![La implantación del contenedor marrón en la provincia aún está en fases muy iniciales](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202211/16/media/cortadas/contenedores-k4fG-U1807242752791TH-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Está siendo una carrera contrarreloj para los municipios con más de 5.000 habitantes y lo va a ser para el resto de poblaciones. La entrada en vigor de la Ley 7/2022, de 8 de abril, de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía ... Circular parece haber pillado desprevenidos a muchos gobiernos municipales, obligados a instalar en sus localidades contenedores marrones que faciliten la recogida separada de biorresiduos domésticos, es decir, residuos orgánicos procedentes, sobre todo, de la alimentación.
Los municipios con una población superior a los 5.000 habitantes estaban obligados a adoptar la medida antes del 30 de junio pasado y el resto, antes del 31 de diciembre de 2023. En la provincia, solo la capital y El Espinar han empezado a hacer los deberes, aunque les queda mucho para completarlos. Con la subvención directa de 215.111 euros (en tres anualidades) que la Junta de Castilla y León concedió al Ayuntamiento de Segovia hace dos meses, la Concejalía de Medio Ambiente tratará de extender al resto del municipio el sistema que durante el último año ha venido funcionando solo en La Albuera. El objetivo es implantar el contenedor marrón en todos los barrios, incluidos los incorporados y la entidad de Revenga, y dar servicio a grandes generadores de residuos orgánicos, como el Hospital General y las residencias Asistida y Mixta.
A día de hoy, tras casi un año del comienzo de la experiencia en La Albuera, Segovia envía a diario al Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) de Los Huertos 2.000 kilogramos de residuos exclusivamente orgánicos, cantidad que genera una población aproximada de 7.500 habitantes. «Todavía es muy poco», en palabras del presidente del Consorcio Provincial de Medio Ambiente, Mario Pastor. Sin embargo, la extensión de la recogida selectiva obligará a adaptar el CTRde Los Huertos con la instalación de una nueva línea para el tratamiento exclusivo de este tipo de basura (restos de comida más lo que no se arroja en los circuitos destinados al papel, el cartón, el vidrio, el aceite o las pilas). «Habrá una línea específica para ello en la planta de Los Huertos, pero también en tres de las cinco Plantas de Transferencia que tenemos en Boceguillas, Cantalejo, Cuéllar, Nava de la Asunción y El Espinar habrá máquinas para tratar los residuos orgánicos que llegan de los pueblos. Así no recaerá todo el peso en el CTR. Personalmente, no veo necesario implantar la recogida selectiva en todos los municipios, porque en los pueblos pequeños no se generan muchos residuos de este tipo, pero la ley obliga y no queda otra», señala Pastor.
Teniendo en cuenta los plazos que marca la nueva normativa, el Consorcio Provincial de Medio Ambiente también va tarde en el proceso, pues tiene que adaptar las instalaciones para hacer posible el tratamiento de los residuos orgánicos procedentes de los contenedores marrones. Este retraso está influyendo en algunos municipios segovianos a la hora de implantar el sistema. Si no hay modo de tratarlos, ¿qué sentido tiene implantar la recogida selectiva?
En el Real Sitio de San Ildefonso, municipio de algo más de 5.000 habitantes, las dos subvenciones procedentes de los fondos europeos Next Generation que se han recibido permitirán la renovación del sistema de recogida de residuos sólidos urbanos con la incorporación paulatina del también llamado quinto contenedor para biorresiduos. «Hace ya algunos años lo planteamos, pero el centro de Los Huertos no estaba preparado para el tratamiento exclusivo de materia orgánica. Era ridículo implantar el sistema si después no había modo de tratar esos residuos», explica el alcalde, Samuel Alonso. Ahora, después de que Segovia capital haya abierto camino, parece haber llegado el momento. «Nuestra idea es hacer algo parecido a Segovia, ir implantándolo por zonas y por medio de proyectos piloto, contando con la colaboración de los vecinos», añade el regidor. El desarrollo de esos proyectos irá marcando los plazos: «Queremos que en la primavera de 2023 estén funcionando los proyectos piloto. El 1 de enero de 2024 tiene que estar. Iremos de manera paulatina, porque la implantación del sistema requiere previamente informar al vecindario y sensibilizarlo para que se implique».
El presidente del Consorcio Provincial de Medio Ambiente, Mario Pastor, deja en manos de las mancomunidades y de los municipios autónomos la implantación del sistema. «Desconozco cómo lo lleva cada uno. Nosotros nos estamos preparando para facilitar el tratamiento, pero cada mancomunidad o pueblo tiene que preocuparse por implantarlo», afirma. En Palazuelos de Eresma, por ejemplo, la competencia es de la Mancomunidad de La Atalaya, a la que pertenece. Esta entidad gestiona los residuos que generan Palazuelos, La Lastrilla, San Cristóbal de Segovia y Trescasas. «El contenedor marrón está todavía en fase de estudio, pero no hay nada concreto», admite el alcalde de Palazuelos de Eresma, Jesús Nieto. No obstante, el municipio ha dado algunos pasos para la instalación de 200 contenedores de compostaje, pues recibió una subvención para el desarrollo de este modo de tratamiento. «Tiene que ver con lo del quinto contenedor de biorresiduos, pero es diferente», matiza el regidor.
En Cuéllar, la implantación del sistema está en fase de estudio. La educación y la sensibilización de la población será prioritaria para el Ayuntamiento de la villa.
Las mancomunidades de municipios son conscientes de que el tiempo apremia, pero queda todo por hacer. «Todavía no se ha hecho nada, a la espera de que el tratamiento de esos residuos sea posible», reconoce José Luis García, presidente de la Mancomunidad Interprovincial Castellana (MIC), que gestiona la recogida y tratamiento de residuos sólidos urbanos en diez municipios de Segovia (Ituero y Lama, Navas de San Antonio, Zarzuela del Monte, Las Vegas de Matute, Valdeprados, Otero de Herreros, Ortigosa del Monte, La Losa, Navas de Riofrío y Villacastín) y dos de Ávila (Maello y Santa María del Cubillo).La técnico de Medio Ambiente de la Mancomunidad de la Mujer Muerta para los municipios de Ortigosa del Monte y Navas de Riofrío, Rita Rodríguez, subraya el interés que la implantación del quinto contenedor suscita en estos pueblos. «Estamos deseando la implantación de ese quinto contenedor para separar un resto que debe ser tratado de manera diferente, pero no somos municipios autónomos, pues pertenecemos a una mancomunidad que agrupa a doce pueblos, y es esta entidad la que debe determinar cuándo se implanta el contenedor marrón, en coordinación con el Consorcio Provincial de Medio Ambiente», afirma. Rodríguez subraya la importancia de separar los residuos para garantizar un mejor tratamiento y explica la diferencia entre los contenedores verde y marrón: «El verde es para el resto, aunque lo llamemos de orgánica, y el marrón es solo para orgánica, es decir, restos de alimentos y lo que no entra en otros circuitos», apunta.
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