La provincia de Segovia cuenta con 97 piscinas al aire libre

La semana comenzó con intensas lluvias y acaba con un sol radiante, lo que ha llevado a algunos ayuntamientos a esperar hasta los últimos días para solicitar los permisos correspondientes a Sanidad. Esto supone realizar las oportunas revisiones de las instalaciones para ratificar que todo funciona de manera óptima. Los vasos se han sometido a inspecciones en vacío y tras su llenado, con el objetivo de aglomerar sin problemas a los miles de bañistas que durante los próximos meses acudirán a ellos.

Es el Servicio Territorial de Sanidad el que recibe las solicitudes de apertura y lleva a cabo los múltiples exámenes. Para esta temporada de baño, han sido un total de 87 piscinas al aire libre las que han solicitado su apertura, de las que 63 son municipales. Otras 24 son titularidad privada pero de uso público, gestionadas por asociaciones. Esta última es la fórmula escogida en localidades como Valseca, Anaya o Garcillán, pero también por clubes, hoteles, parques recreativos, campamentos y albergues.

Durante todo la época estival, la Junta de Castilla y León se ocupa de la actividad de vigilancia, control e inspección de las aguas de recreo de toda la provincia. No solo de las piscinas de uso público, tanto de titularidad municipal como privada, sino también de zonas de baño censadas en ríos y lagos. En Segovia, tan solo el embalse de Linares del Arroyo tiene esta actividad autorizada.

La temporada de baño comenzó el 15 de junio y se prolongará, en la mayoría de los casos, hasta el 31 de agosto, aunque algunos ayuntamientos y empresas se plantean alargar la vigencia del periodo unos días más si la meteorología lo permite. Otros, ya tienen la fecha de clausura fijada y apurarán hasta el domingo 3 de septiembre, para que los usuarios puedan aprovechar la semana completa.

En el caso de las piscinas municipales, la mayoría de los ayuntamientos optan por las empresas privadas o particulares para la gestión de las instalaciones. Son ellos los que se encargan de su mantenimiento e incluso de las contrataciones del personal. En la mayoría de ocasiones, también de la gerencia del bar o complejos de portivos, que salen a subasta y se extienden por prácticamente todas las piscinas de la provincia. También hay casos en los que ambos servicios se licitan por separado.

Los consistorios buscan un servicio profesional que se encargue tanto de las revisiones iniciales de la instalación, donde se pone en funcionamiento el sistema de depuración, como de las tareas de llenado, limpieza, los trámites y gestiones legales de apertura. Y durante la temporada, también de los tratamientos específicos, sin olvidarse de la contratación del personal: desde los socorristas y taquilleros a los empleados de la limpieza.

Esta es la opción que tienen en municipios como La Lastrilla, donde la gestión se realiza a través de la empresa SIMA, que también administra otras piscinas municipales de la provincia. En el caso de la localidad del alfoz de la capital, sus puertas abrieron este jueves. Las vacaciones escolares marcan el calendario.

La instalación no ha requerido el vaciado previo del vaso, pues se aprovechó la piscina climatizada para su transformación a verano. Simplemente fue necesario el desplazamiento de la cúpula. En este caso, se realizan los controles y analíticas necesarias para obtener el visto bueno de la apertura por parte de Sanidad, y el vaciado se lleva a cabo al concluir los meses de verano, cuando se acometen las revisiones oportunas.

La práctica de La Lastrilla se repite también en Villacastín, Marugán o Palazuelos de Eresma, donde las piscinas, gestionadas también por SIMA, abrieron entre el mismo jueves y viernes. En todos los casos no han existido problemas en la contratación de socorristas. Por ejemplo, La Lastrilla cuenta con una plantilla fija que se nutre del personal del invierno, aunque aumentan las contrataciones en la época estival. Pese a ello, la empresa realiza habitualmente cursos de socorrismo, por lo que tiene siempre jóvenes en cartera. Es frecuente que el personal repita de un año a otro, por lo que los nombres de socorristas y personal de taquilla son conocidos entre los paisanos asiduos de las piscinas. De este modo, los cambios son mínimos.

El Ayuntamiento de Cuéllar optó la legislatura pasada encargarse de lo referente a las instalaciones veraniegas, desde el mantenimiento a la contratación del personal. Para ello, cuentan con bolsas de empleo que se renuevan anualmente o cada dos años. «No solemos tener problemas para encontrar trabajadores», revelan fuentes municipales.

Del mismo modo que ocurre en La Lastrilla, el personal es el mismo que trabaja durante el invierno en la piscina climatizada. En total, son doce personas las contratadas. También están presentes los operarios de servicios y jardinería, que se dedican a las tareas de limpieza y mantenimiento.

Segovia capital fue de los primeros municipios en abrir su piscina, el pasado viernes 16. Cuéllar tan solo tardó un día más en dar pistoletazo de salida a la temporada de baño. La piscina abrió sus puertas el 17 de junio, una semana antes de la fecha habitual en la villa. Esta decisión tuvo en cuenta las reclamaciones de los vecinos, que solicitaron adelantar la apertura, especialmente en aquellos veranos en los que el calor hace acto de presencia a primeros o mediados de mes.

Para tener todo a punto en la fecha prevista, se han realizado mejoras como el saneamiento de gran parte del arbolado y la plantación de otros tantos. Los usuarios podrán disfrutar del agua a 25 grados por medio de una climatización del vaso que se acometió el año pasado.

Tanto en Cuéllar como en el resto de localidades, el estreno de las piscinas se completa con cursos de natación, especialmente dirigidos a los más pequeños. También se ofrecen clases para adultos o perfeccionamiento de técnicas para los más jóvenes, aunque la oferta es más reducida.

En los últimos años, numerosos ayuntamientos o empresas y particulares han apostado por poner en marcha campamentos urbanos de verano que tienen como centro las instalaciones de baño, o incluso talleres en el agua dirigidos a personas mayores, juegos con hinchables o el cada vez más afamado 'aquagym', consistente en la realización de ejercicio aeróbico y acuático, que suma cada vez más adeptos.