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La Tardebuena empezó con un agradecido sol de invierno y ha acabado envuelta en una espesa niebla heladora. Todo un abanico meteorológico propio de las fechas navideñas por estas tierras que ha sido testigo de uno de los megaeventos más esperados por los segovianos. La ... cifras de asistencia que maneja el Ayuntamiento de la ciudad, organizador del fasto, dan fe casi notarial de las ganas que había de jarana para cumplir con una reciente tradición en las horas previas a la cena de Nochebuena. En torno a 5.500 personas, en su mayoría jóvenes aunque también se han dejado caer varias generaciones por la Plaza Mayor y sus aledaños, se han volcado en elevar la Tardebuena a los altares de los festejos de la capital del Acueducto.
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Miguel Mateo
Comentaban algunos hosteleros que la afluencia de sedientos clientes se asemeja a la de algunas de las jornadas grandes del ciclo patronal de San Juan y San Pedro. También llamaban la atención sobre el comportamiento de la gente pese a las colas en los baños o las prisas de algunos para ser servidos. La legión de camareros en los bares de la Plaza Mayor y de las calles que derivan en la elipse no han dado abasto prácticamente desde el minuto uno, allá por las tres y media de la tarde, hasta las siete, momento en el que la música paró y empezó el lento peregrinaje de los miles de segovianos que enarbolaron la bandera del jolgorio más festivo hasta el último acorde pinchado por los cuatro deejays que se han turnado a la hora de marcar el ritmo de la celebración multitudinaria.
Ellos han sido los encargados de jalear a la masa congregada en la Plaza Mayor de Segovia, la cual poco a poco, conforme llegaban los llamados a embriagarse de la Tardebuena, fue tapando los resquicios de adoquinado que quedaban libres.
En los accesos al centro de operaciones de la Tardebuena, dieciocho agentes de la Policía Local y el refuerzo del Cuerpo Nacional se encargaban de que nadie franqueara el control con botellas de cristal.
Los bares y restaurantes también se han afanado para que ningún cliente saliera a la calle con vasos de vidrio. Todo plástico para minimizar riesgos. Aunque la tarea de velar por que nadie entrara al corazón de la Tardebuena con alcohol, algo prohibido por el Ayuntamiento, era harta compleja debido a las riadas de gente con bolsas que acudía a la fiesta, al final el Ayuntamiento de Segovia destaca que el macroevento se ha desarrollado «sin incidentes destacables», diagnóstico que certificaban los hosteleros y el personal de limpieza que, en el momento en el que cesó la música, desplegó a sus operarios y maquinarias para adecentar el recinto.
Entre el personal comentaban que posiblemente esta de este domingo ha sido la Tardebuena «más cívica» con la que han tenido que lidiar. A ello han contribuido el comportamiento de los asistentes y el operativo desplegado de urinarios, contenedores que además hacían de barrera para proteger la pista de hielo ubicada frente a la Catedral y la actitud de los segovianos que han prologado la Nochebuena por todo lo alto.
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