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A pesar de que se trata de una actividad esencial, dado que su empresa se dedica fundamentalmente a la instalación y mantenimiento de calefacciones, la ... empresa que dirige José Ignacio Carrasco, Satermi S. L, también sufrió considerablemente los embates de la pandemia y vio como el trabajo de sus diez empleados se veía prácticamente reducido a la nada. «En marzo, cuando nos confinaron, ya no ingresamos nada, y en abril, entramos en un ERTE del 70%. Después estuvimos solo trabajando por las mañanas y las salidas a la provincia eran para un servicio, con lo que ni siquiera compensaban los gastos del viaje», explica José Ignacio Carrasco, uno de los empresarios palentinos que tuvo que recurrir a los créditos ICO para sobrellevar la situación. «Es cierto que éramos actividad esencial y que podíamos trabajar, pero la situación no era fácil. No soy un tirano para enviar a los trabajadores a la calle sin protección. Y además, mucha gente no quería que nadie entrase en sus casas. Esos primeros meses fueron muy difíciles. Menos mal que pronto conseguimos los equipos de protección, guantes, pantallas, mascarillas, trajes, y empezamos a recuperar la actividad», indica este empresario, que, a su vez, preside también la CPOE, órgano de representación de la patronal palentina.
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«Yo creo que sin el ICO habríamos podido salvar la situación, porque la empresa está saneada y algo pudimos seguir trabajando, aunque es cierto que perdimos meses buenos de facturación y enseguida llegó el verano, que para nosotros nunca es rentable. Pero el ICO fue un colchón de seguridad. Sin él, aunque nos hubiésemos salvado, habría sido con muchas noches sin dormir, más todavía de las que fueron», explica este empresario, quien reconoce que pidió 40.000 euros que tendrá que comenzar a amortizar en mayo, puesto que el primer año ha sido de carencia y solo se pagan intereses.
«Con este crédito, hemos capeado el temporal y todavía nos queda un poco de colchón, con lo que si este año que también puede ser malo, hay que achucharse un poco, tenemos ahí unos fondos que nos vendrán muy bien», indica.
Carrasco reconoce que la tramitación y la concesión del crédito fueron muy fáciles y ágiles, pero se llevó la decepción de no haber conseguido la ayuda del Ayuntamiento para financiar los intereses, «porque parece que se habían agotado los fondos».
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