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El área de Servicios Públicos de Unión General de Trabajadores (UGT) en Segovia hace números y las operaciones concluyen que el personal de lavandería, de ... costura o el colectivo de camareras de la Residencia Asistida, dependiente de la Junta de Castilla y León, está «sobrecargado». El representante sindical, Antonio García, asegura que la situación que soporta esta plantilla es «insostenible» después de las progresivas reducciones que viene padeciendo. Esas cifras que maneja la organización indican que «hace un año había sesenta personas» dentro del plantel de servicios. Ahora son cincuenta y con visos de menguar más.
García explica que la Administración regional derivó seis trabajadores al otro centro que gestiona directamente en Segovia, la Residencia Mixta. La justificación del traslado provisional fue que las obras de reforma y adecuación que se llevan a cabo en la actualidad en la Asistida iba a disminuir la cantidad de usuarios, algo a lo que UGT se opuso, recuerda el portavoz.
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El pasado mes de diciembre, el sistema de lavandería «queda inoperativo» por una avería en las calderas. La Junta asegura que la prestación se está llevando a cabo; sin embargo, esta problemática pega otro mordisco que merma al personal de servicios de la Asistida.
Según expone el representante de UGT, la Administración traslada a la Residencia Mixta a otros cuatro empleados para apoyar allí algunas de las labores de lavandería que se derivan mientras se alarga la espera del arreglo o de la sustitución de piezas para que vuelva a funcionar normalmente. Antonio García especifica que, por ejemplo, la lencería de las habitaciones se lava en la Asistida y se lleva a la Mixta para su planchado. Eso ocurre de lunes a jueves.
Y aquí surge otro problema. «La ropa sucia se acumula y se producen malos olores», se queja el portavoz segoviano del área de Servicios Públicos de UGT. El personal de servicios de la Residencia Asistida «hace lo que puede bajo mínimos». En ese margen exiguo cabe la colocación de tendederos porque las máquinas no secan las coladas.
El sindicato teme ahora que haya un nuevo traslado de trabajadores de esta plantilla, cuatro en concreto. «Por ahí ya no pasamos», advierte García, porque «ya no se pueden hacer más tareas porque están trabajando en precario», y además «las cuatro plazas que se fueron están sin cubrir», en alusión a la contingencia de la lavandería.
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