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Kiko Olivas durante un entrenamiento previo al choque frente al Atlético de Madrid Ana Puente-Real valladolid

El Real Valladolid quiere acabar la temporada con orgullo

El cuadro pucelano buscará un milagro que le deje en Primera ante un Atlético de Madrid que ganando en Zorrilla sería campeón de liga

Sábado, 22 de mayo 2021, 07:41

Habría que remontarse a un frío uno de febrero de 2009 para encontrar la última victoria del Real Valladolid ante el cuadro rojiblanco. El Pucela de Mendilibar se plantó en el extinto Vicente Calderón con Goitom como referencia atacante y jugadores de calidad como ... Álvaro Rubio, Canobbio, Pedro León o Sesma entre otros. Bajo los palos, el paraguayo Justo Villar defendía las redes blanquivioleta apenas un par de años de casi ser verdugo de la selección española parando un penalti a Xabi Alonso en el inolvidable mundial de Sudáfrica 2010.

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Por parte de los colchoneros, el 'vasco' Aguirre alineó un once plagado de estrellas como el 'Kun' Agüero, Diego Forlán o Maxi Rodríguez. Este Atlético pre 'Cholo' Simeone también tenía tirón. Aunque aún no lo sabían, estaban a un año de lograr la primera copa de la UEFA de su historia e iniciar el camino hacía la élite del fútbol europeo. Curiosamente, tanto atléticos como pucelanos podrían formar tácticamente como hace 12 años. El aspirante a campeón y actual líder de la liga, suele plasmar sobre el verde un 4-4-2 con Luis Suárez y acompañante en el ataque y una solvencia defensiva abrumadora. Sergio, consagrado al mismo sistema durante casi tres años, parece estar dándose cuenta de el 4-2-3-1 le va mejor al equipo.

Aquel lejano partido hace más de una década es la síntesis de dos equipos que evolucionaron de forma antagónica. El Atlético, con Quique Sánchez Flores primero y Simeone después, supo sufrir -como es costumbre a orillas del Manzanares- para poder recorrer el largo camino hacía la élite del fútbol. El Real Valladolid, sin embargo, tomó una variante distinta. El equipo vallisoletano, que no pudo mantener la categoría al año siguiente, fue vagando por Primera y Segunda sin rumbo fijo. Con la llegada de Ronaldo y el épico ascenso a la máxima categoría del fútbol español, el futuro parecía brillante en Zorrilla. Tres años después, el club está a un partido de volver al infierno. Y el Atlético a un paso de ser campeón. Parece que las rutas emprendidas por ambos conjuntos tras la última victoria pucelana estaban condenadas a cruzarse.

Y no tiene pinta de acabar como aquella vez. Varias son las intervenciones que los jugadores y el técnico hicieron estos últimos días tanto en rueda de prensa como en programas de radio. Con un sorprendente tono de resignación, los protagonistas de defender los intereses del club vallisoletanos este sábado sobre el césped de Zorrilla prácticamente asumen el descenso como si estuviese consumado. Ante este discurso pesimista, asumido por la inmensa mayoría de la parroquia pucelana, tan solo se salva un mensaje de optimismo. La caída con honor. El orgullo en la derrota. Morir con las botas puestas. No avergonzar a los seguidores. No volver a arrastrar el escudo como ocurrió el pasado domingo frente a la Real Sociedad. Y eso lo tienen todos claro.

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No será fácil, eso es bien sabido. El Atlético, líder implacable desde la jornada 9, está a una victoria de lograr el campeonato. De las nueve veces que se jugó la liga en la última jornada, el conjunto rojiblanco consiguió alzarse con el título en todas ellas.«Vendrán a aplastarnos» aseguró contundente Sergio. Y es la realidad. Pero ante esa verdad poco alentadora, los jugadores del cuadro pucelano intentarán mantener la cabeza alta por lo que representa la camiseta que defienden. La hinchada blanquivioleta, a estas alturas, solo exige eso. La imagen de un equipo derrotado, un juguete roto en manos de un rival hambriento, no puede repetirse esta jornada. Ese es el mensaje que se intenta transmitir desde el vestuario. Pero el problema no radica ahí.

El Atlético es uno de los mejores visitantes de la categoría. Ha ganado diez de los 18 partidos jugados lejos del Metropolitano y solo cayó derrotado en tres ocasiones (Real Madrid, Sevilla y Athletic Club). Por contra, el Real Valladolid no fue capaz de ganar en quince de ellos y tan solo venció ante Athletic, Osasuna y Getafe. No son datos esperanzadores.

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Además de la victoria pucelana, debería conjugarse otra variante en esta aparentemente irresoluble ecuación por la permanencia. El Valencia tendría que devolver el favor que el Real Valladolid le hizo el 18 de mayo de 2019 para jugar en la Champions League. Ganar al Huesca. Con estos condicionantes, aún habría que resolver la tercera variable, la del Elche. El Athletic, equipo con buena relación en sus visitas a Zorrilla, habría de derrotar al conjunto ilicitano para que el resultado de la operación diese con el Real Valladolid una temporada más en Primera División. Si puntuase Elche o Huesca, el Pucela sería automáticamente equipo de Segunda pase lo que pase sobre el verde.

La fe, dicen, es cosa de la religión. Mueve montañas. Ahora mismo es lo único que queda en Valladolid. Pero si hay un deporte en el que creer hasta el final te da la victoria es este. En el fútbol, existen los milagros, y a uno de ellos se agarra el Pucela. Pero para alcanzarlo habrá que luchar. Derrota con orgullo o victoria con honor. No hay más opciones.

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