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Equipo de Gerialba que se encuentra confinado junto a los usuarios de esta residencia de mayores. WORD
Coronavirus en Salamanca: «En nuestra residencia hay cero contagios y no podemos permitir que cambie por un error»

«En nuestra residencia hay cero contagios y no podemos permitir que cambie por un error»

Marta Rodríguez, de Gerialba, relata la pesadilla vivida en la tarde del martes, «el peor momento» desde que comenzara la pandemia del coronavirus

maría Jesús Gutiérrez / WORD

SALAMANCA

Viernes, 10 de abril 2020, 12:23

La residencia de mayores Gerialba, de Alba de Tormes, con 53 residentes, ha conseguido llegar a la cuarta semana de confinamiento por la pandemia del coronavirus sin ningún caso positivo de Covid-19 gracias al trabajo y a la prevención que se está llevando por el equipo formado por once trabajadores con Marta Rodríguez Casanova a la cabeza. Un equipo que hace más de una semana, concretamente el miércoles 1 de abril, decidió confinarse junto a los residentes «para no contagiar a nuestros abuelillos», afirma Rodríguez.

«Tuvimos una reunión y viendo la situación que hay en las residencias de la provincia de Salamanca decidimos venirnos a vivir a la residencia», una situación dura teniendo en cuenta que se alejaban de sus familiares, pero consideraban que era lo mejor para la salud de sus residentes que, para ellos, son también parte de su familia, pues la mayoría llevan muchos años ya en esta residencia.

«Todos nuestros 'abuelos' están sanos y el riesgo de contagio se lo podíamos traer nosotros de la calle. Estando confinados evitamos contagios de este virus, que está siendo tan virulento, y que si entra en nuestra residencia los usuarios irían cayendo en cascada», afirma Marta Rodríguez.

De esta forma están conviviendo diariamente 53 mayores y las 11 personas que forman el equipo de la residencia. «El personal de cocina es el único que entra y sale, pero lo hace por el muelle y no estamos en contacto con ellos», prosigue la responsable de la residencia.

Con estas medidas de prevención han conseguido llegar a este momento con cero contagios por Covid-19. Pero la 'tranquilidad' de esta residencia de mayores se vio rota en la tarde del pasado miércoles, tanto es así que Marta Rodríguez no pudo evitar contar en las redes sociales «lo que ha sido el día más horrible desde que empezó toda esta pesadilla», la cual narra a este periódico.

La residencia tenía a una 'abuelilla' ingresada en el Hospital Clínico de Salamanca por un motivo de salud ajeno al Covid-19 y en la jornada del miércoles avisaron a la residencia de que iban a darle el alta, por lo que desde Gerialba se les solicitó que le realizaran la prueba del Covid-19 para tener la certeza de que esta mujer no había sido contagiada durante su estancia en el hospital. Realizada la prueba, dio negativo, por lo que a las dos de la tarde les avisaron que la llevarían a la residencia a lo largo de esa jornada.

A las ocho de la tarde, prosigue contando Marta Rodríguez, llega la ambulancia y «nosotras salimos a recibirla con la protección básica (guantes y mascarillas), puesto que no había riesgo alguno; y nos encontramos al de la ambulancia con un traje como de la Nasa, mirándonos estupefacto, diciéndonos que no tocásemos nada, que la señora venía en una ambulancia 'de sucio', que es como se denominan a los transportes que llevan a gente contagiada, que los informes venían contagiados, y que la había recogido de una habitación infectada». Y es que según les explicó el de la ambulancia, tienen unos vehículos para llevar a las personas contagiadas y otros para las que no lo están.

Ante esta situación, llaman al hospital donde «nos tratan con poca educación y no nos ofrecen ninguna solución», matiza, a la vez que añade que «nosotros no podemos meter a una persona que puede haberse contagiado en el traslado en una residencia donde tenemos 53 usuarios sanos y además existe un decreto que confirma que no podemos dejarla entrar así», sin la certeza de que está sana y no ha sido contagiada.

Como desde el hospital no les dan una solución, deciden llamar a la Guardia Civil, que fue testigo de la situación que se vivió en Alba de Tormes y vieron cómo el señor de la ambulancia venía con el traje 'de astronauta' y «los papeles que certificaban que era una ambulancia de 'sucio'».

Tras marcharse la ambulancia, la Guardia Civil cortó la calle de la residencia y acudieron miembros de Protección Civil para desinfectar toda la zona.

En esos momentos, en la residencia lo que sentían era una gran «impotencia», porque «no tenemos Epis en condiciones ni medios de aislamiento y el único traje con el que contábamos era uno que nos había donado la hija de un residente que lo tenía de cuando el 'Prestige', y que se puso una del equipo para salir a recoger el informe que venía en la ambulancia» y así no podían acoger a una de sus residentes.

Son conscientes de que las pruebas de esta mujer dieron negativo en Covid-19 pero desconocen si se ha podido contagiar en la ambulancia, por lo que «no podemos permitirnos meterla en la residencia, sería una gran irresponsabilidad por nuestra parte porque durante 15 días puede dar positivo e infectar al resto de residentes». Nuestro deber, prosigue Rodríguez, «es salvar vidas, no ponerlas en peligro conscientemente».

Saben, porque les ha llamado la familia, «que en el hospital les han dicho que nosotros no queremos tenerla en la residencia, pero deben comprender nuestra situación y el peligro que supone para el resto de los mayores».

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