ingeniería para la conducción del agua, sino como monumento conmemorativo en un punto donde se juntaban todos los caminos. La reordenación de los años sesenta cambió todo eso y dejó un fondo de saco en la calle Gascos, enterrando la escalinata que conducía al callejón y prescindiendo de las casas de uno de los laterales de la calle San Juan. Estoy convencida de que la ordenación urbana anterior a la explanación venía de la época romana, y es una pena que no se hayan podido hacer excavaciones arqueológicas bajo la plaza Oriental para certificarlo. En los sesenta solo se tuvo en cuenta que el tráfico pudiera fluir de un lado a otro, sin apreciar otros aspectos. Hoy se hubiera hecho de otra manera, empezando porque la normativa patrimonial no hubiera permitido hacer lo que se hizo. Es verdad que muchos de los edificios que se derribaron presentaban un estado de conservación deficiente y que la visión del Acueducto mejoró mucho, pero se perdió una esencia muy importante del entorno urbano original del monumento. Fue una intervención muy agresiva. Hoy, por ejemplo, la conexión con Gascos y San Lorenzo sería otra muy distinta, y las avenidas de Vía Roma y Padre Claret tendrían un trazado muy diferente», explica Clara Martín.

El problema sigue ahí y Segovia tendrá que acometer la reforma algún día. La plaza Oriental es, a día de hoy, la carta de presentación, el umbral de la ciudad para todo el que llega. Dignificarla es una tarea ineludible que los gobiernos municipales tendrán que acometer.