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Harold Lozano, en una imagen actual en su escuela de formación; en detalle celebra el famoso gol del Bernabéu.
Harold, 'el negro' que agitó el Bernabéu y levantó la Copa en Mallorca
Protagonistas en las dos orillas

Harold, 'el negro' que agitó el Bernabéu y levantó la Copa en Mallorca

El colombiano ofreció un gran nivel en el Real Valladolid durante seis años antes de recalar en Palma

José Anselmo Moreno

Jueves, 26 de septiembre 2024, 06:47

Para todos en Pucela era 'el negro', apelativo cariñoso y nada controvertido que a Harold Lozano le pusieron sus compañeros, algunos de los que fueron a abrazarle tras un gol en el Bernabéu que no metió él aunque sí dio la 'asistencia' sin necesidad de tocar balón, imitando el sonido del silbato del árbitro.

Y es que Harold, además de pillo, era uno de los jugadores que hacían vestuario. El bromista contumaz y el amigo de todos. Es curioso porque habla del ambiente de aquel vestuario como si la encuadernación de un libro fuera tan importante como la trama. Es decir, como si la amistad pesara tanto como los goles.

El colombiano era (y es) la alegría permanente. En aquella época hasta intentó enseñar a bailar cumbia a algún compañero, sin mucho éxito. Nunca perdió el humor pese a que una lesión de cartílago en su rodilla derecha le amargó sus últimos años de carrera. Ya tenía un bagaje notable cuando llegó a Valladolid, había jugado con su selección el Mundial 94, y cuenta desde Colombia que de todos los clubes donde estuvo se queda con el Real Valladolid. «Significó lo más grande para mí, el club donde más estuve, donde hice mis mejores amigos del fútbol y allí sigue viviendo mi hermano, me lo llevé y se quedó». El agradecimiento le rebosa. «Fue el equipo que más me dio y en Pucela nació mi hijo pequeño, Nicolás, eso es un plus». recalca.

Fue Goyo Manzano quien se lo llevó al Mallorca, donde completó una campaña extraordinaria y jugó más que nunca, pese a que su rodilla ya estaba tocada. Firmó un contrato condicionado a su lesión, ante las dudas de los médicos.

En este contexto puntualiza que Mallorca también significó bastante para él. «Fuimos campeones de Copa y fui el primer colombiano que la ganó, se hizo historia y yo estuve con jugadores impresionantes, como Eto'o, Ibagaza o Leo Franco. Después de aquello, el equipo se desarmó».

Además de elogios a Manzano, también los tiene para Cantatore. El chileno le previno de que el fútbol europeo es más rápido y que tenía que soltar antes el balón: «Me aconsejaba y nos tenía a todos enchufados, era gran psicólogo, hasta nos dejaba salir de fiesta los jueves pero sabía que el domingo nos mataríamos por él en el campo».

Harold es feliz con su escuela de formación en su país, que lleva desde hace 17 años: «Aquí tengo mi complejo deportivo donde trabajo en la formación con niños, el fútbol a mí me dio mucho y ahora tengo que devolverlo con la formación de estos chicos. También soy empresario de jugadores acá en Colombia», relata antes de 'pararnos' en su anécdota más conocida.

Fue cuando decidió imitar el sonido del silbato del árbitro en el Bernabéu, lo que permitió al Pucela marcar ante una zaga madridista que se quedó pasmada. No hace tanto que Harold reconoció este hecho insólito. También contó que el guardameta Ricardo corrió a abrazarle tras el gol y le dijo: «Vete de aquí, huevón, que me vas a delatar».

Fue a los seis minutos de un partido que se jugó en septiembre de 2001. «Mis compañeros no tenían dudas, siguieron porque yo ya lo hacía en los entrenos», asegura al tiempo que reconoce que esos silbidos importunaban a algún entrenador que los dirigía. Mientras las protestas madridistas se sucedían, había un jugador que sonreía y que esa misma semana declaraba: «Que busquen a quien silbó, porque yo en ningún momento lo hice. Sólo silbo en el baño». Todo ello por evitar una sanción. Ese partido finalizó con el resultado de 2-2. Cuauhtémoc Blanco marcó un golazo y enredó más las cosas, ya que hay intrahistoria de aquel partido. La plantilla jugaba una quiniela, rellenada por el personal auxiliar, y marcaron 1 en ese partido. Ese gol del 'Cuate' les impidió cobrar un Pleno al 15 millonario, que se confirmó con el partido del lunes. El silbido del colombiano había contribuido a destrozar esa quiniela y muchas más. Roberto Carlos dijo a sus compañeros: «El que ha silbado ha tenido que ser un sudamericano, seguro». Así fue. Quien perpetró aquello nació en la tropical Cali y en la temporada 91-92 se asomó al fútbol profesional, precisamente con el América de Cali. En la 94-95 fichó por el Palmeiras pero no triunfó, su fútbol no era para Brasil y pasó al América de México, donde llamó la atención del Pucela.

Lozano, con Ronaldo en una visita a Valladolid en 2019.

Fue presentado ante solo tres periodistas en julio de 1996 en un salón del hotel Felipe IV tras llegar a Valladolid de la mano del mismo representante que trajo después a Julio César y Edu Manga: José Rubulotta. En total jugó 105 partidos con la blanquivioleta en Primera (más 10 en Copa y uno de UEFA) e hizo tres goles. Entre esos partidos está el de la recordada alineación indebida ante el Betis.

Fueron seis temporadas a un nivel notable, desde la 96-97 a la 2001-02. Cuando parecía en su declive se fue al Mallorca, donde en su única temporada, ganó la referida Copa del Rey. Turiel, Caminero o Edu Manga. De España pasó al Pachuca mexicano donde, tras ganar un campeonato de apertura, se retiró. Con la selección colombiana jugó 48 partidos y participó en dos mundiales, el de Estados Unidos y Francia. También estuvo en los Juegos Olímpicos de Barcelona.

Ni siquiera conoció en Pucela el riesgo o la zozobra de los últimos puestos salvo en la campaña 2000-2001 en la que apenas jugó por su lesión. En plena forma, contribuyó a una gran estabilidad entre los grandes, algo que ya no volvió a suceder durante mucho tiempo. Eso no es pasado, así seguimos.

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