Dice que Pancho «lo estará viendo seguro», y que lo mismo se está echando las manos a la cabeza, viendo en su bar graffitis y luces de neón, una decoración algo psicodélica. Pero no, Juan Ignacio Rebolledo, Pancho para todo quisque, estará sonriente viendo cómo ... su amigo José Antonio Grajal ha reabierto el bar que él inauguró en 1984 en el Seminario y que su mujer, María Antonia Andrés, cerró en el mes de septiembre. «Yo tenía mucha amistad con Pancho, fue el primero que estuvo aquí, en el Seminario, y ahora cogemos el relevo y a ver si el bar dura otros tantos años. Sentimentalmente es un bar importante para mí y seguiré con su línea, tratando bien y cuidando a la juventud de Palencia», señala José Antonio Grajal, que define a Pancho como «buena persona y amigo de sus amigos». «Cualquier favor que le pedías, ahí estaba. Y qué decir como profesional, fue el primero que abrió en el Seminario y con eso ya está dicho todo, con él abrieron otros seis alrededor», agrega José Antonio Grajal, de 47 años y que lleva desde que tenía 20 en la hostelería, primero con el Terán, donde estuvo 22 años, y desde el año 2018 con el Lemon Society.
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Esther Bengoechea
Jubilado desde 2012, Pancho seguía siendo el referente de su bar en el Seminario a pesar de que era Marian, su mujer, a quien se podía ver en los últimos años tras la barra. No pasaban 24 horas sin que Pancho se acercase al bar, a cualquier hora del día o la noche, y su figura se había convertido en los últimos años en una de las más reconocidas de las calles de la capital palentina. Ayudado por un andador, recorría Palencia de un rincón a otro, visitando los establecimientos de los muchos amigos que había atesorado en los casi cincuenta años que vivió en Palencia. Nacido en Burgos pero criado en Valladolid, desde donde llegó a Palencia en 1974 para trabajar como pinchadiscos de una discoteca que se abría en aquel momento, Orfeo. Diez años después, en los sanantolines de 1984, Pancho se aventuró a abrir su propio negocio en la recién construida plaza del Seminario. Aquejado en los últimos años de diversas dolencias, su estado de salud era delicado y, finalmente, una insuficiencia respiratoria hizo que se apagara su corazón el pasado día 13. Desde donde esté, Pancho vio la inauguración ayer de su antiguo bar, reabierto ahora con el nombre de Yes! por José Antonio Grajal, su amigo, con un concepto de «moderno, fresco y divertido».
«Los chavales tiene derecho a tener un bar bueno, donde se les atienda como adultos y les traten con calidad. Enfocado a cualquier público, «está claro que la plaza tiene un público joven y es a lo que nos vamos a adaptar», apostilla. «Este bar va a ser la cantera del Lemon. Los jóvenes que empiecen saliendo aquí, cuando se hagan más mayores, que vayan al Lemon», subraya. «No se podía dejar este bar cerrado. En cuanto se jubiló Marian, en un mes se lo dijimos. Tenía mil pretendientes, pero ella apostó por nosotros. Lo importante es seguir con la esencia y que el Seminario siga muchos años abierto», incide José Antonio, que ofrece «calidad, responsabilidad y buen servicio» y espera que la gente joven «se sienta a gusto en el Yes!».
En cuanto a las expectativas a plazo inmediato con las fiestas navideñas, José Antonio Grajal espera que sean igual de buenas para el sector hostelero que los sanantolines, «que han sido los mejores de la historia». «La cosa está complicada pero la gente tiene muchas ganas de salir y de recuperar el tiempo perdido, y no se está trabajando mal. Veremos a ver el próximo año, pero en principio estamos contentos con la clientela del Lemon Society y lo que nos depare el Yes!», hace hincapié José Antonio Grajal, que ha reformado el local en veinte días «con el apoyo de Nacho, de Creación de Espacios».
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«Nunca pensaba en tener dos locales, pero las circunstancias se han dado. Profesionales, pero también son sentimentales. Si el bar no hubiera sido el Pancho, no me hubiera aventurado, este es un sitio especial. El Seminario me transmite mucho cariño y el Pancho, también», concluye José Antonio Grajal, que abrirá el Yes! los jueves, viernes y sábados a partir de las 20:00 horas con el objetivo de seguir contribuyendo a que los jóvenes disfruten de su ocio en la capital.
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