Secciones
Servicios
Destacamos
No sale de casa pero la actividad, lejos de disminuir, crece a diario. Su teléfono necesita conectarse al enchufe en varias ocasiones a lo largo de la jornada a juzgar por sus intervenciones. La videollamada es el pan de cada día de confinamiento de Estanislao Nistal, una de las voces más autorizadas en una crisis que iba a llegar y no supimos ver. Él confía en que, tras esto, aprendamos. Maneja un optimismo contagioso que se apoya en el saber, en conocimientos adquiridos por este virólogo leonés de prestigio que explica no sólo el pasado y el presente, sino también lo que vendrá a partir de ahora. De aquellos días lejanos en Toral de los Guzmanes saca lecciones de vida y de ciencia. Quién iba a decir que de aquella laguna que los viejos querían tapar surgiria tanta verdad empírica.
- ¿Cómo aparece esta pandemia? ¿Por qué no la hemos visto venir?
- Si miramos los periódicos vemos la evolución de todo. En el año 2003 tuvimos un aviso muy grande con el SARS, que a lo mejor no está presente en la memoria de la gente más joven. Fue un virus que causó un gravísimo problema en la comunicación entre países y nos puso en alerta. En aquel momento no fue tan exagerado como ahora, se empezó a trabajar en vacunas y antivirales, fuimos capaces de contenerlo y nos olvidamos. Diez años después llegó el MERS. Era un virus muy poderoso ante el que nos volvimos a llevar las manos a la cabeza y lo acabamos pasando, salvo casos aislados. Seguramente, sin criticar a ese campo, nos acordamos mejor de quién ha ganado la Champions en estos años que de aquellos estos de coronavirus. Esa memoria y el no haber reaccionado nos llevan a la situación actual tras haber malgastando recursos en otras cosas y no en seguir desarrollando antivirales que hoy servirían.
Consejos y recomendaciones
- ¿Fue la única señal?
- Otra cosa que nos ha costado entender es que estábamos esperando a que la siguiente pandemia fuera causada por el virus de la gripe. Tuvimos en 2009 lo que la gente llamó 'Gripe A', que no fue tan mortífera como en un principio se pensó. Pero ahora el caso de coronavirus nos ha pillado con las defensas bajas, pensando que aquí nunca nos iba a pasar nada, una creencia que nos llevó a no tener una reacción rápida. Estas cosas ocurren una vez cada diez años, pero mira los efectos.
- ¿Cuál es el origen de esta pandemia?
- El caso de los coronavirus son muy comunes en vertebrados, sobre todo están muy presentes en murciélagos, que son sin duda una de las especies más abundantes de este tipo. Hay pocos grupos de investigadores que los estudien, pero ellos saben bien por qué los murciélagos son hospedadores naturales de virus. No se conoce exactamente cuál es el origen, pero se sabe que las secuencias de los coronavirus del murciélago son muy parecidas al virus actual, hay una gran homología, también con los pangolines.
- Parece evidente que no hemos reaccionado bien.
- Es algo que al país le ha pillado de sorpresa, pero está claro que no va a desaparecer de la noche a la mañana. Cuando abramos la puerta y salgamos a la calle no vamos a poder tener el mismo tipo de contacto con otras personas hasta que no tengamos inmunidad en la comunidad. Para conseguirla necesitamos tener el suficiente número de personas que hayan sido infectadas y tengan inmunidad o lo que es lo mismo, que cerca del 70% de la población lo hayamos pasado. Eso o tener la vacuna, que llegará como poco dentro de un año o año y medio. Todo lo que sea reducir los contagios y que si nos pasa algo y tengamos que ir al hospital, puedan atendernos sin que esté saturado, ayudará. Si reducimos el índice de transmisión y el número de contagios podremos digerirlo.
- ¿Vamos a frenar la curva en el corto plazo?
- Sí, pero ojo, que la gente no se confíe. Que la curva no sea tan apurada no significa que no vaya a haber nuevos casos. Lo que se va a conseguir a finales de esta semana o principios de la siguiente es que en vez de doblar el número de casos cada dos días, los doblemos al principio cada tres, cuatro y cinco días. Supondrá que va a haber más gente infectada, también más gente que se irá curando, pero la velocidad de crecimiento de casos no va a ser tan aguda. Para que la curva empiece a bajar habrá que esperar a finales de abril o principios de mayo.
- Después de la cuarentena, ¿tocará entonces vivir un nuevo periodo en el que habrá que evitar las aglomeraciones?
- Efectivamente, todos sabemos que en verano hace calor, vienen las fiestas, quedamos en las terrazas… A ver cómo se va digiriendo, veremos qué medidas se toman para no infectarnos los unos a los otros. Es un fastidio grande, pero tenemos que ser conscientes si queremos evitar que vuelva a pasar algo parecido a lo que estamos viviendo.
- ¿El calor será un aliado contra el virus?
- Sí, la estructura del coronavirus es un poco más débil que la de otros virus. Tiene membrana en su superficie y requiere hidratación, necesita humedad y sobrevive gracias a ella. Si le robas la humedad porque está en una superficie muy seca o porque hace mucho calor, sus posibilidades de sobrevivir bajan. Eso sí, a pesar del calor seguirá existiendo la posibilidad de contagiarse por contacto directo a través de las pequeñas gotas de saliva.
- ¿Se va a avanzar en crear fármacos que puedan paliar de alguna manera la enfermedad?
- Hay algunos que ya están dando resultado. Hay concretamente uno, que es un análogo de nucleótido, muy parecido a los fármacos usados para tratar la hepatitis C. Cuando el virus multiplica su genoma tiene una proteína, una polimerasa que necesita 'ladrillos' para reproducir su genoma. Si podemos introducir piezas defectuosas, se para la replicación.
Hay un antiviral que desarrolla una empresa en Estados Unidos que tiene un gran avance. Esto no va a ser una bala mágica, no va a acabar con el virus, pero si un sanitario está tratando a alguien con el virus, se espera que tomando ésto no desarrolle la enfermedad. Hay otros fármacos que empiezan a funcionar, uno de ellos es un tratamiento contra la malaria, que inhibe la entrada del virus a la célula. Hay que tener mucho cuidado, porque el problema es el ahora, la gente que ingresa ahora o en un par de semanas. Los fármacos llegarán dentro de años.
- Según las zonas la incidencia es diferente. ¿A qué se debe?
- No se saben todas las causas, pero es evidente que al transmitirse por contagio entre personas por vía respiratoria. Madrid, Cataluña o el País Vasco son zonas donde se vive un gran tránsito de personas, lo que ha ayudado porque son vías de transporte del virus. Si hubiera aparecido por primera vez en España en León o Zamora se hubiera contenido mejor ya que hay un menor movimiento de gente.
- Tenemos claras las medidas que se han tomado por parte de las administraciones y su consecución en el tiempo. Pero, ¿qué habría que haber hecho para contener el virus de forma más contundente?
- Hay dos cuestiones principales. La primera es que si vuelve a pasar algo así y te están avisando, se acabó el fútbol, el baloncesto, los mítines políticos o las manifestaciones, por muy loables que sean. Hay que dejarlo aparte. Tenemos que aprender y eso no puede volver a pasar. Tiene que haber un confinamiento y una contención desde el principio y de forma seria. La segunda es que al principio de la crisis es clave tener un sistema diagnóstico puesto a punto, empezando a diagnosticar a la máxima cantidad de personas aislándolas inmediatamente donde tenga lugar el primer caso. Además, en zonas como León, es fundamental que se extremen los cuidados a las personas en riesgo. Una residencia de personas mayores es un avispero, en el momento en el que entra el virus el peligro es enorme.
- Se dice que al no haber tests para todo el mundo, las estadísticas no son fieles. ¿Es así?
- En la situación en la que nos encontramos, probablemente habría que multiplicar el número de fallecidos por el índice de mortalidad para estimar el número de infectados de forma aproximada, quizá incluso más. El diagnóstico tiene un papel esencial al inicio de la pandemia. De todas formas cambiará a lo largo de esta semana porque habrá más kits de diagnóstico. La clave es saber cuántas personas han pasado por la enfermedad, ver cuántos lo han superado independientemente de los síntomas. Va a ser muy importante porque será un salvoconducto para saber que tienes protección.
- ¿Qué posibilidad hay de volverse a infectar en caso de haber superado la enfermedad?
- No se sabe todavía, hay algún caso en China que parece que ha desarrollado la enfermedad un mes después de la infección, pero hay que tener cuidado. En ocasiones se trata de falsos negativos, porque los kits miden los restos de material génico del virus que quedan en tu cuerpo, en esos casos pueden ser restos de la batalla. Puede ser también que la muestra fallara o que no se curara del todo. El porcentaje dependerá también del grado de exposición.
-¿Aprenderemos a reaccionar o lo damos por imposible?
- Yo tengo esperanza. Mira, en Toral de los Guzmanes, siempre que había una pequeña laguna cuando éramos pequeños la obsesión de los mayores era acabar con ella, aunque hubiera animales. Si vemos la historia de las epidemias en España, hubo campañas fuertes para acabar con el mosquito, sabían que criaban en pequeñas charcas. Es una conciencia que adquirió la sociedad, que aprendió que era efectivo para luchar contra el parásito. La sociedad aprende, pero se tiene que mirar frente al espejo para ver lo frágil que es.
Cuando esto pase necesitaremos ocio, ver que el Ademar gana y escuchar que la Cultural lucha por subir a Segunda. Es normal, necesitamos algo que nos distraiga, pero nos valdrá para ver que no todo tiene que hacerse por rentabilidad, no todo son números y cuentas y hay que hacer una inversión en el capital que nos proteja contra este tipo de cosas.
Es normal que un futbolista gane dinero si lo genera, pero no lo es el que chavales y chavalas que intentan estudiar para tratar enfermedades se las vean y se las deseen por perseguir su sueño. Eso en la sociedad tiene que calar, se tiene que fomentar las empresas que aporten al bien común no por las cuentas, sino porque son buenas para todos. El darse cuenta de que hay una sociedad más allá de las puertas de nuestra casa nos ayudará a evitar lo que vivimos. Nos van a entrar con el palo, pero nos van a entrar.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Las olimpiadas de la FP cántabra
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.