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Rufo Sanz, responsable de la ONG en Segovia, en el almacén. De Torre

El Banco de Alimentos garantiza durante dos meses la comida para un millar de usuarios

La entidad está funcionando con cuatro voluntarios porque la mayoría son jubilados de avanzada edad, que estos días no salen de casa

laura lópez

Segovia

Domingo, 29 de marzo 2020, 13:35

La crisis sanitaria del coronavirus ha afectado «de forma indiscutible» la labor del Banco de Alimentos de Segovia, según explica su presidente, Rufo Sanz, desde el día 18 se ha quedado sin sus cerca de veinte voluntarios, por precaución, y funciona bajo mínimos ... , con aún más demanda de la habitual. Sanz indica que la mayoría de los voluntarios que trabajan en la logística son jubilados de avanzada edad, por lo que desde que comenzó la crisis del coronavirus decidieron que todos ellos se quedaran en casa.

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Ahora solo prestan servicio los cuatro miembros de la junta de la ONG y no realizan repartos de alimentos, ya que las organizaciones que habitualmente colaboran con ellos, como la Asociación de Alimentos Sociales El Acueducto, Despertar de España y Asociación de Caridad San Vicente de Paúl, están cerradas. Sí continúa realizando entrega de alimentos Cruz Roja, con la que el Banco de Alimentos está asociada para donar los alimentos recaudados. Hace unos días entregaron para esta organización varias toneladas de productos, unas cuatro o cinco furgonetas llenas.

Sanz calcula que la asociación cuenta con reservas para funcionar unos dos meses más atendiendo a un millar de personas, sobre todo con alimentos no perecederos, mientras que hay algunos productos básicos como leche, aceite y galletas, que están comenzando a escasear.

A pesar de que la principal fuente de recursos de las asociaciones son las grandes recogidas que se celebran en empresas o colegios cada cierto tiempo y estas están paralizadas por la crisis sanitaria, aún existen donaciones de algunas compañías segovianas que hacen sus aportaciones particulares para mantener viva a la asociación.

Hace unos días, varias empresas que proveen a los comedores de los colegios en Segovia se pusieron en contacto con el Banco de Alimentos para donar unos 300 kilos de comida, toda vez que las escuelas permanecen cerradas por el estado de alarma. Con anterioridad, un empresario segoviano –no quiere que trascienda su identidad– entregó a la asociación noventa kilos de garbanzos, judías blancas y otras legumbres.

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Sin asamblea

Otro de los inconvenientes que ha traído la crisis sanitaria es el aplazamiento de la asamblea anual de la Federación Española de Bancos de Alimentos, que iba celebrarse en mayo y aún no tiene una nueva fecha prevista. En esas asambleas, los Bancos de Alimentos de toda España se reúnen para poner en común el trabajo, hacer algunos reconocimientos a donantes destacados o coordinar sus actuaciones, ya que, según explica Rufo Sanz, las asociaciones de todo el país están en constante contacto para importar y exportar diferentes productos de diversos lugares de España. Por ejemplo, Segovia exporta productos agrícolas y derivados del cerdo, mientras que recibe de Navarra otros alimentos, como el tomate frito.

Acumulación

El presidente de la asociación en Segovia indica que en la actualidad hay más demanda de alimentos en la provincia porque ha habido un efecto de acumulación, de familias con baja renta o con sus integrantes en paro que no realizaron las solicitudes a tiempo «y ahora se han juntado todas». Las personas que lo requieren tienen que presentar una serie de documentación para optar a las donaciones, a través de un proceso que es evaluado por los trabajadores sociales.

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Un aspecto positivo en estos tiempos difíciles es que hace apenas tres días se llevó a cabo el reparto por parte del Banco de Alimentos y Cruz Roja de más de 70 toneladas de alimentos a más de 1.500 personas de la provincia por parte de los Fondos de Ayuda Europea para las Personas Más Desfavorecidas. Sin embargo, el presidente de la asociación insiste en recalcar que estas cifras no son un motivo de celebración: «Lo mejor que nos podría pasar sería extinguirnos, porque ya no hiciéramos falta», reflexiona. Sanz recuerda que desde hace diez años el índice de pobreza en España no ha bajado. Desde que la asociación comenzó su andadura en Segovia, hace más de veinte años, la demanda continúa en volúmenes muy similares a los iniciales.

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