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El estado de alarma declarado por la pandemia del coronavirus ha hecho aflorar gestos de solidaridad y generosidad que, en el fondo, son ... agradecimientos a quienes están en primera línea de la batalla. Policías nacionales, agentes locales, bomberos, equipos de protección civil y, sobre todo, los sanitarios. Algunos de ellos, de estos servicios esenciales, se juntan cuando la capital segoviana empieza a desperezarse en la estación de servicio situada en Ezequiel González, a escasos metros de la Comisaría y también a pocos minutos del Hospital General.
Y es que, además de los surtidores de combustible, del lavado de coches y de los puntos donde los conductores se paran para comprobar el estado de salud de los neumáticos o el nivel de aceite, esta gasolinera ofrece a los protagonistas esenciales que lidian cada día cara a cara contra el coronavirus un café y un bollo para comenzar una nueva jornada laboral en tiempos de pandemia. Carlos García, empleado de esta estación de servicio, explica cómo «cada mañana se juntan policías nacionales, sanitarios, bomberos y transportistas» a desayunar.
No es premeditado, simplemente llegan a la gasolinera y se reúnen en torno al café y el dulce y «tienen un rato de tertulia» antes de ir al tajo diario. «¡Claro que lo agradecen!», exclama. Tanto que «algunos repiten y vienen dos veces al día». El empleado ve «normal» la buena acogida que ha tenido este detalle con quienes han sido elegidos esenciales para combatir la pandemia. Además, «el resto está todo cerrado», lo que le da ventaja a estas alturas de la fase cero de la desescalada en Segovia, en la que las cafeterías aún tendrán que esperar unas semanas para levantar la verja.
Pero es la única ventaja que ve este segoviano, que lleva 26 años entre surtidores. Recuerda que él también es esencial. Así lo tuvo en cuenta la catalogación que hizo el Gobierno a la hora de distinguir los trabajos claves para el mantenimiento de la actividad del país en plena crisis sanitaria. En esa lista están las gasolineras. «Nos obligan a ser esenciales y a estar abiertos con el mismo horario de antes, pero la mayor parte de la jornada estamos parados porque todo está paralizado», asegura.
Es una sencilla regla de tres: si no hay actividad, no hay movimiento, y si no hay movilidad apenas hay coches en circulación que necesiten repostar. «El consumo ha bajado un 80%, aproximadamente», se lamenta el gasolinero segoviano. Ese desplome se traduce en pérdidas económicas equivalentes. «Todo el carburante que tenemos almacenado en los estanques lo estamos vendiendo a un precio más bajo al que lo adquirimos», incide en la sangría que la crisis del coronavirus está causando en el sector.
La práctica desaparición del tráfico rodado en la ciudad también hace mella en otros servicios que ofrece la gasolinera. Por ejemplo, «hasta hace poco ha estado cerrado el túnel de lavado». La pandemia también ha obligado de reenfocar la actividad para adaptarse a las necesidades de higiene que exige el momento. Así, como botón de muestra, ahora «hacemos limpieza de ozono en los coches zeta de la Policía» para garantizar su desinfección y la seguridad de los agentes.
Esta semana la tienda ha abierto sus puertas porque «hasta ahora solo atendíamos por la ventanilla para evitar contactos». A pesar de haber estado en funcionamiento, el no poder recorrer las estanterías y mostradores «ha hecho que no viniera clientela», apunta el empleado. Y eso que «vendemos de todo». Ahora, con el acceso abierto, «ha empezado un pequeño goteo» de gente.
Otro cambio que ha traído la crisis del coronavirus a la jornada laboral de Carlos es el uniforme. No porque haya cambiado de colores empresariales, sino porque desde el principio de la pandemia «siempre llevamos mascarilla y guantes». El personal también ha adoptado el hábito de la «desinfección cada vez que cambia el turno» y en la tienda «hemos colocado mamparas y tenemos guantes y gel para los clientes», añade. «Antes de pasar de fase tienen que asegurarse, no vaya a a ser que volvamos para atrás», opina Carlos, quien se lamenta de «lo larga que se están está haciendo» la pandemia. A su vez, vaticina que «la desescalada en Segovia será muy lenta».
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