Segovia
Los empresarios del turismo rural confían en agosto para compensar un verano flojoSegovia
Los empresarios del turismo rural confían en agosto para compensar un verano flojoInstalada la normalidad tras varios años marcados por las consecuencias de la pandemia, los empresarios del turismo rural en la provincia de Segovia han luchado este verano contra la subida de los precios y las elecciones generales del 23-J para mantener un número ... aceptable de reservas. El ciclón electoral ha arruinado las expectativas del puente de Santiago, pero el sector confía en un buen agosto para salvar un verano más bien «flojo», en palabras del presidente de la Asociación Turismo Rural y Activo de Segovia, Gerardo Otero.
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«Lo más sorprendente es que algunas casas con piscina que otros años recibían una gran demanda están teniendo problemas para completar los días. Es verdad que el turismo activo va muy bien, porque en verano siempre funciona, pero los alojamientos, sobre todo los de alquiler completo y hoteles, no tanto», resume Otero. En líneas generales, el sector ha vuelto a la situación previa a la pandemia, aunque con menos fuerza que en 2019, sin ir más lejos. «En Segovia, el verano no suele ser temporada alta para el turismo rural como lo son, por ejemplo, la primavera y el otoño, pero este año está siendo más flojo de lo habitual».
No obstante, las perspectivas de reservas mejoran para el mes de agosto. «Las elecciones nos han jorobado el puente de Santiago, que tampoco hubiera sido demasiado fuerte porque solo es fiesta en tres comunidades autónomas, y ahora estamos a la expectativa de que se reactive todo. El mes de agosto pinta mejor. Por lo menos, va habiendo más reservas», desvela el representante del sector.
La evolución que la actividad en el ámbito del turismo rural ha tenido desde la pandemia es curiosa. Tras el duro año de los confinamientos, la demanda se disparó. «La gente tenía muchas ganas de salir porque había estado encerrada y disponía de dinero porque no había podido gastar. También influyeron las restricciones. No se podía viajar al extranjero y había cierta desconfianza en los hoteles de los destinos más demandados. El turista buscaba alojamientos independientes, en sitios no masificados. El 'boom' que favoreció al sector fue coyuntural. Ahora mismo, la normalidad es absoluta. Hay vuelos al extranjero, los destinos de sol y playa están a tope, como siempre ha sido en verano, y hemos recuperado plenamente la normalidad, con la particularidad de la inflación, que ha mermado la disponibilidad económica de las familias. Eso es lo que estamos notando ahora», explica Otero.
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Desde luego, los empresarios del turismo rural en la provincia son plenamente conscientes de que el verano siempre les da menos alegrías que el otoño y la primavera, salvo en algunas zonas muy concretas, como las Hoces del Duratón, que estos días están a tope porque tienen una oferta de turismo natural y activo muy potente. No hay más que acercarse a las playas del embalse de las Vencías, repletas de veraneantes que disfrutan mañana y tarde del sol, al agua y las piraguas. El otoño llegará fuerte, con sus fines de semana llenos de reservas y sus puentes del Pilar, los Santos y la Constitución. «No influyen tanto los puentes como los fines de semana. Los puentes tienen un lado perverso porque te llenan dos días más la reserva, pero te vacían el fin de semana anterior y el posterior y, al final, el balance del mes no te sale tan a cuenta. Ocurre tanto en otoño como en primavera. En general, funcionan mejor los puentes de tres días que los de cuatro o cinco, que la gente aprovecha para buscar destinos más lejanos», cuenta Gerardo Otero.
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El turista potencial que el turismo rural posee en la provincia de Segovia procede, en su gran mayoría, de la Comunidad de Madrid. Es un visitante que invierte una o dos noches a lo sumo en una escapada, que tiende a alquilar una casa rural para juntar a familiares o amigos y que en verano busca casas con piscina o situadas cerca de zonas de baño, con pantano o río, como ocurre en el Burguillo, en el Duratón o en Maderuelo. «En verano funcionan mejor los alojamientos pequeños porque no se suele viajar tanto en grupos numerosos. Lo que a los alojamientos grandes les favorece el resto del año les penaliza en verano. El turista, en un 95%, procede de Madrid. En los puentes y en verano suele haber gente de otras procedencias, pero el cliente fiel, el cliente que viene los fines de semana, vive en Madrid. Para el turismo rural en una provincia como la nuestra, la cercanía a Madrid es fundamental. Esta circunstancia penaliza las pernoctaciones, que se limitan a dos por cliente, pero a cambio tenemos un cliente potencial muy fuerte».
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Segovia es, en el conjunto de Castilla y León y de España en general, uno de los destinos de interior favoritos. Y su oferta está a la altura de las circunstancias. Entre casas rurales, hoteles, posadas y otros tipos de alojamiento, la provincia de Segovia suma más de 450 establecimientos. «Ávila tiene más oferta, en torno a 800, casi el doble, pero no tantos turistas como Segovia. Segovia y Ávila siempre están ahí, disputándose el liderazgo del turismo rural en Castilla y León», señala Gerardo Otero.
La Asociación de Turismo Rural y Activo de Segovia apoya sin fisuras las reivindicaciones expuestas por la Plataforma contra la Mina a cielo abierto en el Nordeste Segoviano, contraria al proyecto de apertura de dos minas a cielo abierto en esta comarca de la provincia de Segovia. Los empresarios del sector están convencidos de que las minas causarán un daño irreparable en una comarca que tiene en el turismo rural uno de sus principales activos. «Para una actividad como la nuestra es desastroso, pero también para los agricultores, los ganaderos, los vecinos que viven allí», afirma el representante del sector, Gerardo Otero.
El turismo rural entró en la provincia de Segovia por el nordeste. «Los empresarios de la zona son pioneros. Sepúlveda, el Duratón... Es una de las zonas donde más asentada está la actividad. Y en cuanto a turismo activo, igual. Las minas no van a estar en las Hoces del Duratón, evidentemente, pero sí al lado. Nosotros estamos totalmente en contra y apoyamos a los ayuntamientos de la zona y a los vecinos», añade Otero.
La empresa Erimsa/Elkem tiene solicitados en el nordeste de la provincia dos proyectos, uno para una superficie de 2.785 hectáreas y otro para 1.300 hectáreas más, para excavar sendas minas de cuarzo a cielo abierto. Los vecinos de la zona y los ayuntamientos de los municipios afectados han mostrado su rechazo desde el principio.
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