El equipo de gobierno del Ayuntamiento de El Espinar no consigue recabar los apoyos suficientes para aprobar la cesión de un terreno con el propósito de albergar una planta de precompostaje de residuos orgánicos. Tras la celebración de tres comisiones en el último mes ... para este cometido, la disparidad de opiniones sobre la ubicación de las instalaciones bloquean un proyecto que aspiraba a obtener una subvención millonaria por parte del Consorcio Provincial para la Gestión Medio Ambiental y Tratamiento de los Residuos.
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Las segundas partes nunca son buenas. El último pleno municipal finaliza con la abstención de la mayoría de los concejales en la instalación de una planta de precompostaje en el término municipal de El Espinar. El equipo de gobierno fracasa por segunda vez a la hora de sacar adelante esta iniciativa que, según matizó el alcalde espinariego, Javier Figueredo, supondría un «ahorro importante» para la población, tanto en la inversión necesaria para la ejecución del proyecto como en la tasa de recogida de residuos.
«Esta planta de precompostaje reduce hasta un 70% la carga de materia orgánica de un camión y solo llevaríamos un 30% al centro de tratamiento de Los Huertos», insistió el regidor. De modo contrario, «el contrato de basuras se incrementará en 250.000 euros al año», advirtió. Estos argumentos no lograron convencer al resto de concejales, ya que la cesión de uso de terreno al Consorcio tan solo obtuvo seis votos a favor -tres de los ediles del PP, dos de Vox y uno de Ciudadanos, que forman el equipo de gobierno- y siete abstenciones -cinco del PSOE, uno de Izquierda Unida y otro de la concejala no adscrita-. Al no conseguir la mayoría absoluta, las pretensiones iniciales no llegaron a buen puerto.
Este sufragio se repitió por tercera vez tras salir infructuosas las dos primeras veces en el pleno de diciembre, donde empataron a seis los votos a favor y en contra. Aunque la oposición reconoció que en esta ocasión se había facilitado una información más detallada del proyecto y contaban con la experiencia de visitar la planta de precompostaje del municipio madrileño de El Boalo, la controversia sobre la ubicación de las instalaciones protagonizó el debate y especialmente las críticas al proyecto.
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La construcción de la infraestructura para el tratamiento de los residuos está presupuestada en aproximadamente un millón de euros y conlleva la aceptación de varias condiciones. Es necesaria la cesión al Consorcio de los terrenos donde se pondrán en marcha las instalaciones, la garantía del suministro de agua y de corriente eléctrica mediante una línea de alta tensión y, por último, la dotación a las instalaciones de un centro de transformación por parte del Ayuntamiento. «Esta planta se diferenciará de las que hay en el resto de la provincia porque será de uso exclusivo para el municipio», afirmó el portavoz del grupo municipal de Ciudadanos, Jesús Ángel Gascón.
Después de analizar los requisitos con los técnicos municipales, tal y como defendió el regidor, se optó por una parcela del entorno conocido como el «cementerio de los burros». Esto implicó la desestimación de colocar la planta cerca del punto limpio, debido a que una actuación aislada en este espacio supondría un mayor gasto; en el paraje de Cañas Hondas, «al requerir una costosa inversión»; y en otros terrenos de La Estación, al ser próximos a los vecinos.
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Pero la oposición cuestionó esta ubicación. En primer lugar, la concejala no adscrita, Myriam del Pozo, incidió en que este lugar tenía una serie de problemas con los viales que lo atravesaban y los puntos de luz. «No queda claro lo que va a pasar con los pasos ganaderos y descansaderos», puntualizó, a la vez que propuso la parcela colindante con el punto limpio. En esta misma línea se posicionó el portavoz del grupo municipal de Izquierda Unida, Jacobo Peña, quien dudó de que el proyecto definitivo respetase las vías pecuarias.
Por su parte, el concejal del PSOE, Luis Miguel López, rechazó este terreno por la existencia de entradas a fincas privadas y también por su cercanía al municipio. Además, «se trata de un suelo calificado como rústico común, por lo que hay que pedir uso excepcional a la Junta para construir algo en él y su tramitación es compleja», explicó. Asimismo, aclaró que la parcela propuesta para albergar la planta de precompostaje tiene desniveles de hasta nueve metros y, en suma a ello, «se pretende ceder aun sin haber suscrito un borrador en el que se especifiquen todos los factores, como son las dimensiones de la nave».
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