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laura lópez
Segovia
Domingo, 29 de marzo 2020, 14:12
Después de ver cómo se suspendían en cascada todos sus próximos proyectos como atleta de competiciones extremas, el atleta Luis Alonso, de 46 años y natural de La Granja de San Ildefonso, disputa estos días otra carrera de fondo, esta vez contra ... el coronavirus. Como miembro del equipo de Protección Civil de su localidad, compuesto por más de cuarenta personas y de los cuales en la actualidad hay unos seis en activo, Alonso ayuda al vecindario con las labores de desinfección y de ayuda a los más vulnerables.
Coronavirus en Segovia
Durante los últimos días, su rutina desde primera hora de la mañana ha consistido en ayudar y proteger. A lo que más ha dedicado su tiempo ha sido a las labores de desinfección y limpieza de farmacias, estancos y tiendas por toda la localidad, pero también a otras acciones, como la entrega de comida a domicilio para personas mayores.Esta es la forma que tiene el deportista de aportar su granito de arena solidario en medio de la turbulenta pandemia mundial, de la misma forma en que lo hizo «aquel fatídico cuatro de agosto», como él mismo califica al incendio que se produjo el pasado año cerca de la Granja y que quemó al menos 300 hectáreas, la mitad de ellas en el Parque Nacional de Guadarrama.
A través de su trabajo como voluntario, Alonso también es testigo de las prácticas irresponsables de algunas personas que «no se lo toman en serio», como aquellas que durante el pasado fin de semana el atleta ha visto en la localidad y que venían de otras provincias, e incluso de otras comunidades. «Me parece espectacular que la gente salga a aplaudir a los balcones, pero de nada sirve si luego no se quedan en casa», señala el atleta, igualmente crítico con aquellos vecinos que salen entre cinco y seis veces al día a la calle a comprar diferentes productos, aunque sean todos de primera necesidad.
En medio del clima de desesperación por la falta de material de protección como mascarillas y guantes, Alonso asegura que Protección Civil de La Granja, por el momento, no ha tenido problema. El pasado lunes él mismo se encargaba de la adquisición de 40 Equipos de Protección Individual (EPI), que les ayudarán a blindarse frente al virus. Sin embargo, ha vivido muy de cerca la falta de medios que amenaza a trabajadores y cuidadores de centros sanitarios, residencias de ancianos y Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, ya que ha participado en la iniciativa solidaria de la empresa segoviana Mundo Laboral, que comenzó desde la semana pasada a fabricar mascarillas por cuenta propia de forma altruista.
En concreto, Alonso ayuda al transporte de las telas desde el taller, donde son tratadas y cortadas, hasta los domicilios de algunas de las mujeres que desde sus casas han formado un «batallón de costura», como ellas mismas se han hecho llamar. Más de 300 mujeres en toda la provincia, 47 desde la Granja, cosen mascarillas en sus hogares para después donarlas a los centros que lo necesiten por la provincia.
En su faceta de atleta, el estado de alarma que ha abocado a todos los ciudadanos del país a la reclusión en sus casas ha supuesto un desafío añadido para Alonso, quien intenta mantener su condición física con entrenamientos en casa. Para ello, ha instalado un rodillo en el establecimiento que regenta junto a su hermano, el Bar Restaurante Castilla, que permanece cerrado, de forma que su bici de montaña se ha convertido temporalmente en estática, para mantener la forma, a duras penas, sin moverse del lugar.
os expertos
Doménico Chiappe
A pesar de continuar con el deporte, Alonso ha lamentado durante las últimas semanas la suspensión o, en el mejor de los casos, aplazamiento de todos sus proyectos a corto plazo en el mundo del atletismo extremo.
Uno de los retos más importantes para él eran los 100 kilómetros del desierto de Senegal, una prueba que estaba programada para ser celebrada a finales de marzo y que, de haberla ganado, se habría sumado a su palmarés de carreras en el desierto, después de vencer en las del Sáhara y Namibia los pasados meses de octubre y diciembre, respectivamente. Otra de sus metas era el Campeonato de España por equipos, en el que tenía pensado competir junto al equipo Menorca Trail y para el que también tendrá que esperar todavía algunos meses.
La crisis sanitaria también ha trastocado el mundo de Alonso como empresario. Cuando él y su hermano heredaron el negocio familiar del Bar Restaurante Castilla, en la Plaza de los Dolores de la Granja, jamás imaginaron que se verían afectados por unas circunstancias así. Los hermanos decidieron cerrar el negocio de forma anticipada (un día antes de ser obligatorio por decreto) y sus cuatro trabajadores mostraron su comprensión.
La crisis no tiene una fecha prevista de conclusión ni se puede calcular el coste que supondrá recuperarse de ella, Alonso se muestra preocupado por el futuro de sus empleados: «Creo que una posibilidad es que los trabajadores cojan sus vacaciones en abril, pero a mí no me parece bien, creo que cada uno debería poder tener sus vacaciones cuando quiera», comenta el empresario, quien, ante todo, quiere evitar un ERTE: «Pero si no queda más remedio, tendremos que hacerlo», lamenta.
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