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Temporeros trabajan en la campaña de verano en la provincia de Segovia. Óscar Costa
Provincia de Segovia

Cuéllar y Fuetesaúco sortean una cosecha «complicada» por el exceso de lluvias

Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) en Segovia alerta en su balance anual de la amenaza del acuerdo de la Unión Europea con Mercosur

Lunes, 13 de enero 2025, 09:42

El campo de Segovia no acaba de tener un ejercicio sereno y productivo. Esta vez no ha sido la sequía, sino el exceso de lluvias el que ha dejado tras de sí una campaña «complicada», como la define el presidente de Unión de Campesinos de ... Castilla y León en la provincia, César Acebes, al echar la vista atrás a 2024 y analizar cómo se comportó para ganaderos y agricultores. Fue especialmente difícil para el cereal, matiza. La abundante pluviometría recogida, que ha hecho merecedor al ejercicio que acaba de despedirse de su calificativo de «año húmedo» en estas latitudes, trastocó la sementera «y hubo gente que no pudo sembrar», asevera Acebes.

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Al llegar la época de las cosechas, la organización agraria distingue entre zonas que acabaron con márgenes de rentabilidad y otras en las que la recolección de los frutos fue «peor que en 2023, que de por sí ya fue malo» para el cereal en la provincia. La cara de la moneda fue para las comarcas de Cuéllar y Fuetesaúco, a tenor de la disección que hace el responsable de UCCL en Segovia. En estos puntos, el sindicato deduce a partir del volumen cosechado y de los precios establecidos que el cultivo «ha sido rentable». Y es que, con una cosecha «aceptable de entre 4.000 y 4.500 kilogramos» se superaba el tope de unos 3.000 a partir del cual se considera que la explotación entra en ganancias.

La cruz, el resto del territorio. El nordeste, Segovia y el suroeste fueron las zonas en 2024 más perjudicados de las condiciones meteorológicas. Esa abundancia de lluvias que empapa el análisis que hace la organización profesional llevó a «no sembrar gran parte de la superficie dedicada al cultivo del cereal», repite el portavoz de Unión de Campesinos. César Acebes subraya que es «el tercer año consecutivo de malas cosechas», que además, y para más inri, «se ven acompañadas de precios ridículos en caída libre desde el año anterior». Ante estas circunstancias, «todo se complica aún más», lamenta el presidente de UCCL en Segovia.

Marcha sobre Madrid

«El 21 de febrero de 2024 marcará un antes y un después dentro del sindicalismo agrario»

César Acebes

Presidente de UCCL en Segovia

Precisamente los precios han sido otra vez uno de los caballos de batalla de los agricultores. Los del cereal han continuado a la baja, a lo que se une la acumulación de gran cantidad de mercancía en los puertos. «Es necesaria la puesta en funcionamiento de cláusulas de salvaguarda que permitan subir o establecer aranceles cuando el nivel de importaciones supere las cantidades acordadas», destaca la organización, que salva también de la debacle en las cosechas cerealistas la del girasol, también algo «accidentada» por las lluvias, pero que al final «ha cumplido las expectativas con producciones aceptables y un precio de lonja bastante bueno».

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La indignación latente por el abandono al que se siente abocado el sector por parte de las administraciones y la clase política explotó el año pasado en forma de tractoradas, cortes de carreteras y movilizaciones a pie de calle para elevar el tono de las protestas y escenificarlas en los núcleos urbanos de las ciudades.

El sindicato tiene marcado en rojo una fecha: 21 de febrero de 2024. Ese día, la columna segoviana se unió a las procedentes de diferentes comunidades de España para participar en la concentración multitudinaria de Madrid. «Ese día marca un antes y un después dentro del sindicalismo agrario, ya que nunca se había hecho una tractorada de estas dimensiones en Madrid».

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Tractoradas de febrero del año pasado en la provincia de Segovia. Óscar Costa

Después de las movilizaciones, el Ministerio de Agricultura «se vio obligado» a sacar un documento con 43 medidas. Como punto de partida para empezar a trabajar, la organización profesional en Segovia tilda el movimiento de «interesante, aunque insuficiente». De hecho, once meses después de aquellas protestas, hay demandas que quedan sin atender y que son reivindicaciones en las que Unión de Campesinos de Castilla y León pone especial empeño en que se cumplan. «Las importaciones, la Ley de la Cadena Alimentaria o las relaciones con terceros países» son algunas de esas «cuestiones de calado en las que seguimos trabajando».

En este sentido, el año pasado bajó la persiana y este 2025 ha izado su telón con una nuevo quebradero de cabeza para quienes trabajan y viven del campo en la provincia, aunque el problema se extiende a todo el país. La firma del acuerdo de la Unión Europea con Mercosur -organización económica de América del Sur- «pone el peligro una buena parte de las explotaciones», alertan en UCCL de Segovia. Este nuevo tablero comercial supone que «no compitamos en igualdad de condiciones, ya que en estos países se pueden utilizar productos que aquí están prohibidos».

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Ante este nuevo marco, Unión de Campesinos reclama protección a las autoridades. «Es imprescindible poner en marcha cláusulas espejo de forma que no se pueda importar nada que lleve o esté producido con aquello que en la Unión Europea está prohibido», demanda Acebes. Asimismo, el sindicato agrario reivindica la instauración y aplicación del «principio de reciprocidad y controles efectivos en origen y en las fronteras, que al fin y al cabo es lo que hacen nosotros».

Los efectos de la EHE continúan

En cuanto al ámbito ganadero, la central sindical da cuenta de la superación de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) que castigó en 2023 la cabaña de Segovia. Sin embargo, el responsable de este sector, Adrián Gómez, matiza y habla de la persistencia de un «goteo» debido a la inmunidad adquirida por los animales. Llama la atención sobre la insistencia de los efectos ocasionados por ese azote como son la pérdida de reses productivas, la merma en la propia producción o la afección a sementales.

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Unión de Campesinos de Castilla y León en Segovia apela a las administraciones públicas que apuesten seriamente por apoyar los seguros integrales. En la provincia, el más frecuente es el de cereales. «Es de vital importancia para garantizar las rentas de los agricultores», enfatiza el responsable del Grupo Asesor Agrario y Unisegovia, Amador Álvarez.

La razón de esta reclamación a Agroseguro que hacen los representantes de UCCL en Segovia es que, dentro de estas pólizas, hay profesionales que manifiestan su desinterés en su contratación ya que las indemnizaciones son muy bajas, lo mismo que los rendimientos estipulados. Asimismo, la organización señala la existencia de otro grupo de campesinos «a los que se les está echando del seguro». En concreto, se les ha encarecido el coste de la prima un 50%; pero por otro lado les ha recortado los rendimientos, ya que para cobrarlos han de recoger al menos de 700 a 800 kilos por hectárea, cuando en años anteriores ese criterio estaba fijado en los 1.200-1.400 kilogramos por hectárea.

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