![Coronavirus en Palencia: La vida se abre paso entre la pandemia](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202003/27/media/cortadas/mariaje-kobD-U100702257509KbB-1968x1216@El%20Norte.jpg)
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Las malas noticias invaden el Hospital Río Carrión, que día a día va aumentando el número de pacientes ingresados con coronavirus. Pero, entre toda esa vorágine de problemas que se viven en el complejo asistencial, hay dos pequeños reductos en los que se pueden ver más sonrisas que llantos: la planta tres, en la que se encuentra la unidad de maternidad, y la primera planta, que acoge los paritorios. En esa primera planta llena de sonrisas llegó el sábado a este mundo convulso Henar Álvarez Gallego, una pequeña palentina de 3 kilos y 530 gramos que con su mera presencia hizo que sus padres, María Jesús y Javier, se olvidaran por un segundo de las recomendaciones de la OMS por la pandemia y se les empezara a caer la baba.
Coronavirus en Palencia
Tanto Javier como María Jesús trabajan en el Hospital Río Carrión. Javier se encarga de hacer el reparto de la comida, ropa y almacén entre los dos hospitales de la capital, mientras que María Jesús es la coordinadora del servicio de historias clínicas. Ellos sabían a dónde iban y aseguran que cuando María Jesús ingresó el viernes día 20 a las 8:30 horas llegaron al centro con cierto desasosiego, pero con el pleno convencimiento de que se encontrarían un equipo dispuesto a hacer este momento lo más llevadero posible, pese a las circunstancias. «Teníamos cierta inquietud porque yo estuve trabajando hasta el jueves y vi como iban cambiando los protocolos de un día para otro. El hospital se preparaba para lo que estaba por venir, pero nosotros nos centramos más en el parto en sí, olvidándonos un poco del coronavirus porque ya estábamos concienciados y sabíamos lo que había», explicaba el padre de la pequeña Henar.
El parto fue largo, se prolongó nueve horas, y Javier al menos pudo saber algo de lo que sucedía dentro porque permitieron a María Jesús meter el teléfono para mantener informado a su marido. La madre parturienta fue detallando como podía por Whatsapp lo que sucedía. «Con las contracciones, la mujer no estaba para muchas florituras», reconocía Javier, mientras María Jesús aseguraba que echó en falta a su marido. «Se habla mucho de los que sufren las madres en el parto, pero seguro que él ha pasado lo suyo mientras esperaba el solo ahí nueve horas», apuntaba María Jesús.
Dar a luz en los tiempos que corren puede parecer un riesgo. Acudir al principal foco de contagio de la provincia para traer vida a este mundo es todo un acto de fe y la sacrificada madre primeriza protagonista de esta historia asegura que sí, que fue un acto de fe, en la sanidad pública y en los profesionales que la integran, a los que conoce bien. «El equipo que hay es maravilloso. En ningún momento me transmitieron miedo por todo lo que estaba pasando en el hospital, todo lo contrario», explicaba esta madre, a la que el humor de los profesionales le sirvió para olvidar el estrés provocado por el estado de alarma, el confinamiento y la crisis mundial. «Me dijeron que Henar era un nombre precioso para la niña, pero que la podía haber llamado Corona, que ahora está más de moda», apuntaba esta palentina entre risas mientras miraba obnubilada a su hija, que al final se ha llamado Henar, aunque aún no consta en el Registro. «Fui a dejar los papeles el martes y tenemos un documento provisional para que nos asignen un pediatra. Los trámites han cambiado para que no haya muchas personas en ciertos puntos y evitar contagios», explica Javier.
La alegría de un momento tan importante para una pareja como el nacimiento de su primera hija contrasta en estos padres con la tristeza de no poder compartir su ilusión con sus seres queridos. «Me da mucha pena no haber podido vivir algo tan bonito y tan esperado como esto con mi familia. Ni los abuelos han podido venir», explicaba María Jesús.
El mundo espera que los problemas derivados de la pandemia pasen lo antes posible y estos padres solo desean que su hija pueda saber cuanto antes lo que se siente al pasar una mañana de domingo en el Monte el Viejo o al dar un simple paseo por la Calle Mayor. «Dentro de unos años le diré a mi hija que es tan especial que llegó al mundo en una de las situaciones más excepcionales que se han podido vivir en la historia», explica María Jesús Gallego, que tiene en Henar la mejor distracción posible con la que pasar los días de cuarentena.
Esta claro. No todo son penas y la vida se abre camino entre la pandemia. María Jesús y Javier volverán soñar esta noche que todo vuelve a la normalidad porque, como dijo Víctor Hugo en Los Miserables, «no hay nada como un sueño para crear el futuro».
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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