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Sin despeinarse en exceso, el FC Barcelona se comió vivo a un Real Valladolid muy pobretón. Poco pudo oponer el cuadro de Pacheta en el Spotify Camp Nou, donde recibió una tunda de goles en medio de una escasa resistencia. Solo algún fogonazo tapó levemente ... la mala imagen de un equipo que nunca creyó que podía hacer al Barça algo más que cosquillas. El estadio azulgrana acabó siendo un matadero de ilusiones. El 4-0 reflejó gráficamente la distancia entre dos universos. El Real Valladolid pareció un rival de una competición inferior ante un rival gigante.
FC Barcelona
FC Barcelona: Ter Stegen; Koundé, Araújo (Sergi Roberto, m.60), Eric García, Balde; Gavi (De Jong, m.60), Busquets (Kessie, m.75), Pedri; Raphinha (Ansu Fati, m.60), Lewandowski, Dembélé (Ferran Torres, m.81).
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Real Valladolid
Masip; Luis Pérez, Joaquín, Javi Sánchez, Escudero; Kike, Aguado (Óscar Plano, m.45), Monchu (Roque Mesa, m.45); Iván Sánchez (Toni Villa, m.62), Guardiola (Sergio León, m.62), Anuar (Arroyo, m.75).
Goles: 1-0 (m.23), Lewandowski. 2-0 (m.42), Pedri. 3-0 (m.64), Lewandowski. 4-0 (m.91), Sergi Roberto
Árbitro: De Burgos Bengoetxea (comité vasco). Amonestó a Araújo, Javi Sánchez, Kike Pérez.
Otros datos: Spotify Camp Nou. 83.972 espectadores.
La lesión de Asenjo colocó a Jordi Masip en la portería del Pucela, Joaquín suplió la baja por sanción de El Yamiq y Monchu volvió a la titularidad en detrimento de Roque Mesa, a bajo nivel en este inicio liguero. En el Barça destacó de inicio la presencia de Jules Koundé (aunque no como central sino en el lateral derecho) después del culebrón de su ficha, así como la vuelta de Sergio Busquets tras cumplir su sanción. Raphinha también se asomó al once azulgrana, en el que se mantuvo el canterano Balde tras su gran actuación ante la Real Sociedad.
El Barça salió con la tuneladora. El Real Valladolid sintió pronto el tembleque y empezó a sufrir las acometidas locales. La idea inicial de Pacheta pasaba por jugar de tú a tú a los blaugrana. Sobre la pizarra queda bien, pero la realidad resultó mucho más prosaica. No tardó el conjunto de Xavi Hernández en entrar en combustión ante un Pucela que se sintió cada vez más pequeño. La motivación de jugar en un escenario como el Camp Nou sucumbió ante el miedo escénico blanquivioleta. El Real Valladolid se fundió de mala manera, con poco que oponer y fue bajando los brazos de manera penosa.
Las fotos del partido
Xavi volvió al 4-3-3 para sacar ventaja en todas las zonas del campo. El Pucela no vio la manera de sacudirse un dominio abrumador, más allá de un cabezazo flojo de Joaquín en el minuto 4 que hizo albergar leves esperanzas al inicio y una buena contra forjada entre Aguado y Anuar. Solo fueron dos espejismos en un paraje desértico para el equipo de Pacheta.
El Barcelona empezó a abusar de mala manera de un Real Valladolid que pegaba chispazos en todas las lineas, especialmente en la defensiva, con errores de bulto. Raphinha empezó a explorar con ahínco la banda de Escudero, que se vio superado con gran facilidad. Dembélé percutió por la izquierda, aunque con menos insistencia. Mientras, Lewandowski empezó a mostrar la voracidad de una piraña ante Javi Sánchez y Joaquín, convertidos en dos simples alfeñiques. El gol se le escurrió en el minuto 11 al polaco, después de rematar una pelota que tocó en el poste y en la espalda de Masip antes de pasearse por toda la línea de marca sin llegar a entrar.
El Real Valladolid sufrió mal de altura y ya no dio pie con bola. Monchu, encargado de sacar la pelota, perdió un balón que pudo costar caro. Masip sacó un guante a a un tiro de Rapinha que venía de ganar la espalda a un despistado Javi Sánchez. Dembélé estrelló un tiro en el larguero tras un pase de Lewandowski, que jugaba como Robert por su área. Todo mal.
Privado de la posesión y sometido a una tortura creciente, el Real Valladolid vivió lacerado. Era cuestión de tiempo que el Barcelona acabase por romper la débil malla blanquivioleta. Lewandowski se encargó de abrir la lata y se merendó a los dos centrales para rematar el 1-0 a pase del insistente Raphinha, una pesadilla constante para Escudero.
Más sobre el partido
El Real Valladolid jugó paralizado. Estáticos, los jugadores no se ofrecían y los pases se perdían de mala manera. Ni rastro de valentía. La motivación que buscó Pacheta en los días previos se perdió en el libro de las buenas intenciones. Todo era un embrollo blanquivioleta y un vendaval culé. Sergi Guardiola trató de estirarse en algún envío largo, pero chocó con la rapidez de Araújo. El Barça pegó otro bocado de realidad cuando Dembélé rasgó por la derecha y vio venir a Pedri por el centro, sin marca alguna. El centrocampista batió a placer a Masip sin que ningún mediocentro del Pucela le saliese al paso. Solo en el tiempo añadido de la primera mitad, el Real Valladolid se acercó a la portería de Ter Stegen. Guardiola lo intentó con un lanzamiento lejanísimo y Anuar se encontró en el área con un buen balón tras una falta botada por Kike, pero quiso controlar y el bote impidió un remate claro.
Pacheta cambió el dibujo hacia un 4-2-3-1, con las inclusiones de Roque Mesa y Plano por Monchu y Aguado. Los cambios surtieron poco efecto y el Barça siguió con el monólogo. Sólo cuando aparecieron al campo Sergio León y Toni Villa se refrescó momentáneamente el Real Valladolid. Sin embargo, fue Lewandowski el que, a pase de Dembélé, anotó el 3-0 con un taconazo que pegó en Joaquín. En un minuto, el Pucela gozó de cuatro ocasiones claras: Ter Stegen se sacó un paradón ante Sergio León, Koundé salvó el rechace rematado por Plano y Roque Mesa soltó un latigazo lejano abortado por el portero culé. En la jugada siguiente, Anuar le robó la cartera a Busquets y se vio en el área, solo ante Ter Stegen, pero mandó el balón a la platea. El chispazo no generó fuego y el Barça volvió a la hamaca.
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Con el partido ya desaguando, Pacheta dio entrada a Roberto Arroyo, todo un premio para el canterano, que no desaprovechó la ocasión para mostrar algunas virtudes. El atacante sentó a Pedri con un autopase en el área azulgrana que quedará para la videoteca.
El Real Valladolid no fue rival para un FCBarcelona que no sudó en exceso. Los azulgrana anotaron el 4-0 en el 91, cuando Sergi Roberto rebañó el paradón de Masip a un tiro de Lewandowski que pegó en el larguero. El Pucela salió muy magullado del Camp Nou. La derrota (y hasta la goleada) podían esperarse, pero no la pobre imagen. Este equipo necesita algo más.
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