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La CHD revisará con Naturgy los protocolos de actuación del embalse de Burgomillodo

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La compuertas del embalse de Burgomillodo llegaron a abrirse hasta 180 centímetros cuando lo habitual es que se eleven unos 30 y el máximo está en 50, explicó el alcalde de Carrascal del Río, Gabriel Pérez, en cuyo término municipal se sitúa la presa. Esta inédita situación provocó el desbordamiento del río Duratón, el corte de carreteras y hasta la entrada del agua en algunas casas de San Miguel de Bernuy y Fuentidueña, además de en Cobos de Fuentidueña, Fuente El Olmo de Fuentidueña o Laguna de Contreras. En su recorrido, la crecida obligó a realizar desalojos en la localidad vallisoletana de Rábano. La catástrofe tardó en llegar apenas un día después a Peñafiel.

La necesidad de revisar los protocolos del vertido de caudal fue uno de los asuntos principales que se trataron en la reunión con los alcaldes de los pueblos afectados y la CHD, celebrada este martes, donde el propio organismo reiteró que la explotación del embalse de Burgomillodo y de la presa de Las Vencías corresponde a Naturgy, pues no tienen una titularidad estatal, sino que se trata de una concesión.

La CHD se comprometió a actuar como intermediaria con la compañía eléctrica para buscar posibles soluciones de cara al futuro. «No puedes estar tres días sin desembalsar y luego soltar estas cantidades», critica Pérez. «Queremos que el responsable se haga cargo de la compensación económica de todo lo que ha destrozado: nosotros no hemos provocado estos daños», asegura. También se solicitó mayor limpieza de los cauces. «Si no conseguimos nada, hemos llegado a plantar la opción de la vía judicial», concreta.

Por el momento y para prevenir futuros accidentes o catástrofes, los representantes vecinales han decidido crear un grupo de WhatsApp para «estar pendientes» y notificar con antelación posibles avenidas. Esto se debe a que el catálogo de desperfectos es amplio en cada uno de los pueblos citados que, en su mayoría, «somos muy pequeñitos, de la España vaciada, y anteponer el volumen de dinero necesario nos resulta muy complicado», sostiene el alcalde carrascaleño. El anejo Burgomillodo vivió una de las peores partes, ya que el desbordamiento no solo obligó a cortar la carretera en varias ocasiones, sino que la fuerza del agua engulló muros de piedra que sirven de contención en el embalse.

«Tengo constancia de que Naturgy ha llamado a técnicos para rehacer estas paredes en los próximos meses, pues puede haber un riesgo importante», vaticina. Una de las zonas en las que ha tenido lugar el derrumbe es el acceso principal al embalse y otra, la ladera en la que está construida una casa. «Tememos que se vaya río abajo si no se realizan las reparaciones convenientes cuanto antes», concluye.