Dos años después de las primeras bombas que Rusia lanzó sobre Ucrania, la noche del 24 de febrero de 2022, la cronificación del conflicto ha estabilizado el flujo de refugiados. Tras un aluvión en el primer año que puso a prueba el tejido asistencial de ... la provincia, colectivos como Cruz Roja han visto cómo esa presión se ha reducido. Bien porque algunos han regresado a su país por diversos motivos, desde enfermedades en familiares a una cierta estabilidad en sus regiones de residencia, a otros que ya se han asentado plenamente en Segovia o en otras provincias españolas y tienen menos necesidades.
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Cruz Roja atendió en Segovia el año pasado a 119 ucranianos o residentes en el país dentro del programa de acogida e integración de solicitantes y beneficiarios de protección internacional, financiado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Fueron 85 mujeres, 34 hombres y 46 menores. El dato supone poco más de un tercio (un 36,3%) de los 328 atendidos en la avalancha de peticiones de auxilio de 2022, cuando hubo 328 personas alojadas en recursos de emergencia.
El programa ofrece una atención personalizada con un equipo multidisciplinar: abogada, psicológica, técnica de empleo, acompañamientos sanitarios, educación, un técnico de enseñanza del idioma, así como educadoras y trabajadoras sociales. Les ayudan con los trámites en el Ayuntamiento para el padrón o a escolarizar a los niños –casi el 90% de las familias ucranianas tiene vástagos– o a matricularles en la Escuela de Idiomas y en las clases de castellano del programa. En 2023, Cruz Roja tuvo 61 alumnos.
«El objetivo es que vivan de forma autónoma e independiente como en su país de origen», subraya Ángela Martín, educadora social del programa. «El perfil que más tenemos son mujeres con hijos», precisa. Por lo general, el hombre no puede abandonar el país por si es reclutado en un futuro, aunque hay casos con alguna discapacidad que les impide servir en el ejército o porque tienen tres hijos, una de las excepciones. Es un perfil joven y formado, con estudios universitarios. También hay matrimonios mayores o mujeres jubiladas que vienen con hijas mayores de edad. También hay hombres que llegan de forma individual, pero son la excepción.
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«Lo de 2022 fue muchísima gente», repasa Martín con una sonrisa que evoca esos esfuerzos inenarrables para atender a todos. La ONG sacó entonces voluntarios de debajo de las piedras para dar clases. «Se hicieron grupos más grandes porque el programa ha aumentado un montón con la crisis más grande. Ahora no tenemos tantas llegadas. Antes venían autobuses enteros con ucranianos; eso ya no pasa», revela la trabajadora de Cruz Roja. Sí hay casos que proceden de países en tránsito y ven en España una adaptación más fácil. «Muchos ven que el tiempo pasa y se vuelven a Ucrania y otros que ya deciden hacer vida aquí».
Ángela Martín
Trabajadora de Cruz Roja Segovia
Los retornos responden a causas múltiples. «Algunos no pensaban estar tanto tiempo aquí y ven que la guerra no acaba. Hemos tenido gente que ha vuelto porque han herido a un familiar; pero a veces no hay una razón». Hay casos procedentes de zonas donde la guerra estaba más latente y han regresado al país, pero a una región más alejada de los frentes. Una vez superado el luto de dejar Ucrania, algunos se han ido a otro país porque tienen allí una red de apoyo. O han encontrado trabajo en otras provincias.
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«Igual que muchos se han ido, muchos se han quedado», resume Martín. La enseñanza del idioma como base para encontrar trabajo y una vivienda son dos factores que van de la mano. La protección temporal al refugiado es casi automática –apenas tarda un par de días–, pero el itinerario de independencia lleva más tiempo, cerca de los dos años. «Algunas familias lo consiguen más pronto y otras van más despacio», añade.
La formación previa en los países de origen facilita la inserción laboral en Segovia, que Martín relata como multidisciplinar. «Hay de todo». La hostelería está llena de ejemplos, pero también cita a una usuaria que se fue a Madrid porque encontró trabajo como traductora.
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