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La tragedia que sufren día tras día las residencias asistenciales dedicadas al cuidado de ancianos y personas con discapacidad es la cara más cruel de ... la pandemia. La expansión del nuevo coronavirus en este tipo de centros no tiene piedad y ha disparado la mortalidad en la provincia durante el pasado mes de marzo. Los datos fríos que manejan las Consejerías de Sanidad y de Familia e Igualdad de Oportunidades reflejan la magnitud del drama, que está resultando especialmente duro en la provincia de Segovia, cuya tasa de mortalidad del primer trimestre del año es la más alta de la comunidad autónoma: casi cinco muertes por cada mil habitantes.
El contagio letal en las residencias de la tercera edad está detrás de esta mortalidad disparada. La red de centros que hay repartidos en todo el territorio suma una oferta de plazas de 2.651. La irrupción y el azote de la pandemia ha hecho que hasta la fecha hayan fallecido 185 personas. De ellas, 73 se habían sometido antes a la prueba del coronavirus y habían dado positivo.
Los otros 112 finados que registran estas entidades sociosaniarias presentaban síntomas compatibles con los de la infección, pero fallecieron sin saber a ciencia cierta si estaban contagiados por la Covid-19 ya que no hay test que lo demuestre. Pese a ello, la Junta los incluye como víctimas mortales de coronavirus en sus estadísticas.
Los estragos de la pandemia en las residencias segovianas son tremendos. En los últimos cuatro años, la media de defunciones producidas en marzo en estos centros geriátricos y de discapacitados dependientes era de cincuenta. Según las estadísticas de la Administración regional, el pasado mes hubo que lamentar 126, lo que representa más del doble de residentes fallecidos en dicho periodo. En concreto, la mortalidad ha subido con respecto al trienio anterior en un 126%.
Este incremento ha propulsado, por desgracia, la tasa de mortalidad acumulada en le primer trimestre del año en las residencias segovianas. La provincia se encarama al frente de esta luctuosa lista regional con 77,4 fallecimientos por cada mil residentes entre enero y marzo.
Las más afectadas, en términos proporcionales, son las instituciones gestionadas directamente por la Junta, sobre todo por la elevada letalidad que sufre la Residencia Asistida, que es la que acumula más víctimas mortales de todos centros públicos de Castilla y León durante esta pandemia. Hasta ayer habían muerto 37 usuarios de los 239 que alberga. De ellos, nueve tenían la enfermedad confirmada por la prueba del Covid-19, y el resto perecieron con síntomas compatibles con los del contagio, pero sin haberse hecho el test.
En las últimas 24 horas, la Residencia Asistida no había sufrido ninguna baja más, según Sanidad. Lo mismo que la Mixta, menos damnificada por el coronavirus, ya que hasta ahora ha lamentado cuatro defunciones, una de ellas por el virus, tal y como determinó la prueba. Si se suman los dos centros, más del 11% de su población ha perdido la vida por la infección.
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