La Academia de Artillería despide el curso con el nombramiento de 'Segovianos Honorarios'

La relación fraternal que mantienen Segovia y la Academia de Artillería se remonta 260 años atrás. Cada vez que el curso toca a su final y llega el momento de entregar los despachos y las distinciones correspondientes, la solemne liturgia castrense se funde con el no menos formal y afectuoso respeto que profesa la sociedad local al centro de enseñanza militar desde hace más de dos siglos. Desde que en mayo 1764, de la mano del conde de Gazola, llegaron los primeros artilleros, acompañados de sus libros y sus instrumentos científicos para asentarse en el Alcázar.

Fue el rey Carlos III quien, en nombre de la razón y el conocimiento, pensó en Segovia como el lugar idóneo para acoger el Real Colegio de Artillería, la academia militar y científica más rigurosa, ilustrada y culta de la época. Desde entonces, las historias de la ciudad y de la academia son caminan juntas.

Así lo ha comprobado y elogiado recientemente la ministra de Defensa, Margarita Robles, cuando visitó el centro militar y conoció de primera mano la actividad que se desarrolla en él. La titular de la cartera ensalzó ese vínculo y la labor formativa que se lleva a cabo en Segovia, la cual es «fundamental para el Ejército de Tierra».

Tras la lectura de la Orden se ha procedido a la entrega de los premios. Tal y como desgrana la información de la Academia, con la finalidad de galardonar al profesor más destacado por sus valores morales, militares, técnicos y docentes, manifestados durante el curso, en 2009 se instituyó el Premio Comandante Huelin, fallecido el 11 de abril de 1969 en acto de servicio, en un accidente de helicóptero, en Guadalix de la Sierra, siendo profesor del centro artillero. El reconocimiento consiste en una reproducción de la estatua de Minerva, diosa de la sabiduría, con un escudo al pie de la Academia de Artillería. Este año la distinción ha recaído en el brigada Martín López.

Acto seguido, se ha hecho entrega del galardón que honra el compañerismo «como virtud que impulsa a entregarse mutuamente, con generosidad y desinterés». Este reconocimiento está convocado por la Asociación Conde de Gazola conformada por antiguos alumnos del Real Colegio de Artillería de Segovia. Los premiados son estudiantes de las escalas de oficiales y suboficiales de los cursos que egresan y que han obtenido la distinción por parte de sus compañeros. Este año, los merecedores de estos títulos han sido el alférez alumno Molina y el sargento alumno Miguel. En encargado de darles las estatuillas del galardón ha sido el presidente de la asociación, el general de división José Miguel de los Santos Granados.

Entre los asistentes a la ceremonia ha estado el alcalde de la localidad onubense de Niebla, Joaquín Molina. Y es que, según explica la Academia de Artillería, hace más de cuarenta años, el 12 de junio de 1982, el centro de enseñanza segoviano se hermanó con este municipio, en el que, según indican las referencias históricas, se usó por primera vez la pólvora por primera vez en la península, allá por el siglo XIII.

El representante de la corporación municipal del Ayuntamiento de Niebla ha entregado un sable al alférez alumno número uno, Gúzman.

Por su parte, los estudiantes que han finalizado con aprovechamiento sus estudios en la Academia de Artillería, alféreces alumnos de la 312 promoción y sargentos alumnos de la XLIX promoción, han recogido los certificados de fin de curso, así como sus títulos de 'Segoviano Honorario' de manos del alcalde de la ciudad, José Mazarías, y de otros miembros de la corporación.

El regidor también ha hecho entrega de los respectivos reconocimientos a los alumnos que han obtenido la mejor calificación en el curso que ha finalizado: el alférez alumno Guzmán y el sargento alumno Bartolomé.

Después de varios años de formación, los alumnos que egresarán en el mes de julio y pasarán a estar destinados en diferentes unidades del Ejército de Tierra se han despedido del estandarte de la academia. Tras ello el coronel director de la institución artillera, Rafael de Felipe Barahona, ha dirigido unas palabras a los asistentes al acto, al que ha puesto punto y final el emotivo homenaje a los caídos por España, la entonación del Himno de los Artilleros y el desfile de la unidad de alumnos.