Miguel Mateo
Segovia
Sábado, 3 de febrero 2024, 19:17
El reloj marca las once de la mañana en el club Río Eresma de Palazuelos. Hace sol, el cielo está raso, pero el frescor matutino delata que el calendario solo ha hecho que empezar a descontar días de febrero. Las componentes del club de piragüismo Vallkirias Pisuerga ... se preparan este sábado para una sesión de entrenamiento en el embalse del Pontón Alto. Las mujeres que integran este grupo han padecido o sufren cáncer de mama. El proyecto que encarnan es inclusivo, integrador y para dar visibilidad a la enfermedad; pero sobre todo es una iniciativa que pretende superar barreras y apostar por la autoconfianza.
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«Queremos que todas las mujeres en esta situación sepan que hay una puerta abierta y que no hay que dejar de luchar nunca», declara Nachi García, presidenta de la Asociación Vallkirias Pisuerga al mentar la labor de difusión y de apoyo que alimenta cada palada que dan.
Este equipo de piragüismo compite en la modalidad de Dragon Boat, una especialidad de origen asiático con más de dos mil años de antigüedad y que está muy extendida por todo el mundo. Cuenta en la actualidad con más de cincuenta millones de palistas. Su práctica se lleva a cabo en embarcaciones de diez o veinte integrantes. Las palistas deben acompasar los golpes de remo al ritmo que marque el tambor, mientras que en la popa el timonel es el encargado de guiar la embarcación.
La sesión de entrenamiento comenzó con una práctica por la mañana y otra prevista para la tarde. La jornada de las Vallkirias combina el entrenamiento preparatorio de las palistas con la mirada puesta en el horizonte cercano de la competición que se disputará en marzo con la participación de aquellos que quieran compartir embarcación y realizar esta práctica de Dragón Boat.
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Este grupo de piragüismo acoge a mujeres que comparten la lucha contra el cáncer de mama y su pasión por el ejercicio físico. «Me encantaba el deporte y poder realizar esta práctica es un gran logro deportivo, pero también social», detalla Henar Alonso, una de las supervivientes de la enfermedad y actual miembro de Vallkirias Pisuerga.
Pese a que algunos de los entrenamientos que llevan a cabo pueden suponer un gran desgaste físico, «nosotras siempre pretendemos dar el 100%», afirma Alonso.
La práctica de este deporte se realiza en la especialidad BCS, siglas inglesas de Breast Cancer Survivals, que significa 'Supervivientes de Cáncer de Mama'. Desde que se descubrieran en 1996 las ventajas que acarrea la realización de ejercicio físico para favorecer la recuperación del torso superior, muchas mujeres que habían padecido cáncer de mama han optado por esta modalidad. «La elección del piragüismo se debe a los beneficios que proporciona en la parte superior del torso y las escápulas, donde las pacientes de cáncer de mama sufren más», describe Nachi García la importancia de este deporte en su rehabilitación.
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«El deporte nos da mucha energía para seguir», apostilla. Algunos ejemplos de mujeres han demostrado que después de una sesión de quimioterapia «el deporte y el piragüismo les han ayudado a seguir luchando, esto genera mucha fuerza en ellas» describe la presidenta de la Asociación Vallkirias.
El entrenador de este grupo de guerreras es el laureado piragüista Narciso Suárez, medalla de bronce en el C2 500 metros en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Después de su época como preparador y su periodo en la directiva de la Federación de Piragüismo, tanto en la nacional como en la de Castilla y León, decidió asumir este desafío.
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El palista ensalza su experiencia de «volver a entrenar casi partiendo de cero y mejorar desde el aspecto físico» y describe la aventura como «un reto espectacular». Con el objetivo puesto en la competición nacional, Narciso Suárez detalla que lo más importante es «crecer como club incorporando una segunda embarcación que ya se encuentra a un nivel similar a la de la primera».
El proyecto del club de piragüismo Vallkirias Pisuerga comenzó su andadura con la lectura de un libro que motivó e incentivó la apuesta de combinar la realización de ejercicio físico, en este caso mediante la práctica deportiva del piragüismo, con la recuperación tras haberse enfrentado a un cáncer de mama. La presidenta e impulsora de esta iniciativa surgida en Valladolid, Nachi García, hace hincapié con orgullo en que, «pese a los comienzos difíciles, hemos conseguido un logro en un tiempo récord». Ahí están sus logros para dar fe y crédito de que su esfuerzo merece la pena y cosecha su premio. Así, el club se alzó con la medalla de plata en la competición nacional y con el subcampeonato internacional en la modalidad de Dragon Boat frente a grupos que no habían pasado por el trance de ninguna enfermedad. Estos éxitos han alimentado el espíritu de lucha de este grupo de palistas para continuar con su particular batalla contra el cáncer de mama y, además, compitiendo para ayudar «a todas esas mujeres que creen que ya no pueden hacer nada».
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