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Un pueblo roto de dolor, empapado en lágrimas, ha rendido homenaje a su 'pirata', como llamaban cariñosamente a la niña Olivia sus familiares y amigos. Colgadas del balcón de la Casa Consistorial, tres fotos de la niña segoviana asesinada en Gijón, supuestamente por su madre ... , han presidido el emocionado tributo de los vecinos.
Cinco minutos de silencio que ha atronado aún más cuando la Plaza Mayor de la localidad ha irrumpido en un sentido aplauso dedicado a la pequeña y su familia. Eugenio García, el padre de Olivia, ha llegado a Torrecaballeros acompañado de su hermana, de su actual pareja y de la hija de ésta. La comitiva se ha fundido en abrazos con los abuelos, tíos abuelos, amigos y otros vecinos de este pueblo situado a once kilómetros de Segovia, que han escenificado el dolor y la rabia por la trágica muerte de la niña.
«¡No hay derecho, no hay derecho!», exclamaba alguna vecina con las lágrimas a flor de piel. Otra comentaba para sí, con la voz entrecortada por la emoción de ver a la familia avanzando lentamente hacia el Ayuntamiento: «hemos fallado como justicia y como sociedad. ¡Qué impotencia y qué rabia!».
Esas sensaciones han sobrevolado en el homenaje a la 'pirata' Olivia. Impotencia, decían algunos de los asistentes al tributo; otros hablaban de un final «injusto» a los cinco años de pelea de Eugenio por hacerse con la custodia de su pequeña.
El progenitor, ha dado muestras de enorme entereza. Ha sido él incluso el que ha dado ánimos a los suyos, que se acercaban para transmitirle las condolencias a cada paso que daba hacia la Casa Consistorial, donde aguardaba el alcalde, Rubén García de Andrés, junto a otros concejales de la corporación municipal de Torrecaballeros. También han asistido representantes de otras administraciones.
Como un altar improvisado, la familia ha colocado el suelo, delante de los cientos de concentrados en la Plaza Mayor de Torrecaballeros, cinco fotografías de la niña sonriendo. «Así queremos recordarla, llena de vida. Era una disfrutona nata», ha evocado el padre al recordar a su 'pirata', que era el apelativo que también usaban amigos de la menor asesinada cuando jugaban en Torrecaballeros, durante las largas estancias que pasaban padre e hija con los abuelos y los primos de la pequeña Olivia.
Ellos, como sus mayores que les agarraban fuerte de la mano y les rodeaban con sus brazos para proporcionarles consuelo, también han derramado sus lágrimas durante el homenaje. La sonrisa de Olivia permanecerá en la memoria de un pueblo destrozado.
Aunque Eugenio admitía que «nunca llegas a pensar que pueda pasar algo así», hay convecinos que intuían la tragedia después de los cinco años de infierno en los tribunales, noches en el calabozo por denuncias falsas de la madre y de órdenes de alejamiento en la que la pequeña Olivia ha vivido con sus padres la mayor parte de su corta vida, ha colocado cinco fotos de la niña delante del Ayuntamiento, como símbolo de homenaje.
Muchos congregados no acertaban a definir las últimas horas en Torrecaballeros. Una mujer confesaba que «he pasado la noche en vela, no he podido dormir pensando en lo que han pasado, pobres». Esta vecina es una de las que apuntaba que «esto se venía venir», en referencia al fatal desenlace que ha tenido la batalla de Eugenio en la justicia por tener la custodia de Olivia. «No han podido evitarlo», se lamentaba compungida la mujer.
La dura antesala presagiaba un homenaje de alto voltaje sentimental. La hermana de Eugenio, su familia, los primos de Olivia, la abuela paterna ha tenido que tomar asiento para aguantar la emoción, los tíos abuelos y el padre y su actual pareja y la hija de ésta, junto al alcalde de Torrecaballeros, se han colocado ante la Casa Consistorial, han desplegado el pequeño altar de las fotos y han comenzado los cinco minutos de silencio.
El regidor ha manifestado que el mutismo respetuoso y «atronador» que iba a vivir la Plaza Mayor de Torrecaballeros era para decir que «queremos a Olivia, que la hemos querido y la seguiremos queriendo». Ese silencio de sollozos incontenidos también ha estado dedicado a Geñete, como llaman popularmente sus conocidos al progenitor, a María del Carmen, la abuela, a Eugenio padre, a Inma, la hermana y a todos los familiares y amigos de la 'pirata' Olivia. «Vamos a estar con vosotros para lo que sea, cuando sea y donde sea», ha manifestado el regidor. Rubén García de Andrés ha concluido la introducción al homenaje con el deseo y la reivindicación de que «este silencio llegue lejos para que esto no vuelva a pasar, no puede volver a repetirse algo así».
«Olivia era una niña estupenda y hubiera sido una excelente personas y mejor mujer. No hay derecho a que ya no lo vaya a ser», ha sentenciado el alcalde. Durante los cinco minutos de silencio, el abuelo paterno a sujeta una foto de la niña asesinada y los familiares han tratado de buscarse unos a otros con las miradas y las manos para apretarlas y pasar más unidos la emoción del homenaje.
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