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Desde que llegó en septiembre al cargo de delegado territorial en Palencia, José Antonio Rubio Mielgo, del PP, ha escenificado la máxima de defender un ... puesto político con poco margen de actuación y con unas dedicaciones destinadas a apagar fuegos. Las inundaciones de finales de año dieron paso a la crisis sanitaria del coronavirus, en la que en primera fila actúa diariamente para recobrar esa tan manida nueva normalidad.
–¿Cómo es la radiografía actual de la crisis del coronavirus en Palencia?
–Estamos llegando a una fase de cierta tranquilidad. El número de casos va aumentando de forma moderada. Los días anteriores hemos tenido un aumento tras la realización de 5.000 test rápidos. Cuando se buscan casos, se encuentran. Estamos tranquilos. La ocupación en el hospital no es muy alta por la covid-19, con 42 pacientes en planta y 14 en UCI, seguimos con más altas que ingresos... Vivimos cierta tranquilidad.
–Si el 14 de marzo le dicen que a principios de mayo íbamos a seguir confinados, ¿qué hubiera dicho?
–Ya aventuré que antes del 2 de mayo no íbamos a salir. No me pilla de sorpresa. Teníamos ejemplos claros como China y no era muy difícil aventurar esta situación. En otros países ya había sucedido y vimos lo que tardaron en salir.
–¿Con Palencia en la cola de fallecidos, será la primera provincia de Castilla y León en consumir fases de la desescalada?
–Hay que esperar a las cifras que dé el Gobierno central para llevar a cabo la desescalada, como los datos de infectados por mil habitantes, el número de test realizados, fallecidos... Cuando tengamos esas cifras, lo analizaremos. La Junta apuesta por que esa desescalada sea por zonas básicas de salud, que tendría mucho sentido al llevar el control sanitario desde los equipos de atención primaria. Es la forma más ágil de encontrar esos posibles positivos para mantener un aislamiento. Esperaremos a que salga la norma con criterios muy claros. Tenemos unas cifras que no son malas. Sin criterios no podemos adelantar nada. La experiencia de ver lo que se ha vivido en otros sitio nos ha ayudado. Algunos nos dijeron que en Palencia pecábamos de montar las carpas y el hospital de San Juan de Dios. Pecamos de poca prudencia al principio, ya que, con los primeros casos, se celebraron eventos como partidos de fútbol o manifestaciones. Pero nadie era experto de una enfermedad infecciosa que nos ha sorprendido a todos.
–¿Palencia está preparada para un repunte?
–Hay que estar preparados. Hay que mantener camas de la UCI al doble, mantener camas hospitalarias por si fueran necesarias. Lo que tenemos que sacar son unos aprendizajes importantes como tener material de protección acumulado, tener un sistema productivo que se adapte inmediatamente a producción de EPIS... Palencia fue la primera provincia en empezar a preparar delantales de plástico en Plaspisa. Gracias a empresas y talleres se confeccionó material. Eso lo tenemos que tener preparado para un futuro. Son experiencias que tienen que ayudar a planificar posibles casos.
–¿Sin test masivos para la población es imposible avanzar hacia la nueva normalidad?
–No. Los test lo primero que nos tienen que dar es una visión de cuál es el grado real de pacientes que han pasado el proceso infeccioso. Hay muchas personas que han presentado bastantes síntomas, otros muy pocos, y otros, en cambio, han sido asintomáticos. El estudio serológico se va a empezar a hacer con 1.020 pacientes, y eso nos va a dar a una visión más real. Luego tenemos que tener test suficientes para hacerlos en aquellas personas que presenten el más mínimo síntoma. El hacerlo de forma masiva a toda la población tiene poco sentido. Tendríamos que hacer test repetidos con tres o cuatro días de separación, porque uno puede ser negativo hoy y no sabemos cómo estará dentro de tres días. Sí que tenemos que tener los test para hacerlos en sanitarios, en residencias de mayores y en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
–¿Cómo se plantea la encuesta serológica en Palencia?
–Se va a generar una imagen en la que se analizarán 1.000 personas elegidas por el Instituto Nacional de Estadística. Eso nos va a dar una radiografía (se realizarán pruebas cada tres semanas a esas personas) de cuál va a ser la situación real de infectados. Además, los test adquiridos por la Junta nos permitirán hacer diagnósticos rápidos en casos sospechosos con el más mínimo síntoma y con el resultado de saber en qué fase se encuentra, en la aguda o crónica. Los test rápidos anteriores nos decían si eran positivos, pero no conocíamos si eran pacientes con la enfermedad o si ya la habían superado.
–Se han escuchado quejas de sanitarios sobre la fiabilidad de los test adquiridos por el Gobierno...
–En Palencia se ha hecho mucha PCR. Esa fiabilidad es muy buena. Luego vinieron unos test rápidos que eran menos fiables y además eran de anticuerpos totales. La información es relativa. Ahora, con los de la Junta, se va a poder hacer ese diagnóstico con una mejor información. Son más específicos, más sensibles y nos dan mayor información.
–¿Cuándo retomará Atención Primaria las consultas?
–Tenemos que volver a la normalidad. Estamos intentando recuperarla en el hospital, por lo que no me cansaré de agradecer a los sanitarios su labor. Para ellos no han existido las horas, ni días, ni festivos... Se han concentrado en ver pacientes y ahora los sanitarios no se pueden tomar un descanso, pues llega la hora de recuperar toda la actividad que no se ha realizado durante estos días. La Gerencia de Palencia está haciendo un esfuerzo para dejar plantas libres en el Río Carrión y con la intención de incrementar la capacidad de operaciones quirúrgicas más allá del 100% para ponernos al día. Dentro de la normalidad se encuentra también recuperar las consultas en Atención Primaria con la prudencia que eso conlleva. No podemos dejar a los centros de salud con una gran aglomeración de personas o en los consultorios locales. Siempre, con prudencia.
–¿Se ha liberado alguna planta más del Río Carrión?
–Vamos a ver si podemos hacerlo en las próximas semanas para volver a esa normalidad. Contamos con camas en San Juan de Dios y eso nos va a permitir estar más holgados para llegar a esa normalidad.
–El hospital lleva su propia desescalada...
–Aquí con más prudencia. Ya que estamos viendo que ahora se puede salir ya a la calle, por lo que si hay un repunte, el hospital debe estar preparado. No podemos vaciar el hospital y llenarlo de otro tipo de pacientes porque tenemos que dejar unos espacios por si fueran necesarios.
–¿Cuándo se clausurará el hospital de San Juan de Dios?
–Pensamos que esté funcionando en mayo y en junio, y después ya veremos. Si se produce la desescalada y no hay un repunte, podríamos dejar de utilizarlo. El pabellón de San Juan de Dios tenía unos ocupantes, por lo que hay que agradecer el esfuerzo de esos usuarios que vivían en esas habitaciones. Tenían sus recuerdos y les hemos cambiado a otro módulo. Hay que intentar restituir lo antes posible el hogar de esas personas. Sé que el ciudadano tiene mucha prisa por saber cuándo acaba todo. Aquí vamos día a día o, como mucho, de semana en semana. Es lo que nos marca la experiencia y lo que nos exige la prudencia.
–¿Se mantendrá la contratación de sanitarios para asegurar vacaciones y descansos?
–Se han hecho muchas contrataciones para cubrir bajas y habrá que dar vacaciones y permisos. Algunas de las nuevas contrataciones se podrán mantener y otras, en cambio, no serán necesarias. No me puedo adelantar al no saber cómo evolucionará la situación. La fotografía cambia continuamente y la estrategia, también.
–¿Se ampliarán las camas UCI en un futuro para evitar posibles colapsos?
–Nosotros hemos duplicado el número de camas y la idea es ampliar en cinco más. El gerente del complejo hospitalario está trabajando en esa línea, que nos va a permitir estar más holgados. Ahora tenemos 19 pacientes en UCI, de los que 14 son por covid. Si esto remite, nunca nos harán falta tantas camas. Aún así tenemos que ser flexibles para hacer lo que se ha hecho ahora, buscar camas en REA y en otros servicios para ampliar la UCI.
–¿Con el futuro hospital de Palencia, la crisis sanitaria hubiera sido menos dura?
–No. Hubiéramos tenido unas mejores instalaciones y mejores métodos de diagnóstico. El problema del coronavirus es que es una enfermedad infecciosa. No es que la tecnología hubiese sido fundamental. Si no hay reactivos, nos da igual que sea más moderno o menos el complejo asistencial. Ha habido hospitales punteros en tecnología en Madrid o Barcelona que han sufrido muchísimo. Aquí importaban las camas y los respiradores en la UCI. Si hubiéramos tenido más capacidad, habría sido más cómodo. Nos hemos defendido bastante bien. Ojalá la crisis permita seguir con las obras del hospital y lo tengamos pronto para todos los palentinos.
–¿El coronavirus va a frenar las obras?
–Nadie conoce la situación. Hablando con los jefes de servicio de Trabajo y de Empleo me dijeron que en la crisis de 2008 tuvimos 200 ERTEs. Ahora llevamos más de 1.700. Tenemos que esperar a ver cómo será la recuperación económica. Si es una crisis nube, con una bajada muy marcada pero también con la misma subida, pues bien. Pero si no es así, influirá. Se han destinado muchos recursos económicos a una compra de material muy difícil, sobre todos los primeros días. Aún hoy, algunos productos son difíciles de conseguir. El gasto que se ha destinado a la atención sanitaria va a influir. En una crisis de este tipo, con los ERTE que estamos viendo, no se puede quedar nadie atrás. Habrá que sacar ayudas porque lo primero son las personas. La obra pública siempre es muy importante porque mueve mucho. La Junta se está esforzando para sacar líneas de ayuda para empresas, autónomos y particulares. Desde luego, somos un país con un grado de bienestar que no debemos perder.
–¿Reconoceremos el sistema sanitario una vez concluida esta crisis?
–La crisis nos tiene que enseñar muchas cosas y hacernos reflexionar, por ejemplo, sobre el modelo territorial que tenemos. A lo mejor, las macrociudades no tienen que ser tan grandes y hay que equilibrar la población para que los transportes no sean tan necesarios. No solo por el contagio, sino también por la contaminación de las grandes ciudades. Nos han recordado en más de una ocasión que las epidemias del siglo XXI iban a ser las enfermedades cardiovasculares o el cáncer y no pensábamos en este proceso. Hay muchas bacterias que se están haciendo resistentes a los antibióticos y que había que tener cuidado con las enfermedades infecciosas. La naturaleza nos recuerda y nos pone en nuestro lugar. No somos ese ser todopoderoso que se cree en muchas ocasiones el ser humano. Hay que cuidar el lugar donde vivimos. Eso nos tiene que ayudar a plantearnos todo. El sistema sanitario ha respondido bien y tenemos que aprender de los fallos que hemos cometido, ya que no hemos proporcionado a los sanitarios los métodos de protección con el tiempo suficiente y luego hemos visto que no éramos capaces de conseguirlos al existir una gran competencia en los mercados. Tenemos que ser ágiles y eso pasa, por ejemplo, por que una empresa que hace camisas pase inmediatamente a hacer batas. La organización de los centros residenciales nos debería hacer reflexionar que tiene que existir una colaboración sociosanitaria más intensa. El coronavirus ha puesto el sistema en tensión como cuando se hace un simulacro de incendios, solo que esto, desgraciadamente, no ha sido un simulacro. En esta crisis hemos ido aprendiendo al día. Se han hecho cosas muy bien. La Junta repartió en todas las residencias material con medios propios. Hemos repartido los fármacos hospitalarios pueblo por pueblo para que no se acercaran. Y todo esto sin experiencia. También se ven carencias como la poca conectividad en algunos territorios. Habrá que ver donde flaqueamos para invertir ahí.
–¿Con las residencias se ha actuado como se debiera?
–Se les ha sometido a un estrés tremendo, aunque unas estaban mejor preparadas que otras. Han hecho unos esfuerzos muy importantes desde el primer momento. En Palencia se ha respondido muy bien cuando ha habido alguna baja laboral gracias a la Oficina de Empleo. La Junta ha apoyado con personal de limpieza, médicos y asistencia a las residencias. Ha sido el sector más castigado, pero me quedo con el mensaje de la consejera de Familia, que dijo que habrá que hacer una reflexión del modelo de residencias. En la provincia tenemos 90 centros y la gran mayoría han presentado pocos casos o han sido asintomáticos.
–Hace unos meses era complicado encontrar un especialista para determinados servicios y ahora hemos visto cómo cualquier médico hace otras funciones...
–Hemos echado mano de todos, hasta de los MIR de último año. Hemos logrado mantener la actividad en Urgencias, pero hemos disminuido otras actuaciones. La actividad quirúrgica ha estado bajo mínimos, hemos tenido menos accidentes en traumatología... Se han contratado médicos y se ha reincorporado otros. Aún así seguimos con los mismos problemas. Nos siguen faltando pediatras y seguimos con las mismas carencias. Además, en esta ocasión, a los sanitarios no les ha importado ir a cualquier sitio. En una situación normal, como es lógico, escogen destino.
–¿Ha funcionado más de médico o de político en esta crisis?
–No he podido separarlo. La experiencia médica me ha permitido tener una visión más fácil de lo que podía pasar. He jugado con cierta ventaja porque el componente médico no me era desconocido. Si hablamos de temas económicos, me hubiera resultado más difícil.
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