Las 155 altas de médicos en veinte años, insuficientes para cubrir 188 jubilaciones

Por lo tanto, que el ejercicio pasado acabara con la mayor dotación de médicos que ha habido en la provincia, 903, es un dato de doble filo. Que la falta de profesionales sea un problema general no es consuelo. Estrada ha subrayado que en reiteradas ocasiones que «tenemos el peor dato de la región». El año precedente, la tasa de médicos activos por cada 100.000 habitantes era de 379 facultativos, la más baja de Castilla y León.

Esto se entiende mejor al ver la evolución de los colegiados que se extrae del INE. En términos relativos, a lo largo de los dos decenios ha aumentado el personal en un 20%, creciendo desde los 748 facultativos inscritos en 2002 a los 903 que había en 2022; sin embargo, al diseccionar estas incorporaciones el bisturí descubre la herida de una plantillas envejecidas de las que paulatinamente se han dado de baja aquellos que soplaban las velas de la jubilación. Solo el año pasado se retiraron once colegiados, y aún así no fue un curso malo porque las altas fueron más, en concreto 19.

Pero no siempre ha sido así en los últimos veinte años. A tenor de las cifras que facilita el Instituto Nacional de Estadística, entre 2019 y 2020, por ejemplo, se jubilaron 17 galenos, mientras que el incremento se quedó en siete. El saldo salió a deber. Más apabullante es el tránsito entre los ejercicios 2018 y 2019, cuando en esos meses se registraron 21 bajas. Las incorporaciones fueron insuficientes para cubrir esas marchas de colegiados jubilados y de un año a otro hubo que restar cuatro profesionales (de 875 a 871).

La ausencia de relevo que cubra las vacantes que dejan quienes deciden colgar la bata y guardar el instrumental al cumplir los 65 años es un quebradero de cabeza para los profesionales y para los gestores que rigen la política sanitaria. Y eso a pesar de que hay una pequeña 'legión' de jubilados que prolongan su vida laboral. El año pasado, el porcentaje sobre la plantilla en activo era del 9,3%.

Otra forma de ver cómo los DNI de los facultativos que trabajan en la provincia acumulan cada vez más años es comparar las nuevas generaciones que entran en sistema sanitario público y las plantillas con más experiencia y veteranas. El ejercicio pasado, los médicos por debajo de los 35 años representan el 16% de los colegiados. Por su parte, los que rebasan los 55 años equivalen al 53% de este colectivo. Además, tal y como se deduce del informe del Instituto Nacional de Estadística, hay más colegiados septuagenarios que menores de 35. En concreto, hay registrados 150 médicos de más de 70 años y 143 treintañeros.

Los galenos inscritos en el estamento profesional que están a diez años o menos de alcanzar la edad legal de jubilación se han triplicado desde que empezó a descontar anualidades este siglo XXI. Y es que el rejuvenecimiento que vivió el personal médico en Segovia aparejado a la progresiva feminización de la profesión ha empezado también a acumular años en el currículum.

Este fenómeno también marca la evolución de los últimos dos decenios en la provincia. Cuando se recorre año a año la evolución que permite extraer el INE se observa que entre 2004 y 2007, ambos incluidos, no hubo ninguna jubilación de una médico. En 2008 solo dos colegiadas llegan a los 65 años y un curso después, una cumple la edad que marca un punto y aparte en la trayectoria laboral. La feminización del ejercicio de la Medicina ha mitigado que las retiradas de galenos todavía se acusaran más en las plantillas de la provincia.

En esta centuria, hay que sumar cerca de doscientas facultativas más colegiadas: de 288 a 470 el año pasado. Si en 2001 las mujeres representaban el 38% de los profesionales registrados en la institución que ahora preside Graciliano Estrada, en la actualidad son mayoría, ya que suponen el 52% del colectivo colegiado. En lo que respecta al colectivo no jubilado, seis de cada diez médicos son mujeres.