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Vicente González acude a la compra con una mascarilla. MANUEL BRÁGIMO
Coronavirus en Palencia: «No tengo miedo, el temor a la guadaña ya lo tengo superado»

«No tengo miedo, el temor a la guadaña ya lo tengo superado»

Paciente oncológico ·

Pese a pertenecer al grupo de riesgo, Vicente González está tranquilo porque no se siente «más débil ni menos que cualquiera que esté en la calle»

Sábado, 25 de abril 2020, 07:22

Vicente González se encuentra dentro del grupo denominado de pacientes de riesgo, ese al que la COVID-19 puede afectar más que al resto. «Yo no me siento más débil ni menos que cualquiera que esté en la calle. No creo que me haya afectado el coronavirus más que al resto. Para mí, como si no existiera», señala este palentino de 63 años, enfermo de cáncer de esófago y de pulmón. «¿Qué tengo que ir con mascarilla por la calle y quedarme en casa? Pues voy con mascarilla y me quedo en casa. Pero que si me viene, pues será que me tenía que venir. La verdad es que no le tengo ningún miedo, esto ya no me da miedo. El miedo a la de la guadaña es una prueba superada», añade. Él lo tiene claro. «Yo pensé que estaba muy cerca de morir cuando la médica me dijo que había dado positivo en la biopsia y que tenía cáncer de esófago y de pulmón. Así, en seco. Lo que tenga que ser, será, pero con el tema del coronavirus estoy tranquilo».

Vicente González comenzó a tratarse el cáncer hace poco más de un año, en marzo de 2019. Empezó con quimioterapia hospitalaria, «estaba en el Hospital Río Carrión ingresado de lunes a jueves y tuve seis ciclos seguidos cada tres semanas. Era para ablandar al bicho», afirma. Después de este tratamiento, pasó a la quimioterapia ambulatoria, con la que ha estado hasta principios del mes pasado. «Ahora estoy de descanso. Mi problema era que no podía casi comer, porque tenía estrecha la tubería. Ahora masticando y con más cuidado ya puedo hacerlo, tardo más que el resto, pero puedo hacerlo», reconoce.

A pesar de estar ahora con la quimioterapia pausada, sigue teniendo que ir al hospital con frecuencia, ya sea por acompañar a su mujer, Severina Núñez, también ella superando un cáncer y en tratamiento con anticuerpos, o para hacerse sus pruebas de control y posteriores consultas, la siguiente para este mismo lunes. «Yo no he notado protocolos especiales en el equipo de oncología por el coronavirus. Es cierto que ahora solo puede ir una persona como acompañante y que llaman el día anterior para que acudas a la hora más cercana a la consulta para evitar aglomeraciones. Todos vamos con mascarillas, pero no porque nos lo haya dicho nadie, sino para protegernos y proteger al resto», explica. «La zona de oncología está bastante separada del resto del hospital, con su propia sala de espera lejos de quirófanos, plantas de hospitalización y de otras consultas. Estamos muy satisfechos de cómo nos tratan los médicos y todo el personal de oncología», argumenta Vicente González, que solo sale a la calle para hacer recados.

Toman las mismas precauciones que el resto de palentinos de cara al coronavirus. «Mi mujer había encargado en la farmacia dos mascarillas antes de que comenzase el estado de alarma y nos llamaron cuando las recibieron. Casi nueve euros por mascarilla», advierte. Dos semanas después de que comenzase el confinamiento, les avisaron del centro de salud. «Nos llamó la trabajadora social de La Puebla para que nos acercásemos hasta allí a recoger unas mascarillas por ser pacientes de riesgo», señala.

«No veas cómo me sienta quedarme en casa sin mis rutas por el campo, las añoro más que a otra cosa», afirma

También tienen gel hidroalcohólico, hecho por ellos, para lavarse y mantener lejos al coronavirus. «Nosotros lo hicimos de fabricación casera. Compramos la glicerina, una botella de litro, y con el alcohol y el agua, hicimos para nosotros y para dar a amigos y familiares», cuenta.

Uno de los motivos por los que Vicente González no está ahora en tratamiento por la quimioterapia es por los posibles efectos secundarios. «Me lo han parado por los efectos secundarios, que yo por suerte tengo pocos. Hay uno que es peligroso, que es el entumecimiento de las extremidades. Cuando fui a renovar el carnet de conducir, me dijeron que me lo tenían que retener por la quimioterapia, ya que los seguros no se hacen cargo porque vamos con efectos secundarios», señala.

A Vicente González nadie le había advertido de esto, él no tenía conocimiento de no poder conducir por estar en tratamiento de quimioterapia. Desde que le retuvieron el carnet, ha acudido en autobús o taxi a las citas médicas en el Hospital Río Carrión, aunque con el estado de alarma sea más complicado conseguir uno. «Últimamente no encuentro ni taxis para ir. Voy a San Lázaro y si no hay allí, pues llamo y espero hasta que llega uno. Es normal que haya pocos taxis, porque no tienen trabajo. Y claro ahora no hay autobuses tampoco», argumenta. Este lunes irá a la consulta, «como pueda pero iré». Una de las cosas que más echa de menos –por culpa de la cuarentena derivada del coronavirus– es caminar porque Vicente es senderista. «No veas cómo me sienta quedarme en casa sin mis rutas por el campo, las añoro más que a otra cosa», concluye.

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