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Ángela Rubio y Elena Curiel portan algunas de las mascarillas y pantallas que les han donado. Luis Antonio Curiel
Coronavirus en Palencia: «Se tomaron medidas antes del aislamiento, ahora nos lo agradecen»

«Se tomaron medidas antes del aislamiento, ahora nos lo agradecen»

El centro de mayores cerrateño se adelantó al confinamiento y aplicó medidas preventivas para salvaguardar a los usuarios

Luis Antonio Curiel

Baltanás

Sábado, 11 de abril 2020, 09:12

Ángela Rubio y Elena Curiel forman parte de la gerencia administrativa y dirección de la residencia de ancianos y centro de día La Milagrosa, de Baltanás, que cuenta con 37 mayores. El confinamiento anunciado el 14 de marzo ha modificado algunas pautas en el día a día de los mayores, que desde el primer momento entendieron la situación y colaboraron para aislarse en sus habitaciones, aunque ya previamente la dirección del centro adoptó varias medidas para proteger a todos los mayores. Una situación que ha necesitado un refuerzo en la plantilla de la residencia, especialmente en las horas de las comidas y cenas. Empleados y residentes esperan con ilusión el momento en el que puedan recuperar sus partidas de cartas y otras actividades, por lo que está previsto hacer una fiesta interna por todo lo alto.

«Hasta que no se han visto los muertos de los centros, no nos han tratado como personal sanitario»

–¿Cómo están viviendo el confinamiento en la residencia?

–Al principio con mucho agobio y miedo, especialmente por ellos, que son más vulnerables por la edad. Es cierto que nos adelantamos a las normas y lo hicimos unos días antes, una vez que les explicamos la situación que se estaba viviendo en nuestro país. Lo entendieron perfectamente y en todo momento han colaborado para permanecer aislados en sus habitaciones. Nosotros estamos muy pendientes de ellos e intentamos animarles con disfraces, preparando carteles de ánimo, vídeos que compartimos con sus familias y las videollamadas, que son uno de los momentos más esperados, porque suponen una conexión virtual con sus seres queridos. Poco a poco, nos hemos ido adaptando a la nueva situación.

–¿Han tenido problemas de desabastecimiento de material preventivo?

–Nunca hemos estado sin material, porque nos adelantamos a ello y compramos mascarillas, batas y guantes. Es cierto que luego hemos intentado adquirirlo y prácticamente ha sido imposible. Además, los precios eran desorbitados, pues hemos pagado por mascarillas de un solo uso hasta 20 euros. En este sentido, estamos muy agradecidos a la gente del pueblo que nos ha puesto a disposición el material con el que contaban. Además, la Diputación se encarga de hacer una desinfección total del edificio todas las semanas. Por su parte, la Guardia Civil acude todos los días, mañana y tarde, para interesarse por nuestros mayores y nos preguntan si necesitamos algo. Y hay otras tantas muestras de apoyo y solidaridad de manera anónima, pues esta semana por ejemplo nos hemos encontrado una caja de guantes en la puerta. También hay muchos niños que nos hacen llegar carteles de ánimo, que a nuestros abuelos les encantan. Aquí agradecemos cada detalle y valoramos el esfuerzo que se realiza, no solo ahora, sino en tantos otros momentos del año. Lo cierto es que hasta que no se han dado casos de fallecidos en las residencias no han tenido la consideración de tratarnos como personal sanitario, pues de estos centros nadie se acordaba. Aquí estamos haciendo un servicio elemental y vocacional, pues también somos personal sanitario y, además, estamos con personas vulnerables a las que hay que proteger de un modo especial.

«Hemos habilitado dos zonas independientes por si hubiera algún positivo»

–¿Cómo viven las familias de los residentes esta situación?

–Al principio fue complicado, pues antes del confinamiento ya hacíamos registro de entradas. Pensaban que era algo exagerado, pero cuando han visto el alcance de la pandemia y las noticias que llegan cada día nos han dado las gracias, pues desde el primer momento nuestra prioridad ha sido proteger y cuidar a nuestros mayores. Para hacer más llevadera la situación, tenemos un grupo de difusión en el que les mandamos fotos, vídeos e información sobre cómo se encuentran, así les transmitimos cierta tranquilidad. Además, las videollamadas son uno de los momentos más esperados, tanto para nuestros abuelos como para sus familias. Es gracioso ver cómo reaccionan algunos cuando les ven en la pantalla. Son momentos muy importantes que les levantan el ánimo, tanto a familias como a los propios abuelos.

–De momento no hay contagiados, ¿qué controles realizan?

–Hasta la fecha no tenemos a nadie contagiado, lo que es muy positivo para todos. Tampoco hemos tenido casos en el pueblo, lo que da cierta tranquilidad. Todos los días tenemos que informar a los Servicios Sociales de la Junta sobre el estado de salud de nuestros mayores, indicando si hay algún caso o personas con síntomas. También el médico de cabecera está en constante contacto con nosotros, pues le enviamos el parte diario y está muy pendiente de todo. Por si hubiera algún caso, hemos habilitado dos zonas totalmente independientes entre sí en la planta principal. Un espacio para posibles casos y otro para casos positivos. Hay que estar preparados para todo, aunque esperemos que no tengamos que usar estos espacios.

–¿El centro de día continúa abierto?

–No. Dadas las circunstancias actuales no podemos abrirlo para garantizar y preservar la seguridad de nuestros mayores. Tenemos la residencia totalmente cerrada al mundo exterior. Sí mantenemos el apoyo a las personas que se llevan diariamente la comida, por lo que hemos habilitado una zona en el patio de la residencia para tal efecto, que desinfectamos todos los días.

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