Javier Membrillo, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas
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Javier Membrillo, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas
Los afectados de botulismo «conservaron mal o no cocinaron correctamente» las tortillasLa producción de tortillas de patata envasadas en la fábrica del grupo Palacios en la localidad segoviana de San Martín y Mudrián sigue parada. Los expertos no se atreven a fijar una fecha para que la maquinaria que elabora este plato precocinado retome la ... actividad. El portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Javier Membrillo, declara que «la investigación que se hace en la línea de producción por parte de las autoridades sanitarias es muy lenta; es muy difícil encontrar el punto en el que podría haber habido un fallo en la cadena de producción y es un trabajo que generalmente lleva a los encargados semanas e incluso meses».
Desde que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) avisara de la coincidencia entre el consumo de este producto y varios casos de botulismo ha transcurrido casi una semana y media. La comunicación publicada del día 18 de este julio informaba de que se habían confirmado cuatro casos y añadía dos probables.
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Palacios decidió por «prevención» detener «voluntaria y temporalmente» la fabricación bajo sospecha y retirar el producto de los lineales de comercialización. Así lo anunciaron sus representantes en la madrugada del jueves 19 al viernes 20, pocas horas después de que la Dirección General de Salud Pública, a través del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, publicase un informe de situación en el que indicaba que, hasta ese momento, había «siete casos con un antecedente de consumo de tortilla de patata envasada en los días previos al inicio de la clínica». En un posterior boletín, el día 24, el centro daba cuenta de dos intoxicaciones más. El brote alcanzaba los nueve casos.
Membrillo matiza que, por ahora, «la relación entre las tortillas y los casos de intoxicación no está demostrada biológicamente». Añade que «no se han encontrado esporas ni restos de toxina en ninguna tortilla de la empresa; simplemente hay una asociación epidemiológica que se ha visto haciendo una encuesta de todos los riesgos a los que han podido estar sometidos los afectados de botulismo, y en todos los casos habían comido en los días previos tortillas de esta marca».
¿Entonces, cómo se han podido intoxicar? El portavoz de la SEIMC explica que tienen que darse unas condiciones en la manera de cómo se consume el alimento precocinado y envasado. «Aunque hubiese habido un problema en la línea de producción que permitiese que entraran las esporas, a continuación tienen que pasar dos cosas». Membrillo apunta que «la primera es que ese alimento no esté conservado suficientemente bien». Es decir, que se rompa la cadena del frío.
En segundo lugar, el experto hace hincapié en que «esas toxinas se inactivan por el calor al estar cinco minutos a 85 grados». Deduce de los casos de intoxicación por la ingesta de las tortillas envasadas que los consumidores no siguieron las instrucciones del fabricante. De los datos que se conocen extrae que, en este brote, ha habido «una mala conservación, o no se ha cocinado o no se ha cocinado correctamente».
«La lección que tenemos que aprender es que los alimentos preparados, precocinados o en conservas son seguros en España, hay un buen control alimentario; pero es imprescindible seguir las instrucciones de la etiqueta», reflexiona en voz alta. Añade que «estos alimentos están normalmente preparados para terminar de cocinarse en casa o, si ya están cocinados, tienen que seguir una cadena de frío».
Ignorar las indicaciones del fabricante provoca el «riesgo de que se desarrolle esta u otras infecciones, como la salmonelosis o la listeria, como ocurrió hace cuatro años», advierte. Esta amenaza es mayor en verano.
El portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, Javier Membrillo, opina que no van a detectarse nuevas toxiinfecciones alimentarias asociadas al brote de botulismo vinculado al consumo de tortillas de patata precocinadas que se elaboran en la planta segoviana del grupo Palacios, cuya producción de pizzas, en otra nave de la compañía en San Martín y Mudrián, no se ha visto afectada por las inspecciones ni por las medidas preventivas adoptadas, por lo que está funcionando con normalidad y sacando cada día la producción de esta gama de productos.
De hecho, el especialista comenta que «lo más probable es que ya no veamos casos», y se ampara en que «desde hace más de una semana se han retirado de los lineales todas las tortillas de patata de la línea de producción que se ha parado». Asimismo, duda de que se notifiquen nuevas infecciones por botulismo vinculadas a este producto, porque «síntomas, en la práctica, en la mayoría de los casos aparecen entre doce y treinta y seis horas después del consumo del alimento contaminado». Esto no quita, según matiza Membrillo, que haya «alguna persona despistada que todavía no haya recibido la información de los medios de comunicación y que aún pueda tener estas tortillas en su casa y las consuma; pero en cualquier caso, por la fecha de caducidad de este tipo de alimentos, resulta cada vez más difícil que aparezcan nuevos casos».
El portavoz de la SEIMC apostilla que, cuando se trata de alimentos precocinados y envasados, la fecha de caducidad «ha de respetarse a rajatabla siempre, y en cuanto se pase, debe descartarse».
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