«Estas personas no se pueden juntar con la gente de bien, tienen que ser apartadas de la sociedad»

Antes de volver a Segovia, esta mañana se ha personado el Instituto de Medicina Legal de Oviedo. Allí, «me la comí a besos; la coloqué un unicornio y la puse una almohada en los pies, como el gustaba, para que viajara como Dios manda». Iba a emprender el regreso a su casa, pero nunca imaginó que ese trayecto fuera tan triste y devastador, el último de la pequeña 'pirata', como la llamaban cariñosamente quienes conocían bien a la menor. Fue en ese momento cuando a Eugenio le tembló la voz al comentar que «le prometí que la traería a casa, pero nunca creí que sería así».

Este padre segoviano, antes taxista y ahora empresario que regenta una instalación deportiva de pádel en Valverde del Majano, ha pasado sus últimos cinco años peleando por la custodia de Olivia. Lo logró este pasado viernes, cuando una sentencia del juzgado de Segovia le concedió la guarda completa, ahora arrebatada cruelmente.

«Va contra natura, una madre cuida de sus hijos, ¿en quién vas a confiar con seis añitos si no es en tus padres?», reflexionaba en voz alta ante la marabunta de periodistas que le han abordado al finalizar el sentido y emotivo aplauso de varios de minutos que le han dedicado cientos de personas que se han concentrado al mediodía de este martes en la Plaza Mayor de Torrecaballeros.

Al igual que el alcalde de la localidad, Rubén García de Andrés, y como han manifestado varios vecinos que de manera anónima se han sumado al homenaje a Olivia, el progenitor ha reclamado que hechos como los que ha tenido que sufrir, con el fatal desenlace del asesinato de si hija, «no pueden volver a pasar».

«Esto es una auténtica salvajada», ha declarado justo después cuando aún de fondo se escuchaban los sollozos afligidos de los familiares. «Nunca te imaginas que puede pasar», añadía buscando explicación a un suceso «horroroso», según lo ha definido el alcalde de Torrecaballeros.

«A un accidente le encuentras una explicación, pero esto te lo llevas a la tumba para siempre, no entra en la cabeza de una persona razonable, esta gente tiene que estar apartada a la sociedad, no se puede juntar con la gente de bien», ha apostillado Eugenio García mientras se retiraba con su familia.