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El plan de choque para reducir las listas de espera quirúrgicas no ha dado los frutos deseados. Las peonadas no han funcionado. La apertura de ... las salas de quirófanos durante las tardes para aligerar de pacientes la nómina de operaciones pendientes en el complejo asistencial de Segovia ha resultado ineficaz, a pesar de los sacrificios remunerados de los profesionales sanitarios que se sumaron voluntariamente a la misión.
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Esta medida comenzó a andar en la recta final de este pasado junio, no sin algún que otro paréntesis abierto –que frenó este acelerón quirúrgico– para revisar los números del seguimiento del plan autonómico. Ocurrió en agosto, un parón debido al problema detectado en algunos complejos hospitalarios de la comunidad autónoma, entre los que estaba el segoviano. Y es que no se realizaban todas las intervenciones que se podía durante las mañanas, por lo que quedó denegado y suspendido el autoconcierto consistente en operar por las tardes hasta que no se ajustase la programación de cirugías pendientes para que los quirófanos estuvieran a pleno rendimiento en el turno matutino y necesitasen, ya sí, estar activos en el vespertino para cumplir los objetivos marcados por la administración sanitaria.
Además del sistema retribuido de peonadas, el Servicio Regional de Salud destinó un montante económico para derivar a otros centros determinadas dolencias muy específicas con ardua misión de limar las listas de espera. Esta medida de externalización implicaba a casos concretos de hernias o prótesis de cadera en la fase de las consultas que se llevan a cabo en el preoperatorio.
La asignación se realizó mediante «un transparente proceso de licitación con otros centros», según defendió el gerente de Asistencia Sanitaria de Segovia, Luis Gómez de Montes, quien agrega que también se han concertado en lo que va de año medios diagnósticos. La previsión que maneja la gestión sanitaria es de acabar el año con unas mil pruebas de TAC y resonancias efectuadas en el sector privado, así como unas 2.000 ecografías. La razón fundamental por la que Sacyl se ve obligado a recurrir a los medios materiales y personales que posee la sanidad privada es que «no hay suficientes profesionales». Y eso a pesar de las firmes apuestas que han sostenido siempre los distintos gerentes de aprovechar los recursos propios.
La escasez de personal a la que alude Luis Gómez de Montes, agudizada en un periodo como el de las vacaciones de verano, en el que los responsables de la administración sanitaria insistieron en respetar los descansos merecidos de los profesionales tras dos años en primera línea de batalla contra la covid y de profunda erosión física y emocional, tampoco ha permitido que el tercer trimestre del año en curso avanzara hacia la consecución del objetivo especificado en la misión de la reducción de las listas de espera en el ámbito quirúrgico.
Los datos de la Consejería de Sanidad, publicados a través del portal Salud Castilla y León, ponen de relieve la incapacidad de aligerar las demoras a pesar de las peonadas, de la externalización de la interpretación de pruebas radiodiagnósticas o de la derivación de consultas preoperatoria al sector privado. Gracias a la actividad desarrollada durante el periodo de tiempo que va de julio a septiembre, ambos incluidos, el complejo asistencial consiguió bajar por primera vez desde la primera mitad del ejercicio pasado del listón de los 2.200 pacientes en espera. La disminución del volumen de intervenciones en cartera fue algo superior al 6% en los meses de verano con respecto al anterior trimestre.
A principios del otoño, en la provincia había 2.141 operaciones pendientes si se suman las distintas especialidades hospitalarias que tiene en cuenta la Consejería de Sanidad a la hora de definir las demoras en cada centro de la comunidad. Son 146 cirugías menos que las que se acumulaban al finalizar el pasado mes de junio.
Sin embargo, la reducción experimentada en la lista de espera quirúrgica a lo largo del tercer trimestre se antoja insuficiente para alcanzar la elevada meta que se marcó la propia Administración regional, cuando el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, enfocó el punto de mira del plan de choque implantado en los albores del verano en acabar el año con una disminución de veintiún días en el retraso medio que espera un ciudadano en Castilla y León para ser intervenido.
La misión aplicada al escenario sanitario de Segovia consistía en dejar a fecha del próximo 31 de diciembre la demora media para entrar en quirófano en 62 jornadas para enjugar las tres semanas verbalizadas en su anuncio por el presidente autonómico mediante la instauración de las oportunas medidas extraordinarias. En el ecuador del presente ejercicio, el promedio de la tardanza estaba en 83 días.
Pues bien, los últimos datos no solo no acercan la meta, sino que la alejan. El alivio en la nómina de pacientes pendientes de operarse logrado en el tercer trimestre no se ve acompañado por una merma en la duración de las esperas, que aumenta ligeramente hasta alcanzar los 89 días, como se desprende de la media publicada por Sanidad.
De las siete especialidades evaluadas en las estadísticas regionales, cuatro aumentan los tiempos que ha de aguardar el ciudadano para ser intervenido. Las otras tres son Dermatología, que pese a aumentar de once a dieciséis la cartera de casos pendientes de intervención quirúrgica baja el retraso de 78 a 70 días; Otorrinolaringología, que también acabó el tercer trimestre con más pacientes pero con dos días menos de tardanza (de 76 a 74), y Urología, donde hay menos segovianos a la cola para ser intervenidos y que además recorta en tres jornadas (de 93 a 90) la demora media.
La pandemia aún repercute en el exceso de operaciones en cartera. Basta echar la vista atrás, al mismo tercer trimestre pero de 2019, antes de la irrupción de las sucesivas oleadas de covid, para ver cómo la crisis sanitaria ha condicionado la atención en sus disferentes niveles, empezando por las consultas externas, que volcaron buena parte de sus esfuerzos en contener el virus. Hace tres años, había menos de 1.500 pacientes en espera quirúrgica, un 46% menos que ahora, y el retraso medio se alargaba 54 días, 35 menos que en la actualidad.
Traumatología sigue siendo la especialidad hospitalaria que más retraso acumula para pasar por quirófano. Sin embargo, en su favor cabe destacar que durante el tercer trimestre de este año ha conseguido aligerar la cartera de intervenciones quirúrgicas pendientes. La reducción de la lista de pacientes entre los meses de julio y septiembre con respecto al trimestre precedente fue del 7,5%, aunque todavía al había 649 cirugías acumuladas. La cruz de los datos del portal Salud Castilla y León es que la tardanza media para pasar por quirófano ha subido en Traumatología, que de 106 ha pasado a 117 días.
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