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La campaña 2023-2024 será la decimosexta de Manu Olmedilla con la camiseta de la Gimnástica Segoviana. El capitán de los azulgrana ha renovado un año más, pero su continuidad es especial. Ha tenido que apostar por el fútbol para poder entrenar por las ... mañanas e intentar llevar al equipo al siguiente nivel.
–¿Esta ha sido la renovación más difícil?
–Seguramente. No porque el club o yo quisiéramos. Sino que, para avanzar a ese fútbol profesional, hay que tomar decisiones que a veces no están ni en su mano, ni en la mía. Pero desde el primer día todos queríamos estar de acuerdo. Solo que hay una tercera parte que era la más complicada.
–Una tercera parte que tiene solucionada, pero hubo un momento de todo este proceso en el que no estaba tan clara la cosa.
– A día de hoy está casi con total seguridad solucionada. Pero ha habido momentos en los que igual era posible la opción de dar un paso a un lado. La situación laboral no invitaba a ser muy optimistas.
–Cuando se sienta con el presidente, ¿se dice ya que se va a entrenar por las mañanas o que le esperan para ver si se hace o no?
–Yo jamás me plantearía que la preparación y planificación del club, por una persona, cambiara. Entonces intenté agilizar todas las armas que estaban en mi mano para pedir un permiso en mi trabajo y es lo que he hecho.
–¿Cree que una directiva y un entrenador que han sido capitanes iban a permitir que dos capitanes dieran un paso a un lado en la misma temporada?
–Está claro que la baja de Dani Arribas es muy sensible no sólo a nivel futbolístico, sino a nivel de vestuario. Es insustituible. Hay otras personas que también pueden llevar el peso, véase Chupo, Javi Marcos o Carmona. Podrían haber esperado o no, no lo sé. Lo bueno es que no se ha dado esa situación.
–Cuando vio que Dani Arribas lo dejaba, ¿qué sensación le quedó por dentro?
–La historia con Dani es una historia muy larga, de trece o catorce años. Somos grandes amigos, para mí es como un hermano y estaba al tanto de su situación personal. No lo quieres ver, pero cuando llega el momento y ya es definitivo se ven las cosas de otra manera. Le echaré mucho de menos; el vestuario le echará mucho de menos; el club le echará mucho de menos y nos acordaremos siempre de esa zurda entrando por banda derecha, recorte hacia dentro y golpeo con gol.
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–¿Este año va a ser especial porque lo tiene que vivir como si fuera el último?
–Con 34 años, a nivel de fútbol estás en tu recta final y plantearse más que de año en año, es un error. Vamos a disfrutar cada entrenamiento, vamos a competir cada partido y cuando llegue mayo ya se decidirá.
–Va a ser diferente porque lo va a vivir sólo jugando al fútbol.
–Desde que empecé a jugar siempre lo he compatibilizado con trabajo, ya sea de monitor o ya de maestro, y me ha ido bien. Pero tienes que dedicar parte de tu energía y tu concentración a otras labores. Este año tengo tanta ilusión como el primer día por eso, porque es la primera vez que me voy a sentir futbolista al cien por cien. A nivel de descanso creo que va a ser bastante positivo no levantarte a las 7:00 horas, ir al colegio, volver directo a entrenar, descansar menos.
–¿Qué espera de la temporada?
–Tenemos que refrendar lo del año pasado, difícil porque ya nos ven como un aspirante, y dar un paso más que significa rendir en la fase de ascenso. Enfocar esa fase de ascenso como se ha enfocado cuando el club estaba en Tercera, que éramos favoritos. Teníamos confianza en que haciéndolo bien se podían conseguir los objetivos en esa fase. Y conseguir los objetivos en esa fase ya sabes lo que significa.
–¿Para lograr eso qué necesita el equipo?
–Lo que ha venido haciendo muy bien la directiva es mantener el bloque cuando ha funcionado. Hay que cambiar piezas y acertar muy bien, porque la gente que ya ha confirmado su baja es muy importante no sólo a nivel futbolístico, sino de vestuario. Quizá falte algo más atrás. Arriba son bajas muy sensibles, jugadores que han dado muchísimo rendimiento a lo largo de los años. Y esperemos que lo que venga dé ese nivel.
–El centro del campo queda igual y usted tuvo que alternar momentos de banquillo ¿Cómo lo afronta?
–Pues con 34 años mejor que con 33. Si me pongo en la piel del entrenador, creo que actuaría exactamente igual: utilizar los 21 jugadores que tengo y tener metidos a los 21 cada semana. Eso pasa porque no hay titulares indiscutibles, no hay suplentes indiscutibles. El éxito del 'play off' radica en esa gestión del vestuario. Dentro lo hemos asumido como nuestro, que todos somos importantes; y a nivel personal pues al principio te cuesta asumir algo nuevo, quizá más de baloncesto que de plantillas de fútbol.
–¿Qué se puede exigir en su segunda temporada a esos jóvenes que subieron del juvenil la pasada?
–La gente que ha salido del juvenil ha dado un rendimiento muy alto. Pero lo tienen que confirmar y no tengo dudas por el nivel mostrado, no sólo en los partidos, sino en el día a día, de que lo van a hacer.
–¿Hay que pedirles más?
–Claro que lo van a dar. Su propia madurez les va a llevar a cada vez tener más confianza, sacar esas cualidades que sacaban en juveniles con total naturalidad; nosotros como vestuario les tenemos que dar esa confianza, igual que el cuerpo técnico, pero es que eso en este club es innegociable. No les tenemos que pedir nada porque es algo que va a pasar sí o sí.
–¿Qué le pide Manu a esta temporada?
–Lo primero disfrutar cada vez que vaya a entrenar. Es que para mí es el mejor momento del día. Llevar el nombre de Segovia y del club por ahí, ver cómo crece. Eso es fantástico. Pero si te quedas en eso es un error. Hay que competir, mantener el nivel en los entrenamientos y en los partidos. Saber que no hay titulares indiscutibles, pero que sigues siendo igual de importante en el vestuario. Y dar el mismo nivel que llevo ya dando años.
–A La Albuera a lo mejor le gustaría que se prodigara un poco más desde fuera del área.
–Tengo un gol por temporada. Quizá si me equivoco tengo dos. Algún gol he metido desde fuera del área, pero muy poquitos. Pero prometer, prometo uno o dos por temporada. Algunos importantes.
–El último grande supuso la salvación en Elda.
–El otro día pasaba Carmona de vacaciones por allí y me llamó. Un gol como ese no va a haber.
–¿Esa ha sido su emoción más grande?
–Sin ninguna duda. Ese gol fue una liberación para mí, para los compañeros, para la afición, para el cuerpo técnico, para la familia, para los amigos que quedaron a verlo todos juntos….Seguramente de los momentos más felices que haya vivido en el campo hasta ahora. Igual hay alguno por llegar. Nunca es tarde.
–Si hubiese que cerrar la persiana con un ascenso, ni tan mal, ¿verdad?
–¿Dónde hay que firmar? A lo grande.
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