El Pucela vive acomplejado en Primera. Perder contra el Barcelona es lógico, pero hacerlo sin competir, no. Le ocurrió en la primera parte del Sánchez Pizjuán y lo repitió ayer. La excusa del presupuesto y la diferencia de euros no cuela porque el Rayo, que ... no tiene mejor plantilla que el Real Valladolid, empató dando la cara. El cuadro castellano no hizo ni cosquillas. Renunció a todo. No jugó en corto, porque no fue capaz de dar dos pases seguidos. Tampoco tuvo éxito en largo. Patadón para Guardiola y medio estadio entre el ariete y el resto. Los de Pacheta dibujaron la nada, un chiste de mal gusto, un nuevo ejercicio de inferioridad.
La quimera de enlazar dos pases seguidos
El fútbol va más allá de juntar diez hombres delante del área y aguantar el cero. Es la crónica de una muerte anunciada. El Pucela solo ha salido de la cueva en la segunda parte del Sánchez Pizjuán y cuando lo tenía todo perdido contra el Villarreal en casa. Urge que el equipo de Pacheta recupere la personalidad y sea capaz de enlazar dos pases seguidos. Qué quimera. Sin balón, el guion solo puede terminar en llanto. El técnico retiró a Mesa y buscó más consistencia con Monchu, pero el resultado fue incluso peor. El cuadro castellano se muestra incapaz de controlar, buscar al compañero mejor situado y desplegar el juego ofensivo.
Mejor no moverse mucho por si el rival ataca
Desmarque de ruptura. Dícese del movimiento sin balón con el que el futbolista busca la espalda del adversario con velocidad y determinación. En el manual blanquivioleta, este recurso no existe. Nadie rompe, todos guardan. Nadie toca, cualquiera falla. Y en este encefalograma plano, la única incógnita reside en adivinar la cifra final de goles en contra. No hay opción de otra cosa cuando el fútbol camina entre pases vacíos y jugadas de mentira a la espera de que el rival robe y ataque con filo. El Pucela es una escopeta de juguete. Si fuera boxeo, sería un púgil que vive en las cuerdas a la espera del gancho definitivo. Sin esperanza.
¿Joaquín, de qué te quejas?
A Joaquín no le ha servido de aprendizaje el gol que regaló al Villarreal. Ayer lo volvió a hacer. En esta ocasión contó con la colaboración de Javi Sánchez, que también aplaudió con la mirada el tanto de Lewandowski. Joaquín terminó la jugada con el grito en el cielo. ¿De qué te quejas? El central permitió que el ariete polaco entrara por su espalda, sin contundencia en el corte, para empujar el balón a la red. Es el vivo reflejo de un equipo que todavía no ha salido de la tiniebla. Lo normal es caer en el Camp Nou. Sin duda. Lo que no es tan lógico es jugar acomplejado y salir al césped a encajar pocos goles. El segundo de Lewandowski, un retrato.
¡Menos mal que el Pucela salía a ganar!
La pena para Pacheta es que a su verbo le suceden hechos. La realidad. Menos mal que iba a salir a ganar en el Camp Nou. Qué hubiera sido del conjunto blanquivioleta con un planteamiento conservador. El fútbol no engaña. El Real Valladolid volvió a salir encogido. El Barça es un equipazo, pero si le dejas que ataque sin tener que preocuparse de la espalda, porque sabe que no vas a pasar del centro del campo, no te mete nueve porque no quiere. La presión en campo contrario se convirtió en un bloque bajo que defendió sin mordiente, mirando de lejos. Un drama. Menos mal que la Liga para el Pucela comienza el lunes. Adiós a estas bromas.
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