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Ante un panorama tan oscuro como el que afrontan muchos de los comercios segovianos con la crisis del coronavirus, aún a la espera de conocer la fecha en la que Segovia accederá a la fase 1, la cada vez mayor presencia de personas en ... la calle supone una pequeña dosis de optimismo que esperan cada vez sea mayor durante los próximos días. Sin saber cuándo podrán levantar la persiana de sus negocios para atender sin la necesidad de concertar antes una cita previa, algunos comerciantes han tenido que variar la hoja de ruta que tenían prevista, y en la que figuraba que desde el lunes pudieran recibir clientes en sus locales.
El presidente de la Agrupación de Comerciantes Segovianos (ACS), Manuel Muñoz, afirma que el porcentaje de negocios que han decidido abrir desde el pasado 4 de mayo todavía es pequeño, aunque confirma que cada día que pasa son más los que optan por regresar a la actividad. «Todo esto es ir cogiendo confianza. Si la gente empieza a ver más personas por la calle se va a ir animando a salir cada vez más. Eso el comerciante también lo percibe y por ello cada vez irán abriendo más comercios», afirma Muñoz. En este sentido, señala que por el momento no tiene constancia de que ningún comercio de Segovia que haya decidido cerrar de manera definitiva. «Creo que hasta finales de año no seremos conscientes de los que negocios cerrados por la crisis», añade.
Coronavirus en Segovia
César Blanco Elipe
César Blanco Elipe
César Blanco Elipe
Muñoz insiste en que el comercio, para tener clientes, requiere de una movilidad en las calles que es uno de las cuestiones que más se controlan para evitar contagios. «Nosotros es lo que no necesitamos. Hasta que la gente no se pueda mover libremente nos va a costar mucho», advierte.
Muñoz apunta que la interpretación que ha realizado la ACS sobre las medidas que tomará el Gobierno sobre el periodo de rebajas «es que se seguirán permitiendo, pero las controlarán para que no haya aglomeraciones». Así, lamenta que desde hace años las rebajas las marcas las grandes superficies. «Serán más agresivos que nunca y creo que en estas no va a ganar nadie dinero», concluye.
Raúl Sánchez tenía previsto haber abierto el lunes bajo las condiciones que establece la fase 1. Pero el retraso de Segovia para avanzar en la desescalada motivó un cambio de planes. «Tras dos meses cerrados y con la tienda preparada decidí abrir con cita previa», comenta. No es lo que tenía pensado, pero al menos le sirve para que la gente que pasea por la avenida del Acueducto vea que la joyería Zusan ya está abierta. «Aunque lo hemos puesto en redes sociales, mucha de nuestra clientela es gente mayor que pasa por delante, nos pregunta y se pasa al día siguiente», explica.
Especiales coronavirus
De momento, el trabajo durante las primeras horas se centra en reparaciones que le encargan aunque está preparado para la venta de joyas o relojes. «Después de probarse cualquier objeto se desinfecta, se lo lleve o no», indica Raúl, quien desconfía de las máquinas de ozono para su tienda.
El taller Euromaster de la calle Soldado Español lleva abierto desde el pasado 27 de abril. Como servicio esencial, podía permanecer abierto para reparar los vehículos que durante las semanas del confinamiento seguían en circulación, y por ello decidieron que fuera el taller de Valverde el que permaneciese abierto para poder prestar servicio también a agricultores y ganaderos. «Todavía no sabemos muy bien cómo va a responder la gente», comenta. Durante los últimos días al trabajo de oficina se le une cambios de neumáticos de invierno por los de verano y alguna reparación de pinchazos. «Averías hay pocas. Las que hay son de alguna flota de mensajería», explica.
«Se está notando mucho que los coches llevan semanas parados», indica sobre la disminución del trabajo, aunque precisa que por el mismo motivo aumentan los cambios de baterías que realizan a domicilio.
Gema Burgos cumple hoy una semana con su negocio abierto. Se trata de una segunda reapertura, ya que el estado de alarma pilló a Segofre, en la calle San Francisco, con apenas siete meses de vida. Aunque pudo abrir el lunes pasado, prefirió esperar tres días para tener todo preparado. Una mampara en el mostrador y gel desinfectante son las principales medidas de precaución en una tienda que cada día que pasa tiene más clientes. «Es algo que va a más, porque cada vez más gente ve la tienda abierta y también cada día son más los negocios que reabren», comenta Gema, que ha aumentado la venta de cafés para llevar debido al cierre de la hostelería. «También tengo muchos pedidos de gente que lo quiere como regalos para cumpleaños o aniversarios», explica. En su caso, siempre ha ofrecido sus productos para llevar, «por lo que el pasar a la fase 1 a mi no me afecta mucho, al estar dando ya el servicio que puedo».
Una mesa en la puerta de la librería Antares impide el paso de clientes al interior. Solo pueden acudir con cita previa para que Blanca García les tenga preparados los libros que se quieren llevar. Además, no podrán tocarlos para ojearlos, ya que si no requeriría de una desinfección posterior en el caso de que finalmente no adquiere el libro. Es tan solo una parte del protocolo que desde el pasado lunes sigue Blanca García en su librería del paseo Ezequiel González. Atiende con cita previa, aunque está no esté fijada a una hora concreta. «Solo tienen que avisarme para que yo tenga preparados los pedidos. Aquí no se producen aglomeraciones de gente», explica.
Una forma de ingresar algo de dinero, pero no lo suficiente para amortiguar unos gastos que no bajan y que cuando se alcance la fase 1 aumentarán al recuperar a un trabajador del ERTE. «Es una situación muy complicada porque seguimos con los mismos gastos», señala.
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